Un numeroso grupo de atacantes, supuestos miembros del grupo Boko Haram, abrió fuego durante
las oraciones de madrugada en la población de Konduga, en el estado de Borno el
domingo y, posteriormente, también en la ciudad de Mafa.
Aunque Boko Haram usualmente dirige sus ataques a
cristianos, ya había atacado mezquitas en el pasado.
Un corresponsal de la BBC en la región dice que el
grupo pudo haber pretendido atacar a potenciales enemigos organizados para
luchar contra ellos.
El último ataque se produjo casi tres meses después de
que el presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, declaró el estado de
emergencia en el noreste del país por la violencia sectaria.
El periódico nigeriano Daily Post informaba ayer
que al menos se produjeron dos ataques que se sucedieron entre el sábado por la
tarde y la mañana del domingo.
En el primero de los ataques, al menos 51 personas
murieron a manos de un grupo armado en una mezquita en la pequeña localidad de
Konduga, en el estado de Borno, en el norte de Nigeria, según fuentes
oficiales, que sospechan de los integristas islamistas de Boko Haram. El ataque
se registró entre las últimas horas del sábado y las primeras del domingo,
según publica el períodico de Nigeria, mientras las personas, todas de creencia
musulmana, realizaban sus habituales oraciones.
Los hechos fueron posteriormente confirmados por una
fuente gubernamental, que solicitó mantener el anonimato, "Hombres
armados sospechosos de pertenecer al grupo Boko Haram ingresaron a una mezquita
y dispararon a musulmanes que oraban", según recoge la agencia AFP.
Posteriormente otras 12 personas fueron asesinadas en
la ciudad de Mafa, en el mismo estado el domingo por la mañana, cuando las
víctimas, también musulmanas, estaban en la oración.
Al menos 26 personas resultaron heridas en ambos
atentados, según recoge el diario.
La noticia se conoció luego que algunos sobrevivientes
llegaran a la capital de ese estado del noreste nigeriano, Maiduguri, y
pidieran refugio en un hospital público.
Desde mayo pasado, esa región, fronteriza con otros
dos países africanos convulsionados, Chad y Níger, es testigo de continuos
enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad del Estado y los combatientes de
Boko Haram, un grupo considerado cercano a Al Qaeda.
Inclusive, según diversas fuentes, el ataque sería una
venganza contra grupos de personas que fueron formadas para ayudar a los
militares a combatir a los extremistas de Boko Haram.
Algunos vecinos indicaron que los atacantes llegaron a
la mezquita luciendo uniformes militares camuflados, una táctica que han usado
en el pasado para ocultarse, pero estos detalles no han sido confirmados de
manera oficial.
Desde el pasado 16 de mayo, Nigeria lleva a cabo una
ofensiva "antiterrorista" en los estados de Yobe, Borno y Adamawa, en
el noreste del país (todos ellos bajo estado de emergencia), tras un incremento
de la actividad criminal en esa zona, donde opera Boko Haram, aunque se han
seguido registrando ataques de los integristas.
El grupo, cuyo nombre significa en lenguas locales
"la educación no islámica es pecado", lucha por imponer la ley
islámica en este país africano, de mayoría musulmana en el norte y de
predominio cristiano en el sur.
Desde 2009, cuando la Policía acabó con el líder de
Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que
ha causado más de 3.000 muertos, de acuerdo con cifras del Ejército nigeriano.
Su líder actual, Abubakar Shekau, dijo en un vídeo
distribuido a los periodistas este lunes que sus combatientes han protagonizado
varios ataques en el Estado de Borno en las últimas semanas que han obligado a
huir a los soldados. "Hemos matado a incontables soldados y vamos a
matar a muchos más. Nuestra fortaleza y nuestra capacidad de abrir fuego han
sobrepasado a las de Nigeria. Ahora podemos enfrentarnos cómodamente a los
Estados Unidos de América", fanfarronea Shekau en el videomensaje.
El último atentado masivo reivindicado por este grupo
islamista radical se registró el 6 de julio pasado, cuando atacó una escuela en el estado de
Yobe y dejó un saldo de 42 muertos, la mayoría estudiantes.
En esa ocasión, los atacantes, que se identificaron
como miembros de Boko Haram, prendieron fuego al edificio y dispararon contra
los estudiantes cuando estos intentaban huir.
La estabilidad en Nigeria, un país en donde la mitad
de la población se encuentra sumida en la pobreza, no sólo es una preocupación
local, sino del continente africano y de las principales potencias del mundo.
Con unos 170 millones de habitantes integrados en más
de 200 grupos tribales, Nigeria es el país más poblado de África y el mayor
productor de petróleo del continente.
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