"Todos
los días vemos noticias de violencia contra nuestras mujeres, lo poco espanta y
lo mucho amansa. Nos hemos amansado", publicaba ayer el diario de
Bolivia El Deber.
En
una columna de ese periódico se puede leer, "Me ha sorprendido
muchísimo la poca cobertura de los medios. Tampoco la mujer en general y los
grupos feministas en particular han dado la relevancia que merece. Menos aún
los líderes políticos y las mujeres del MAS, tan activas en otros casos. ¿Somos
una nación violenta? ¿Qué pasa con Bolivia? ¿Acaso no es trágico que peguen y
agredan a nuestras madres, a nuestras hijas, a las mujeres? ¿No es 70% un
porcentaje aberrante? ¿Acaso es cierto lo de “porque me quiere me aporrea”?,
costumbre troglodita que persiste en el siglo XXI".
En
Bolivia, un informe de la Defensoría del Pueblo denunció que siete de cada diez
mujeres sufrió alguna vez en su vida de abuso sexual. La mayoría no denuncia a
su agresor por temor o vergüenza.
En
ese país se registran cada año 14.000 denuncias de ese tipo de violencia contra
niñas, adolescentes y adultas, según el informe "Violencia Sexual contra
las Mujeres" presentado este miércoles por el defensor del pueblo, Rolando
Villena.
De
esas denuncias, 60% suceden en los hogares de las víctimas y sólo el 0,04%
concluye con una sentencia para el violador.
El
estudio está basado en datos de una investigación de administradores de
Justicia que señalan que del total de los expedientes de casos relacionados con
los derechos de las mujeres, el 71% fue rechazado por los fiscales por falta
de pruebas y, de este porcentaje, el 41% corresponde a delitos sexuales.
Con
datos de la Policía Nacional, la Defensoría del Pueblo denunció, además, que
las denuncias de agresión sexual a menores aumentaron de las 1.076 registradas
en 2005 a las 3.602 el año pasado, es decir, un 235%.
"Sólo
los registros de violación aumentaron de 777 en 2005 a 2.386 en 2012, lo que
representa un incremento de 207%, es decir, de dos por día se elevaron a seis",
señaló el comunicado de la Defensoría.
"Las
cantidades reales son obviamente mayores si consideramos los casos que no
llegan a la prensa, los que se quedan en los escritorios de los administradores
de justicia o los que no son siquiera denunciados", lamentó Villena.
Agregó
que, según Naciones Unidas, estas cifras colocan a Bolivia como el segundo país
de América Latina con los más altos índices de violencia sexual, "el
más vergonzoso sitial que tiene el Estado boliviano a nivel mundial".
La
representante en Bolivia del Fondo de la ONU para la Población (Unfpa), Miriam
Taborga, comparó los datos con los niveles que alcanza una "pandemia"
y demandó que esta temática sea considerada como un tema de salud pública pues
afecta al 15 % de la población femenina en Bolivia, según la nota de la
Defensoría.
El
defensor del pueblo instó a autoridades y organizaciones civiles a abordar este
tema con "alta prioridad" y reiteró que se debe realizar una "cruzada
nacional para luchar contra la violencia sexual contra niñas, niños,
adolescentes y mujeres".
Villena
ya denunció en junio pasado que al menos 23 mujeres han muerto en Bolivia por
la violencia machista y otras 54, incluidas niñas y adolescentes, han sido
víctimas de violación entre enero y junio de este año.
El
Gobierno y las instituciones defensoras de los derechos de la mujer han
lamentado varias veces los altos índices de violencia machista y agresiones
contra las mujeres, que no parecen haber aminorado pese a la entrada en vigor
en marzo pasado de una dura ley que castiga el feminicidio hasta con 30 años de
prisión.
Según
la Defensoría, los procesos contra violadores se traban debido al constante
cambio de investigadores o fiscales, el limitado número de médicos forenses,
actitudes machistas por parte de los administradores de justicia, la falta de
gratuidad y el desconocimiento de procedimientos judiciales, entre otras
causas.
Además,
los casos son abandonados porque las víctimas temen represalias, los procesos
son largos y les hacen revivir la agresión sufrida o porque los abogados pactan
con los agresores, que se libran de ir a prisión favorecidos también por jueces
y fiscales.
Latinoamérica
es una de las regiones del planeta más afectadas por la violencia contra la
mujer. Es importante que toda la ciudadanía denuncie cualquier agresión que
conozca o sospeche y que, como sociedad, se exija a los gobiernos adoptar leyes
contundentes contra el maltratador, así como programas de ayuda a las mujeres
que necesiten salir de una situación de violencia.
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