Médicos protestan frente a la sede del Gobierno Federal (Planalto) en Brasilia. |
el gobierno de Dilma Rousseff implantó el programa "Mais Médicos" (Más Médicos), cuyo objetivo es llevar la sanidad pública a lugares donde hoy no existe atención a los ciudadanos, y especialmente a los lugares donde predomina una población económicamente más empobrecida.
La idea es contratar 10.000 médicos, en un programa de tres años, y distribuirlos por todo el país.
De éstos unos 4.000 serán médicos cubanos, según el acuerdo firmado entre Brasil y Cuba, con la finalidad de situarlos en las poblaciones donde la presencia de profesionales de la salud es nula o prácticamente nula.
Los estados amazónicos de Acre, Amazonas, Pará, Rondonia, Amapá, así como otras zonas carentes del país, serán los más favorecidos por el programa. Aunque el mismo olvida que sin recursos materiales los médicos no pueden salvar vidas ni ofrecer una mínima atención de calidad.
La medida no ha sido bien recibida por el colectivo médico del país que incluso desde la llegada del primer contingente de médicos cubanos ha iniciado un proceso de hostigamiento. Al grito de "esclavos, esclavos, esclavos" (dado que una parte de lo que, supuestamente, ganarán en el país se pagará directamente al gobierno cubano) fue recibido un grupo de estos médicos en la ciudad brasileña de Fortaleza.
La situación fue tan tensa que los cubanos tuvieron que permanecer encerrados en el centro, donde están recibiendo una formación mínima para poder trabajar en Brasil, durante más de dos horas.
El gobierno brasileño decidió "importar" doctores de Cuba después de que su propuesta para que médicos locales y extranjeros, dentro del programa "Más doctores", dirigido a enviar a profesionales a trabajar a áreas urbanas y rurales pobres durante tres años, no resultase suficientemente atractiva.
El gobierno, en una medida electoralista y sin planificación, creó el programa después de una ola de protestas en diversos estados de Brasil en las que los manifestantes exigieron mejores servicios públicos, entre ellos los de sanidad.
El programa ha generado indignación entre los médicos brasileños, quienes alegan que en el país hay abundancia de médicos para trabajar en esas zonas, pero para ello lo principal es que el gobierno invierta en infraestructura de hospitales y material sanitario, y pague mejores salarios en los servicios públicos de salud.
Brasil sufre con un sistema de salud pública deficitario hasta extremos inimaginables, con esperas de 10 horas para ser atendido por un especialista de la salud, falta de material en la gran mayoría de hospitales o centros de atención primaria, falta de compromiso por parte de muchos médicos con su profesión e innumerables pacientes muriendo en los pasillos de los hospitales, en hamacas, sillas o camillas improvisadas, personas que deben desplazarse durante horas para encontrar donde ser atendidas, y un largo etcétera.
El Consejo Médico Federal, que supervisa el otorgamiento de licencias a los doctores brasileños, ha declarado frencuentemente que la contratación de médicos cubanos que no pueden hablar portugués y cuyos diplomas no han sido revalidados a nivel local viola las leyes brasileñas y los derechos humanos al poner en riesgo la vida de los brasileños en regiones pobres y alejadas. Pero la verdad es que la vida de esas personas, que a veces deben viajar durante varias horas para ser atendidas, y cuando llegan al local pueden encontrase que el médico no está, el centro médico está cerrado, por diversos motivos, o unas condiciones higiénicas penosas, ya está en riesgo.
Solo hace falta darse una vuelta por los hospitales de la salud pública brasileña para percibir que no es necesario irse al estado de Acre, por poner un ejemplo, para darse cuenta del riesgo de muerte que corren los ciudadanos en su propia red de salud pública.
En grandes urbes como Rio de Janeiro, São Paulo o la propia capital Brasilia, las deficiencias, falta de higiene, ausencia de médicos, desinterés, falta de material médico (a veces los propios familiares deben comprarlo), etc. son situaciones habituales.
Para complicar más la situación, según publica el periódico brasileño Folha de São Paulo, "Los presidentes de los Consejos Regionales de Medicina prometieron accionar a la policía cuando los médicos cubanos, dentro del programa Mais Médicos, comiencen a trabajar en el país". Asimismo afirma que posibles errores médicos cometidos por "los médicos cubanos", a quienes consideran poco capacitados para la atención sanitaria, no serán subsanados por los médicos brasileños
Una de las críticas de la clase médica de Brasil es la dispensa a los extranjeros de la Reválida, un examen de validación de los diplomas obtenidos en el exterior. En el programa Más Médicos lo único que se realizará es un curso de formación sobre el sistema público de salud y de portugués.
Según los representantes de los colegios médicos regionales "El ejercicio de la profesión sin el registro médico correspondiente es ilegal y, en consecuencia, un caso policial".
Ante la crítica de los médicos brasileños de que están llegando a Brasil médicos cubanos sin preparación y con deficiencias profesionales, y sin querer defender la política populista del gobierno brasileño, la propia ONU avala la capacidad de los profesionales, algunos con más de 10 años de experiencia y misiones en otros países.
Médicos cubanos participan de las actividades formativas en Brasilia. Jorge William / O Globo |
Participan en los cursos 400 médicos cubanos y 282 profesionales de la salud formados en el exterior, de los cuales son 166 extranjeros y 116 brasileños que cursaron sus estudios en otros países.
Médico cubano hostilizado por médicos brasileños a su llegada a Brasil. Foto ABr |
Según el periódico mexicano AM, "Un funcionario del Ministerio de Salud cubano dijo el año pasado que 38.868 trabajadores médicos de la isla, incluidos 15.407 doctores, trabajaban en 66 naciones.
Se cree que tan sólo en Venezuela hay unos 30.000 profesionales cubanos de la salud. El gobierno venezolano le proporciona a Cuba unos 92.000 barriles de petróleo diarios, por un valor de aproximadamente 3.200 millones al año.
Los analistas dicen que la exportación de servicios médicos añade unos 6.000 millones de dólares al año a la economía de la isla caribeña. En contraste, el turismo, la fuente número uno de dinero de efectivo entrante, trajo consigo 2.500 millones de dólares en 2011, de acuerdo con las estadísticas más recientes disponibles".
Mientras el gobierno brasileño con sus críticas a la población médica calificándola de "elitista" o "patricinha" (en el caso de las doctoras) sólo está provocando un enfrentamiento entre la sociedad y la clase médica, agravado por las penosas condiciones en las que trabajan los médicos brasileños, la precariedad de las instalaciones y la ineficiencia y corrupción existente en el SUS.
Pero dentro del debate "cubanos si, cubanos no", no tiene desperdicio un artículo aparecido en la revista brasileña Veja, que nos retrae a la época en la que el muro de Berlín separaba a los buenos y a los malos, y el termómetro de la "Guerra Fría" marcaba la temperatura de las relaciones entre los que se encontraban al Oeste y al Este del mencionado muro.
"Por qué la importación de médicos cubanos va a inundar Brasil con espías comunistas", es el título de un artículo escrito por la reportera Nathalia Watkins, respecto a la llegada de los doctores cubanos. Dice: "Dejar al Partido de los Trabajadores comandar la política externa da en esto. Se sitúan los intereses nacionales en segundo plano para ceder al deseo de los "aloprados" (un grupo dentro del PT)".
En el mismo reportaje la periodista afirma que Cuba tiene uno de los peores sistemas de salud del mundo, mientras Noruega alababa la actuación de los médicos cubanos en Haití, y las estadísticas de mortalidad infantil y expectativa de vida en el país pueden mostrar otra realidad.
Sin embargo, lo que no tiene desperdicio en la columna de opinión es el comentario siguiente: "(...) detrás de los chalecos están espías comunistas, disfrazados de agentes de salud. De cada cinco médicos que Cuba está exportando viene también un espía del régimen castrista".
Lo que representa que si el acuerdo entre el gobierno brasileño y el cubano es por 6.000 médicos, deberán desembarcar con ellos 1.200 espías, de la policía secreta cubana, en el país.
Todo un viaje ese artículo.
Por si esto no bastase los médicos cubanos están sufriendo los prejuicios de algunas personas.
La periodista de la ciudad de Natal, en el estado de Rio Grande del Norte, Micheline Borges, publicó en su cuenta de Facebook, "Estas médicas cubanas tienen cara de empleadas domésticas". Para comentar a continuación, "¿Serán que son médicas mismo?". La periodista continúa diciendo en su cuenta, "Médico, generalmente, tiene cara de médico, tiene postura, se impone a partir de la apariencia. Pobre de nuestra población".
El director del Sindicato de las Empleadas Domésticas de Rio Grande do Norte, Israel Fernandes, informó que va analizar la posibilidad de entrar en la Jusitica contra la periodista. "Eso es un absurdo. En pleno siglo 21 una persona todavía tener ese tipo de pensamiento". Para añadir, "Esa es una actituid racista y discriminatoria".
La repercusión de su comentario, durante el día de ayer fue tan grande, que la misma se vio obligada a cancelar sus cuentas de Facebook y Twitter.
El problema de Brasil no es, solo, la falta de médicos y las actitudes de muchos de los que ejercen en el país, sino la falta de recursos, la negligencia en la administración de los mismos y el desinterés hacia la población que necesita un sistema eficiente de salud . El destino del dinero público en obras y proyectos sin sentido ni lógica en detrimento de la salud y la educación.
El pueblo solo quiere un SUS decente, digno y respetuoso con las personas que requieren atención médica. Un lugar donde morir con dignidad si es el caso, y no tirado en un corredor con cucarachas, suciedad y una total falta de atención. Y para eso el gobierno le debe suministrar no solo el personal, sino también los materiales médicos y las instalaciones adecuadas.
El pueblo lo único que desea es una infraestructura que permita cubrir sus necesidades mínimas en el ámbito de la salud.
Estos son algunos ejemplos de la situación actual.
Vea, en este enlace, y éste es solo un capítulo, el esquema de los médicos fantasmas en la red pública de la sanidad brasileña según un reportaje de la cadena de televisión de Brasil SBT. Lo que el mismo denuncia es una práctica habitual en numerosos centros a lo largo y ancho del país sudamericano.
Cuando en un CDI ( centro de salud ambulatoria integral ) venezolano como el de Agua Vaca en el estado de Portuguesa, se producen 300 muertes en un mes entre civiles, muchos niños entre ellos, por negligencias médicas de esos desprofesionales de la salud, empiecen ustedes los brasileños a temblar. No es que sean nefastos, son peores. Y efectivamente, el G2 está más que infiltrado entre esa gente puesto que acceden a zonas que de otra manera no podrían, alentando descontentos y expandiendo el dogma robolucionario.
ResponderEliminarSi quieren un buen consejo, no permitan que esa pesadilla que son una mala copia de auténticos profesionales de la medicina metan las narices en su país. Algunos buenos hay, pero son la excepción que confirman la regla.
Saludos.
Vaya, un personaje que lanza mensajes siniestros y sin pruebas. Tan habitual como los muchos ejemplos de miseria humana y periodística que tan bien ilustra el artículo. Qué lástima que la ignorancia y resentimiento inunde la razón de algunas personas. Quizás este Fidel entre los infiltrados!!! Gran artículo y enhorabuena por los brasileños, especialmente aquellos que nunca tuvieron oportunidad de disfrutar un derecho humano fundamental, la salud, y que ahora, gracias al gobierno brasileño, y a la capacidad cubana de producir médicos (y no armas, o ser exportadora de drogas) que saben trabajar en cualquier contexto, cosa que no hacen los aburguesados médicos occidentales, que no atienden a las personas si no es cobrando, en sus hospitales privados. Cuba, un ejemplo en protección del derecho a la salud. Pese a quién no le guste aceptarlo. Gracias por el artículo!
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