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domingo, 23 de febrero de 2014

Mundo, Los ministros de Finanzas del G-20 se comprometen a luchar contra la evasión fiscal de las multinacionales

Los ministros de finanzas y los gobernadores de los Bancos Centrales del G20 se reúnen en Sidney, Australia
Los ministros de finanzas del G20 se reúnen en Sidney, Australia REUTERS/Jason Reed.
Los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de los países del G-20, reunidos este fin de semana en Sídney, han acordado acelerar el crecimiento de la economía global en un 2% durante el próximo lustro.
"Vamos a desarrollar políticas realistas y ambiciosas con el objetivo de aumentar nuestro PIB (producto interior bruto) en más de 2 % por encima de la trayectoria que implican nuestras actuales políticas en los próximos cinto años", cita el comunicado final. "Este crecimiento supone más de 2 billones de dólares (1,4 billones de euros) adicionales en términos reales y generará una suma significativa de empleos", señala el escrito emitido al final de la reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G-20, el grupo de los países más influyentes del mundo.
No obstante, el G20 admite que a pesar de los signos de recuperación, la economía global aún está lejos de alcanzar un crecimiento fuerte y sostenido. El comunicado indica que si bien la reducción de estímulos monetarios pueden "conducir a una excesiva volatilidad" y dañar el crecimiento, su "respuesta principal será fortalecer y perfeccionar los marcos de política estructural y financiera macroeconómicas internas".
Para lograr este objetivo, se ha establecido el "Plan de Acción de Brisbane", que incluirá acciones concretas en los países que conforman el G20 en materia de creación de empleo, incremento de la inversión, mejoras en las políticas comerciales y promoción de la competencia, entre otras políticas macroeconómicas.
La proyección de crecimiento está en línea con el FMI, que recientemente consideró que la implementación de una serie de reformas agresivas podría aumentar el crecimiento mundial en un 0,5 % anual.
El documento, que consta de dos páginas con once puntos y anexos, se compromete a crear un clima que faciliten las inversiones, particularmente en infraestructura de las pequeñas y medianas empresas y remover las barreras para promover la inversión privada y crear un clima de confianza entre los inversores. Los países del G20, además, se comprometen a luchar contra la evasión fiscal de las grandes multinacionales en la era digital y a apoyar el Plan de acción contra la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios, conocido como BEPS, por sus siglas en inglés. El grupo espera que para la cumbre de líderes del G20, que se celebrará en noviembre en la ciudad de Brisbane, se comience a implementar "medidas efectivas,prácticas y sostenibles" en materia tributaria y en una economía cada vez más globalizadas.
Asimismo, el G20 apoyó los estándares para el intercambio de información financiera de forma recíproca y se comprometió a trabajar en aras de la implementación de un plan para la próxima reunión de ministros y gobernadores de bancos centrales que se realizará en septiembre próximo en la ciudad australiana de Cairns.
Sin embargo, el G20 fracasó en avanzar en la reforma del FMI para permitir una mayor participación de los países emergentes en las decisiones del organismo acordadas en 2010 y se limitó a instar a Estados Unidos a hacerlo antes del próximo abril. Si "a la larga el FMI no tiene la legitimidad entre los países emergentes debido a una falta de progresos en esta clase de asuntos, se dará una clase de alejamiento", alertó en una entrevista publicada hoy por un diario local el gobernador del Banco Central de la India, Raghuram Rajan.
El G20 cuenta entre sus miembros a la Unión Europea, el G7 (Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia), además de Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, India, México, Indonesia, Arabia Saudí, Suráfrica, Turquía y Rusia, aunque los titulares de México y Brasil estuvieron ausentes de la misma.
La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, expresó su satisfacción por el acuerdo del G20 para acelerar el crecimiento de la economía global en un dos por ciento durante el próximo lustro.
Lagarde señaló que se trata del "respaldo" a una propuesta de su organismo y apuntó que el reto consiste en llevar a cabo las reformas estructurales necesarias para alcanzar ese objetivo, declaró en rueda de prensa a la conclusión de la reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales de los países del G20 que se ha celebrado en Sídney.
No obstante, Lagarde recordó que a pesar de las mejoras en la economía mundial durante los últimos meses, principalmente impulsadas por las grandes economías, se está experimentando una volatilidad en el flujo de capital y los mercados financieros de los países emergentes.
"Aún es necesario implementar mayores acciones y una mayor cooperación internacional para promover una recuperación global más robusta, entre ellas la creación sostenida y la promoción saludable de empleos, así como para contrarrestar los riesgos potenciales y reales", dijo Lagarde.
El tesorero federal australiano, Joe Hockey, anfitrión de la cita, calificó como "ambicioso" pero "tangible" el acuerdo alcanzado entre los países que representan al 85 por ciento de la economía mundial.
"Las políticas podrían repartir más de 2 billones de dólares (1,45 billones de euros) en actividades económicas reales y decenas de millones de nuevos puestos de trabajo", aseguró Hockey al indicar que "las reformas estructurales son duras, pero no hay otra opción". Para la cita de jefes de Estado y primeros ministros, que tendrá lugar en la ciudad Brisbane el próximo mes de noviembre, cada país deberá llevar un detallado plan de crecimiento económico.
Para el ministro francés de Finanzas, Pierre Moscovici, se trata de una meta posible, siempre que exista una coordinación en las reformas estructurales, lo que no significa que todos ellos ejecuten planes idénticos.
"Algunos (países) que tienen problemas de alto riesgo deberán hacer reformas en ese campo, mientras otros deberán ampliar la demanda. La coordinación no supone que todos implementen políticas idénticas en todo el mundo", declaró el ministro francés.
Por su parte, el viceministro de Finanzas de Sudáfrica, Nhlanhla Nene, declaró que la meta no tendría ninguna importancia "si no se abordan problemas de las economías emergentes como la inequidad, alto desempleo y condiciones financieras globales volátiles".
El ministro de Finanzas de Indonesia, Muhamad Chatib Basri, reconoció que en los últimos cuatro años los países emergentes se han beneficiado del estímulo monetario en EEUU y ahora la retirada ha provocado la depreciación de su moneda y la salida de capitales especialmente de los mercados bursátiles.
Si bien admitió que "los mercados emergentes deben prepararse para un mundo sin estímulo", Basri pidió que se prepare una "hoja de ruta" para que los mercados emergentes puedan prepararse para afrontar esta situación.
En la reunión también se ha planteado la situación de la reforma del FMI. Australia y la India quieren que se modifique el sistema de cuotas para permitir una mayor participación de los países emergentes y para ello Estados Unidos tiene un papel clave por ser el principal contribuyente del organismo y por contar con el mayor porcentaje de voto.
La reforma, que tiene que dar más peso a los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), fue aprobada en 2010 pero no ha entrado en vigor al no ser ratificada hasta ahora por los parlamentos de varios países miembros del FMI, entre ellos Estados Unidos.
En lo referente a la lucha contra el fraude fiscal, muchas promesas, más palabras y ninguna propuesta concreta de acción.

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