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sábado, 30 de noviembre de 2013

Estados Unidos, 14º aniversario de la batalla de Seattle durante la reunión de la OMC

Policía lanzando gas pimienta contra los manifestantes.
La batalla de Seatlle, así se conoce a las manifestaciones contra la cumbre de la OMC, que tuvieron lugar en esa ciudad estadounidense entre el 29 de noviembre y el 3 de diciembre de 1999, donde decenas de miles de personas convocadas principalmente por sindicatos, organizaciones ecologistas, profesionales, anarquistas, y personas comunes, se movilizaron en las calles de Seattle contra la Organización Mundial de Comercio (OMC) hasta hacer fracasar la llamada Ronda del Milenio, todo al margen de cualquier partido político. Están consideradas como el inicio de una nueva etapa del movimiento antiglobalización, a partir del cual han tenido lugar protestas masivas en todas las cumbres de la OMC.
La mayor manifestación, conocida como Batalla de Seattle, tuvo lugar el 30 de noviembre. Según el departamento de policía de Seattle esta manifestación contó con 40.000 participantes, otras fuentes indican que pudieron llegar a ser cerca de 100.000 los manifestantes.
Hace catorce años, la batalla de Seattle fue el epicentro de un terremoto político global. Varias decenas de miles de manifestantes lograron bloquear la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Las distintas marchas, teatros callejeros, sentadas y acciones de desobediencia civil no violenta contra la reunión ministerial de la OMC se enfrentaron a gases lacrimógenos, balas de goma, cargas policiales y arrestos masivos. Sin embargo, los grupos ecologistas y anarquistas, las fuerzas sindicales, redes feministas, trabajadores y activistas de toda clase reunidos en Seattle optaron por resistir.
Máscaras, disfraces, strippers, lanzallamas, desfiles del amor, carnavales de protesta: hace catorce años nacía un movimiento para el que nadie parecía estar preparado. El 30 de noviembre de 1999, la cumbre de la Organización Mundial del Comercio fue sorprendida en Seattle por varios miles de manifestantes que paralizaron el puerto, cantaron y bailaron y cortaron con un círculo de brazos encadenados el acceso al Centro de Convenciones. De los tres mil delegados, sólo quinientos pudieron abrirse paso y la ceremonia inaugural de la OMC tuvo que ser cancelada.
El 30 de Noviembre de 1999 la organización para el comercio se reuniría en Seattle (estado de Washington, noroeste de Estados Unidos) y sería la mayor cumbre sobre el comercio global que se celebraría en Norteamérica. Para ese día se decide realizar un "Día de acción global" ("Global Action Day"). El plan era reunir a los manifestantes en el estadio de Seattle, marchar al lugar de reunión de la OMC y sentarse silenciosamente en las escaleras de entrada del edificio para evitar la entrada de los 3.000 delegados a la OMC. La idea fue tomada de las huelgas de sentadas ("sit-down strikes") que el movimiento obrero norteamericano utilizó sistemáticamente en los años de la Gran Depresión.
La película “Batalla en Seattle” retrata el levantamiento político social que tuvo lugar durante la Conferencia Ministerial. Esas jornadas de protestas en Seattle, son conocidas como Batalla de Seattle. En la película se muestra, entre ficción y realidad como la organización de esa Cumbre fue rechazada por diversos sindicatos, protestantes activistas ambientales, profesionales, anarquistas, religiosos, pacifistas y personas comunes que estaban en contra y se manifiestaron para que no sea realizase dicha ceremonia.
Durante cinco días decenas de miles de personas, muchas tras recorrer miles de kilómetros, llegaron de todo los Estados Unidos, Canadá, Europa y en menor medida de Sudamérica, y consiguieron desafiar durante ese período la globalización, aguantando las durísimas arremetidas policiales y mostrando una vez más, la fuerza del pueblo unido.


Las siguientes contracumbres globales tuvieron que enfrentar una respuesta más dura que la esperada y que enfrió parte del optimismo inicial. En abril de 2000, en Washington, diez mil policías impidieron que miles de manifestantes boicotearan una reunión del FMI y del Banco Mundial. Cinco meses más tarde, en Praga, el asedio contra esos dos organismos tuvo más éxito gracias a un gigantesco street party de diez mil personas que cortaron calles, hicieron batucadas, danzaron y forzaron a los delegados a salir por los subterráneos arrastrando sus valijas para llegar a los hoteles, sin poder circular por la ciudad ni siquiera para asistir al acto oficial en el edificio de la ópera.
Después llegó Génova, donde 200 mil manifestantes contra la cumbre del G-8, que se celebró en julio de 2001, tuvieron que soportar una represión descomunal y choques con los carabineros que dejaron un manifestante muerto y más de doscientos heridos,
Podemos decir que el movimiento antiglobalización surge en los años previos a la reunión de la OMC en Seattle y se refuerza en sus calles a lo largo de cuatro días de lucha y represión. A partir de esta convocatoria se han sucedido las reuniones de este colectivo, movimiento de movimientos, en varias ciudades de la geografía mundial para contestar las reuniones de las instancias que dirigen los destinos del planeta. Los principales destinatarios de sus críticas y concentraciones han sido los gobernantes de la globalización neoliberal: el Fondo, Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio y el Grupo de los Ocho, principalmente.
Para Esther Vivas, coautora del libro, Resistencias globales: De Seattle a la crisis de Wall Street, "Seattle marcó un punto de inflexión en el ascenso de las movilizaciones “antiglobalización” que se habían ido gestando durante toda la década de los años noventa. Los inesperados acontecimientos de Seattle tuvieron un fuerte impacto político, social y mediático por el lugar donde sucedieron, en el corazón de los Estados Unidos, y en una ciudad símbolo de la “nueva economía”, así como por la radicalidad de las protestas, con el bloqueo físico de la sesión de inaugural del Encuentro Ministerial de la OMC, y por el fiasco y parálisis de las negociaciones debido a los desacuerdos entre los países del Sur y los Estados Unidos y la Unión Europea. Seattle inspiró a toda una nueva generación militante, marcando un antes y un después en la percepción que la opinión pública mundial tenía sobre la globlización neoliberal y sus artífices".
A partir de estos movimientos nace el Foro Social Mundial, que en el año 2001 celebra, en la localidad brasileña de Porto Alegre, su primer encuentro, no por casualidad, en las mismas fechas que en la estación de Davos (Suiza) se reune el Foro Económico Mundial.
El inicio de la denominada "guerra contra el terrorismo" reunió todas las condiciones para iniciar lo que sería la asfixia del movimiento de la protesta global, y Génova 2001 produjo un punto de inflexión, con disparos y golpes sobre manifestantes frente a cientos de cámaras, como si fuese un ensayo de hasta qué punto se podían forzar los límites del estado de derecho para detener un movimiento en ascenso.
Catorce años después, el movimiento que en su apogeo inundó países de marchas multitudinarias contra la guerra de Irak, en el años 2003, y contra el cambio climático, ese movimiento, contrario a la globalización capitalista, ha perdido casi todo el brillo que cautivó a centenares de miles de jóvenes entre finales del siglo pasado y principios de éste, aunque, quizás,  la crisis económica, y la política de recortes, puede estar siendo el embrión del nacimiento de nuevos movimientos sociales alrededor del planeta, y las manifestaciones de Brasil durante el pasado mes de junio pueden ser, solo, un pequeño ejemplo de la capacidad de crecimiento de los mismos.

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