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sábado, 22 de febrero de 2014

Venezuela, Tensa calma a la espera de las manifestaciones de hoy convocadas por oficialistas y opositores

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Protesta nocturna en la avenida Miguel Angel de Colinas de Bello Monte. (Elkis Bejarano Delgado)
El gobierno de Nicolás Maduro envió tropas al Estado de Táchira, en la frontera de Colombia, la región rebelde donde comenzaron las protestas universitarias antigubernamentales que derivaron en la actual crisis. Ayer, el mandatario llegó a culpar a los opositores por el conmocionante asesinato de la estudiante y reina de belleza Génesis Carmona, de 22 años, baleada por un grupo de choque en motocicletas el miércoles. Maduro desconoció el papel de esas bandas armadas y aludió a la oposición argumentando que buscaban un muerto. "La muerte de Génesis pasó porque querían matar a un famoso". Agregó que la bala "salió de sus propias filas".
Ayer, mientras las tropas llegaban a Táchira, el militar a cargo del ministerio de Interior, el mayor general Miguel Rodríguez Torres, en rueda de prensa rechazó que se utilizará la expresión "militarización" y prefirió la más diplomática de "recuperación del orden".
Lo cierto es que a esa región, que siempre ha votado contra el oficialismo, se despachó un batallón de paracaidistas junto con efectivos de la Guardia Nacional bolivariana (la policía militar), entre otras unidades. Las tropas "van a permitir que la logística de la ciudad funcione, que lleguen alimentos, que la gente pueda circular y normalizar la vida", dijo el ministro.
El operativo incluye el sobrevuelo de la zona fronteriza por los Sukhoi, los cazabombarderos rusos de la aviación venezolana. La población en Táchira no se amedrentó y recibieron la novedad con un estruendoso cacerolazo.


Al rato, la red de Internet quedaba cortada.
Horas después del anuncio, el líder opositor Henrique Capriles se tomaba la cabeza en una conferencia de prensa, y afirmaba enfático, dirigiéndose al presidente: "La gente de Táchira no necesita tanques, Nicolás. Necesita dentífrico, papel higiénico, comida, que son los verdaderos problemas que sufre este país".
Por la mañana el gobierno había amenazado, incluso, con declarar el Estado de Excepción (de sitio) en esa provincia, es decir, la suspensión de las garantías constitucionales, una medida sin precedentes en década y media de chavismo.
"Si tengo que decretar un estado de excepción especial para el Táchira, estoy listo para decretarlo y meter los tanques, la armada, las tropas, la aviación, toda la fuerza militar de la patria", advirtió con dureza Maduro.
El inicio de las protestas en ese Estado se había producido por un intento de violación de una estudiante en el campus de la universidad local. El episodio disparó la demanda por parte de los jóvenes de mayor seguridad, una cuestión clave en un país que tiene un récord anual de más de 25.000 asesinatos por violencia urbana. El tema fue tomado rápidamente por la oposición política y se convirtió en una cuestión nacional.
Rosa Pereira, una joven abogada tachirense de 39 años, le dijo al periódico argentino Clarín que no ha podido salir de su casa ni llevar a sus hijas al colegio desde el 12 de febrero por el corte de calles, puentes y avenidas por las protestas estudiantiles. Los 250.000 habitantes de San Cristóbal también viven el mismo encierro involuntario.
La ciudad está prácticamente paralizada viviendo un ambiente de tensión y terror en las noches por las barricadas o piquetes incendiarios. Los vehículos no pueden transitar por las avenidas ni autopistas por los cortes que obstaculizan la circulación. Las “guarimbas” es el nombre que se da aquí a los piquetes. También hay mucha basura en las calles porque no pasa el camión que la recoge. Los activistas usan esa basura para quemarla en las barricadas callejeras.
El ministro Rodríguez desmintió, de paso, la presencia de comandos de élites cubanos conocidos como las "avispas negras", que han sido denunciados por manifestantes que han sido agredidos y baleados por grupos armados que no lograron identificar.
Protestas realizadas ayer contra el gobierno de Maduro.En Caracas hubo ayer nuevas marchas, pero reducidas con la expectativa de la movilización que la oposición y los universitarios anunciaron para hoy sábado en demanda de la liberación del dirigente opositor Leopoldo López, detenido en un penal militar. Por las noches el traqueteo de disparos se mezcla con el rugido de enjambres de motocicletas que usan una mezcla de civiles armados, policías y efectivos de la Guardia Civil.
Por otra parte, ayer viernes, en un encuentro con corresponsales extranjeros en el palacio de gobierno, el presidente Nicolás Maduro, a preguntas de la BBC Mundo, negó que en el país se torture, pero al mismo tiempo admitió que funcionarios del cuerpo policial de inteligencia del Estado, el Sebin, desobedecieron órdenes expresas de acuartelamiento y que se presentaron en algunas marchas opositoras, portando armas de fuego.
"Estos funcionarios son la excepción dentro del departamento disciplinado del Sebin (…) ellos violaron las órdenes existentes. Por qué lo hicieron, no sabemos. Pero lo estamos investigando", indicó Maduro.
El mandatario además señaló que "tres o cuatro" funcionarios fueron entregados a la Fiscalía.
"Si hubiesen sido 10, entregamos 10", aseguró a BBC Mundo.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos en Venezuela, como Cofavic o el Foro Penal, han venido recopilando una serie de denuncias de personas que afirman haber sufrido abusos en detenciones, aunque diversas de ellas, pese a que circulan por las redes sociales no han podido ser confirmadas como la supuesta violación de una manifestante con un fusil. Una terrible historia que hasta el momento no ha sido verificada de manera independiente.
Pero también, en ocasiones con mayor credibilidad, han circulado numerosos videos de hombre armados, sin identificación aparente, disparando contra manifestantes antigubernamentales e inclusive contra edificios gubernamentales o destruyendo las ventanas de los autos estacionados en las calles.
Uno de estos hombres armados, según reveló Maduro, fue también puesto a disposición de la Fiscalía, por haber ido armado (y fue acusado de disparar) en una reciente manifestación.
"Las órdenes que hemos dado es aplicar la ley y respetar a los ciudadanos", afirmó el Presidente.

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Geraldine Moreno recibió un disparo de perdigones en el rostro cuando estaba en el suelo.
Durante la entrevista con los medios extranjeros Nicolás Maduro afirmó que el dirigente opositor Henrique Capriles se ha comunicado con altos funcionarios del gobierno para denunciar presuntos casos de tortura en las últimas manifestaciones opositoras.
"Pero tengo una semana esperando que me los traiga. Si son verdad castigamos a los funcionarios responsables y los entregamos a la Fiscalía", aseveró.
"Para torturar se necesita que alguien de la orden y el comandante Chávez nunca dio la orden (…) y nosotros venimos de esa escuela".
La expectativa de los grupos defensores de los derechos humanos, en Venezuela y otros como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, es que las denuncias se investiguen a fondo todos los casos denunciados y que los responsables sean sancionados.
Según Maduro eso sucederá. "Yo sería el primero en ponerme al frente de una comisión especial".
El mandatario dijo que tiene plena confianza en los cuerpos de seguridad, como la Guardia Nacional, pero admitió que ha habido "algunos casos y están en investigación".
Hay muchos sectores en Caracas, y varias ciudades de Venezuela, marcados por un nuevo color negro en el piso. Es la ceniza de la quema de cauchos y basura que define el método más utilizado de protestas en estos momentos.
Hay varias avenidas en la capital donde prácticamente es imposible no toparse con las marcas cada cinco metros.
Pero a medida que uno se acerca a las zonas más pobres de la capital, los llamados barrios (o favelas), las cenizas van desapareciendo. Y la vida cotidiana de barrio va apareciendo.
"¿Eh?", respondió con perplejidad un hombre cerca del sector Mamera, en el suroeste de la ciudad, cuando un periodista de la BBC le preguntó por las protestas de más de una semana en Caracas, y muchas zonas del país.
Opositores y chavistas vuelven a medir sus fuerzas este sábado en sendas marchas a favor de la paz, en un país convulsionado desde hace casi tres semanas por las violentas manifestaciones estudiantiles contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Las manifestaciones ya se han saldado con nueve muertos y un centenar de heridos.
La marcha opositora será en varias ciudades y fue convocada por el líder opositor Henrique Capriles, quien perdió el año pasado las elecciones ante Maduro por ajustado margen, para exigirle al gobierno el desarme de grupos paramilitares y en contra de la elevada inflación y el desabastecimiento.
"Los invito a que el sábado den un rechazo contundente contra los grupos paramilitares. El sábado es una oportunidad para demostrar que la inmensa mayoría de los venezolanos rechazan lo que está pasando", anunció el joven gobernador del estado Miranda (al norte del país).
En respuesta, el gobierno, que niega vínculos con los grupos armados y califica las protestas "como un golpe de Estado en desarrollo", convocó a otra movilización de "mujeres chavistas" por la paz y "contra el fascismo", también en varias ciudades del país.
"Mañana van a salir en todas las ciudades del país millones de mujeres, miles aquí en Caracas. Las calles son de las mujeres contra el fascismo en Venezuela, porque lo que la mujer lleva en sí misma es la paz", dijo Maduro.
Por otra parte, las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos, crispadas desde hace días después de que Maduro acusara a Washington de estar detrás de las protestas, parecieron entrar en una nueva fase luego que el mandatario venezolano instara el viernes al presidente Barack Obama a iniciar un "diálogo de altura" y "a regresar" embajadores para solucionar sus diferencias.
"Convoco a un diálogo con usted presidente Obama (...), entre la Venezuela patriota y revolucionaria y Estados Unidos y su gobierno. Acepte el reto y vamos a iniciar un diálogo de altura y pongamos sobre una mesa la verdad", dijo el mandatario, heredero del fallecido líder Hugo Chávez.
En una primera respuesta, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ignoró la oferta de Maduro y volvió a condenar la detención de manifestantes y el "inaceptable" uso de la fuerza por parte del gobierno venezolano contra las protestas opositoras.
Pese a las tensiones en el plano político, Estados Unidos es el principal cliente del petróleo de Venezuela, que cuenta con las mayores reservas de crudo en el mundo. Ambos países carecen de embajadores desde 2010.
Desde estas páginas me gustaría convidar a los venezolanos que leen el blog a que dejen su opinión sobre los sucesos que se viven en el país.

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