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sábado, 16 de noviembre de 2013

Libia, Más de 30 muertos, y 300 heridos, por disparos contra una manifestación pacífica


Armados con ametralladoras y lanzagranadas, milicianos libios atacaron el viernes a manifestantes que pedían pacíficamente la disolución de las milicias armadas en Trípoli, la capital de Libia, dejando al menos 31 muertos y 300 heridos, por lo que el Ministerio de Salud llamó a la población a donar sangre, según la agencia oficial de noticias libia Lana y algunos testigos.
Según la cadena árabe Al-Arabiya un grupo de milicianos contra el grupo de manifestantes en el barrio de la capital de Libia de Gharghur.
Todo empezó tras la tradicional oración de los viernes cuando varios cientos de personas salieron a las calles de Trípoli para exigir que las milicias abandonen la ciudad.
Milicianos de la ciudad de Misrata recibieron a los manifestantes con disparos al aire, pero luego abrieron fuego contra ellos, que portaban banderas blancas.
El primer ministro libio, Alí Zidan, responsabilizó a manifestantes y extremistas por igual, aunque testigos dijeron que quienes protestaban estaban desarmados antes de que ocurriera el ataque. Sin embargo, en la noche, después de la agresión, algunos manifestantes ya habían conseguido armas y se enfrascaron en balaceras fuertes en el vecindario de Trípoli donde ocurrió el ataque.
Grupos armados instalaron puestos de control en la capital libia confiando en evitar que otras milicias entraran a la ciudad. Por la noche se escuchaban las sirenas de las ambulancias.
En tanto, el gran muftí (consejero legal islámico investido de autoridad pública) pidió a los manifestantes que paren las movilizaciones y dijo que el gobierno es responsable de acabar con las milicias en la capital.
La marcha que se realizó en Trípoli, a la que acudieron miles de personas, es la mayor muestra de repudio a las milicias que se ha registrado en meses. Desde la caída del dictador Moamar Gadafi en 2011, cientos de estos grupos, muchos de ellos a sueldo del gobierno, han escapado a todo control, desafían a las autoridades y lanzan violentos ataques.
Los manifestantes marchaban de una mezquita de Trípoli al cuartel general de una milicia originaria de Misrata con fuerte presencia en la capital ondeando banderas de Libia y otros de color blanco mientras cantaban: "Queremos ejército, queremos policía", porque desean que las débiles fuerzas de seguridad remplacen a las milicias.
Cuando se acercaban al edificio, milicianos vestidos de civil y otros que usaban uniformes militares salieron de la sede de la milicia y abrieron fuego contra los manifestantes con armas automáticas, lanzagranadas y fusiles antiaéreos. Imágenes del canal de televisión privado al-Nabaa mostraron a los manifestantes que trataban de escapar de los disparos mientras otros corrían cargando a víctimas ensangrentadas.
"Esta es la sangre de los libios, nuestra sangre. Los del Congreso General de la Nación y los del Gobierno sois unos traidores. ¿Dónde está el Ejército? ¿Dónde está la Policía?", denunciaba un manifestante, según recoge la agencia Euronews.



Hanan Salé, investigadora de Human Rights Watch en Trípoli, dijo a la AP que en una morgue vio siete cadáveres.
"La situación es caótica. Se ve a hombres armados corriendo", dijo. "Creemos que habrá más muertos", agregó, cuando todavía no se tenían noticias concretas de la gravedad de lo sucedido.
Los milicianos también golpearon a un periodista y un fotógrafo, quienes después fueron rescatados por los manifestantes. Tras el ataque, algunos de quienes participaron en la protesta marcharon hacia la mezquita mientras otros se quedaron cerca del cuartel de la milicia. Muchos pidieron al director del concejo municipal de Trípoli que use la fuerza para expulsar a las milicias.
Al-Taher Basha Agha, comandante de una milicia con sede en Misrata, entrevistado por la televisora libia al-Ahrar prometió que las milicias sólo dejarán "cadáveres" y acusó a los manifestantes de disparar primero. "¿Quién es la persona que los incitó?", preguntó. "Los malvados que usan a civiles como un puente para llegar al poder".
El comandante hizo una amenaza: "Trípoli no ha visto una guerra, la verá pronto".
Según parece, los manifestantes respondieron armados a los disparos de la milicia y atacaron el cuartel general de este grupo proveniente de Misrata. El Ejército tuvo que movilizar 10 camiones para controlar la situación.
Dos años después de la caída de Muamar el Gadafi, el Gobierno libio tiene problemas para mantener la seguridad del país. Las diferentes milicias se niegan a entregar las armas y la población denuncia los constantes abusos y violencia de estos grupos armados.
El primer ministro libio, Ali Zidán, condenó lo ocurrido y llamó a los ciudadanos a la calma.
"Lo peor para el pueblo libio es la presencia de armas fuera del control de las fuerzas del Estado, del Ejército y de la Policía", dijo, según publica la BBC.

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