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domingo, 2 de febrero de 2014

Francia, Los sin techo en el país crecen un 50%

Invierno del 54. Una mujer acaba de morir de frío tras ser expulsada de su domicilio. El abate Pierre pide que esa misma noche, en todas las ciudades de Francia, se cuelguen pancartas iluminadas con un mensaje muy sencillo: "Tú, que sufres, seas quien seas, entra, duerme, come y recupera la esperanza. Aquí, te queremos".
60 años después de esa iniciativa que llevó posteriormente a la creación de la asociación Emmaus, hay gente que sigue viviendo y muriendo en la calle. Hay incluso más que antes, y no son solo sin techo. También hay víctimas de la crisis que malviven en tiendas de campaña, caravanas o apartamentos sin calefacción y en muchas ocasiones sin agua.
El número de personas que viven en la calle creció en Francia un 50% desde 2001, llegando a un número superior a las 141 mil personas, incluyendo unos 30.000 niños, según datos de un estudio publicado el pasado viernes por la Fundación Abbé Pierre, que lucha por la creación de albergues o residencias populares para la población menos favorecida.
De las personas sin hogar, 47 por ciento están desempleadas, 25 por ciento tienen un trabajo regular o empleos temporales y 28 por ciento son jubilados o carecen de capacidad laboral.
La situación actual en Francia, "Es el resultado de un aumento del desempleo y del trabajo precario, asociado a la falta de casas y a los altos precios de los alquileres" afirma Christophe Robert, director adjunto de la Fundación, reconocida como institución de utilidad pública.
La fundación estima que más de 3,5 millones de personas enfrentan problemas de vivienda en Francia, pues además de los sin techo -llamados los SDF-, hay decenas de miles de personas que viven en condiciones infrahumanas o difíciles (sin ninguna comodidad, sin sanitarios o con los mismos fuera de la vivienda, o en locales superhabitados) o en "viviendas" precarias como trailers, tiendas, barracones de cualquier material, pequeños hoteles, etcétera, o aquellos que consiguen, al menos esporádicamente, hospedarse en casa de familiares o amigos.
"Las soluciones de viviendas improvisadas, como campamentos y barracas, están ganando espacio fuera de las ciudades. Hay también un importante resurgimiento de situaciones que imaginábamos ser cosa del pasado, como barracones o precarias tiendas en las periferias de las ciudades y en terrenos baldíos", afirma el relatorio.
"Hay personas que sobreviven con grandes dificultades, pero también hay una parte de la población que se vuelve cada vez más frágil en relación a la vivienda, aunque la misma trabaje", denuncia Christophe Robert, citando el ejemplo de personas con empleo que son obligadas a dormir en sus coches.
En París, por ejemplo, las condiciones para alquilar un apartamento son cada vez más rigurosas, y los propietarios llegan a exigir que el inquilino gane el triple del valor del alquiler. Una cuestión que se complica por la ausencia de pequeños apartamentos baratos. En la capital de Francia es muy difícil encontrar una vivienda pequeña, de menos de 30 metros cuadrados, por menos de mil euros. Por ese motivo es posible ver a veces filas de personas durmiendo en colchones en la calle, especialmente inmigrantes rumanos, y de otros países del este de Europa, así como los llegados de zonas de África, mismo en las áreas turísticas.
Ellos son retirados habitualmente por las autoridades de los espacios que ocupan.

Tiendas de campaña colocadas a lo largo de la avenidaTourny en Burdeos. (Pierre Alain / Efe)
Tiendas de campaña a lo largo de una avenida en Burdeos. Pierre Alain/EFE.

Por otra parte, el ayuntamiento de París lleva un tiempo instalando un mobiliario urbano (como bancos en las calles, plazas o líneas de metro) proyectados especialmente para que las personas no puedan tumbarse en los mismos.
El estudio señala también que existe un aumento no controlado del precio de la vivienda, resaltando que los alquileres subieron un 55% en 13 años, mientras que la situación económica se ha deteriorado considerablemente en los últimos 6 años. El desempleo, por ejemplo, aumentó un 6% en 2013 y alcanzó a cerca de 5 millones de personas.
Los datos en el relatorio de la Fundación Abbé Pierre sobre la población sin vivienda son del Instituto Nacional de Estadísticas y Estudios Económicos (INSEE). Pero el estudio sobre la crisis de la vivienda en el país, realizado anualmente por la fundación, refiere un panomara completo de la situación de Francia.
De acuerdo con el estudio, a pesar del aumento de un 34% en la oferta, de albergues u otro tipo de cuartos o viviendas sociales entre 2000 y 2013, todavía "es insuficiente para atender la creciente demanda".
Según el estudio 1,7 millones de personas están aguardando algún tipo de acomodo social en el país, al mismo tiempo que la población de más de 91 mil viviendas está amenazada de desahucio por no poder pagar el alquiler.
Finalmente el estudio indica que cerca de 4 millones de hogares están en situación de "precariedad energética" por no conseguir pagar las cuentas de luz y gas.
Pero la situación tampoco es halagüeña fuera de las fronteras francesas. El número de sin techo se ha disparado en toda Europa en los últimos años. Sobre todo, en los países más afectados por la crisis, pero también en grandes ciudades como Londres.
En la UE, el 27% de los niños y jóvenes menores de 18 viven en riesgo de pobreza o exclusión, frente al 24% de los adultos. El 9% de la población europea se encuentra en situación de privación material severa.
Los más afectados por este problema son los niños, las mujeres, los jóvenes menores de 25 y los gitanos.
Un 33% de la población de Grecia vive por debajo del umbral de la pobreza según el instituto de estadística local. La situación de la clase media ha empeorado con la crisis, lo que hace que muchos de sus miembros engrosen los grupos de riesgo.


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