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miércoles, 24 de julio de 2013

Centroamérica, El riesgo de ejercer un periodismo independiente

 
La Fiscalía de Honduras confirmó el pasado miércoles, día 10 de julio, que los restos de un cuerpo desmembrado y quemado hallados el norte del país son del conocido periodista de televisión Aníbal Barrow.
El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos registra 36 periodistas asesinados desde 2002, pero 29 de esas muertes, incluida la de Barrow, ocurrieron durante el gobierno del derechista Porfirio Lobo, quien asumió el cargo en enero de 2010.
"Queremos confirmar el hallazgo y, bajo el criterio de la prueba científica que he descrito, que en un cien por ciento el Ministerio Público da a conocer que la persona encontrada se refiere al ciudadano Aníbal Barrow", confirmó el director de fiscales Roberto Ramírez tras conocer el resultado de las pruebas de ADN.
El periodista fue secuestrado el 24 de junio pasado en la ciudad de San Pedro Sula y sus restos fueron hallados este martes sepultados en una laguna en la localidad de Villanueva, en el departamento norteño de Cortés.
En las inmediaciones también había ropa cuya descripción corresponde a la que llevaba puesta Barrow cuando fue raptado, así como varios documentos del comunicador.
El conocido periodista conducía el programa matinal "Aníbal Barrow y Nada Más" en el canal Globo TV.
Las autoridades no han informado de las posibles motivaciones del crimen. Hasta el momento cuatro personas han sido arrestadas y la policía busca a otras cuatro en relación con la muerte de Barrow.
A unos minutos de asistir al funeral de un colega asesinado, el presidente del Colegio de Periodistas de Honduras, Juan Mairena, describe la vida de muchos comunicadores en su país. "Quisiéramos no decirlo, pero es una realidad", le cuenta a BBC Mundo. "Los que viven el día a día ejerciendo el periodismo en esta zona nos han comentado que tienen que autocensurarse".
"Saben que hacer ciertos comentarios o algunos señalamientos pone en peligro su vida. Las amenazas por diferentes medios son constantes, sin saber de qué sector provienen, pero sin duda en todo esto tiene que ver el crimen organizado", reconoce.
La violencia contra periodistas no se limita a Honduras. Organizaciones civiles han documentado que en países como Guatemala o El Salvador existen amenazas frecuentes contra reporteros y medios de comunicación.
"El periodista, cuando trata de hablar sobre la realidad, se encuentra con poderes reales y con alta capacidad de violencia que van a defenderse para poder seguir robando, matando, o simplemente continuar en el poder", comenta Claudia Samayoa, directora de la Unidad de Protección a Defensores de Derechos Humanos de Guatemala (Udefegua). "Entonces la dinámica del periodista es: me censuro a mí mismo o trato de seguir mi trabajo en alto riesgo".
El problema se ha agudizado en los últimos años y coincidió con la mayor presencia de cárteles de narcotráfico en Centroamérica, especialmente de origen mexicano.
En muchos casos, la presión a los medios viene de bandas de delincuencia organizada, aunque también se han reportado agresiones de autoridades locales, según organizaciones civiles.
Es el caso de Honduras, donde según el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Ramón Custodio, el ejercicio periodístico se ha convertido en una tarea peligrosa.
De acuerdo con un informe entregado al Congreso hondureño en marzo pasado, desde 2010 en ese país han sido asesinados 28 periodistas. El último caso fue el del conductor de televisión Aníbal Barrow, secuestrado el 24 de junio y cuyo cuerpo apareció semanas después.
Hasta ahora sólo en un caso se ha logrado castigar a los responsables. El resto de los homicidios de periodistas sigue impune, dice Juan Mairena.
Es una de las razones por las que no se ha logrado frenar la violencia hacia comunicadores, añade el periodista hondureño Rubén Escobar.
"Nadie sabe de dónde proviene por la falta de investigación, por la impunidad", le asegura a BBC Mundo. "Casi nunca se da con los autores intelectuales".
Los homicidios y amenazas son parte de la violencia que padecen muchos periodistas en Centroamérica, pero quizá el problema más frecuente es la autocensura, advierte la directora de Udefegua.
En Guatemala, por ejemplo, "incluso coberturas de concursos de belleza o de temas de fútbol se han vuelto riesgosas para los periodistas", afirma Claudia Samayoa. "Si el narco local ha decidido que su novia es la que va a salir ganadora, y si alguien plantea en su nota periodística que otra es más bonita, lo amenazan".
En Honduras se vive una situación similar. "Hay zonas del país donde realmente se vuelve muy peligroso ejercer el periodismo", reconoce Mairena.
"Hay temas que se han vuelto tabúes, como hablar de narcotráfico o delincuencia organizada. Son zonas que las autoridades han señalado que son controladas por el crimen organizado".
Algunas de estas regiones fueron identificadas en el informe del comisionado de Derechos Humanos. Se trata de Francisco Morazán, Cortés, Atlántida, Olancho, El Paraíso, Colón, Yoro y Lempira. En esos sitios han sido asesinados 27 periodistas en los últimos tres años.
La situación no parece que vaya a cambiar en el corto plazo, coinciden Samayoa y Mairena. Y es que en los últimos años el perfil de los cárteles de narcotráfico en la región ha cambiado.
Antes buscaban controlar las rutas de trasiego, señala la directora de Udefegua. Ahora quieren convertirse en el poder local de los distintos países.
El periodista mexicano Alberto López Bello, de 28 años, fue brutalmente asesinado la madrugada del miércoles 17 de julio en Oaxaca, al sur del país. El reportero cubría la nota policíaca para el diario local El Imparcial y colaboraba con un programa de radio.
En mayo, dos hijos de 20 y 21 años, del conocido periodista financiero mexicano David Páramo fueron acribillados a tiros cuando estaban llegando, en coche, a su casa.
En México cerca de 70 periodistas han sido asesinados desde el año 2006.
En Brasil cuatro periodistas fueron asesinados desde el inicio del 2013. El último de ellos,  José Roberto Ornelas de Lemos, el pasado 12 de junio. También en ese país varios reporteros fueron golpeados mientras ejercían su profesión cubriendo las protestas que se vienen desarrollando en el país desde el pasado mes de junio.

Fotógrafo japonês da France Presse foi ferido por golpe de cassetete de policial durante protesto -
Foto: UANDERSON FERNANDES / AFP
Fotógrafo japonês da France Presse fue herido, en Rio de Janeiro, por golpes de la policía durante protesta en la recepción del Papa. UANDERSON FERNANDES / AFP
Hasta la fecha, un total de 57 periodistas han sido asesinados en 23 países, lo que supone casi un 25% menos que en 2012, cuando se contabilizaron 75 muertes. "Esta reducción es un motivo de satisfacción. Esperamos que esta tendencia siga, gracias a los esfuerzos de las asociaciones de periodistas, de ONGs, de la ONU y de los gobiernos", dijo el secretario general de la Campaña Emblema de Prensa (PEC), Blaise Lempen.
Según esa organización, "Los países más peligrosos para ejercer el periodismo son Pakistán, con diez víctimas, seguido de Siria, con ocho periodistas muertos. En tercer lugar siguen Somalia y Brasil, con cinco muertos cada uno. India es la quinta, con cuatro. Les siguen Filipinas, Guatemala, Haití, Irak, México y Paraguay".
Cuando se publicó el informe de la PEC, en junio pasado, no se había producido el asesinato de Barrow en Honduras.
En ese país, el Comisionado Nacional de Derechos Humanos de Honduras (Conadeh) expresó su preocupación por la impunidad que prevalece en el asesinato de periodistas en el país, donde las mismas autoridades de seguridad reconocieron en abril pasado que el 80 por ciento de los homicidios quedan sin resolver por la falta de investigación.

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