La desaparición forzada se ha convertido en un problema mundial que no afecta únicamente a una región concreta del mundo. Las desapariciones forzadas, que en su día fueron principalmente el producto de las dictaduras militares, pueden perpetrarse hoy día en situaciones complejas de conflicto interno, especialmente como método de represión política de los oponentes. Es motivo de especial preocupación:
- el acoso de los defensores de los derechos humanos, los parientes de las víctimas, los testigos y los abogados que se ocupan de los casos de desaparición forzada;
- el uso por los Estados de la lucha contra el terrorismo como excusa para el incumplimiento de sus obligaciones;
- y la todavía generalizada impunidad por la práctica de la desaparición forzada
Llegan unos hombres. Irrumpen en la vivienda, casa, casucha o choza de una familia, rica o pobre, en una ciudad o en una aldea, en cualquier lugar. Llegan en cualquier momento del día o de la noche, habitualmente de paisano, algunas veces de uniforme, siempre armados. Sin dar explicaciones, sin presentar ninguna orden de detención, a menudo sin decir quiénes son y en nombre de quién actúan, se llevan a rastras a uno o más miembros de la familia hacia un automóvil, haciendo uso de la violencia de ser necesario.
Así suele ser el primer acto del drama que lleva a la desaparición forzada o involuntaria de una persona, violación particularmente odiosa de los derechos humanos.
Las familias y los grupos de la sociedad civil que trabajan por los derechos de las víctimas de desaparición forzada, tienen que ser protegidos contra amenazas, represalias y apoyados en su trabajo, afirmaron un grupo de expertos independientes de derechos humanos de las Naciones Unidas, en una declaración conjunta por la celebración del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, hoy 30 de agosto.
"Las familias de los desaparecidos y las organizaciones no gubernamentales son a veces la única voz en sus países que piden la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas y destacan tanto a nivel nacional como internacional la difícil situación de los desaparecidos", dijeron los expertos del Comité contra la Desaparición Forzada y el Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la ONU, en un comunicado emitido ayer.
El mismo continúa diciendo, "Debido a su papel fundamental, muchos de ellos son vulnerables a intimidaciones y enfrentan obstáculos en su lucha para prevenir y combatir las desapariciones forzadas".
La ONU aprobó en 2006 la "Convención Internacional para la protección de las personas contra las desapariciones forzadas", instrumento que entró en vigor en diciembre de 2010 al conseguir la ratificación de 20 países.
El Convenio define en su artículo segundo el concepto de víctima de desaparición forzada: "El arresto, detención, secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con su autorización, apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de la libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley".
Asimismo establece que cada víctima de un caso de esa naturaleza tiene derecho a conocer la verdad sobre las circunstancias del hecho, la evolución y resultados de la investigación y la suerte del desaparecido.
Hasta ahora, el instrumento ha sido firmado por 92 países y ratificado por 40, entre estos últimos Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay, por América Latina. En algunos de estos países las desapariciones fueron práctica habitual en la época de regímenes totalitarios o conflictos armados internos.
Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Perú, Uruguay y Venezuela cuentan por miles los números de desaparecidos que, en muchos casos, incluye a niños e incluso bebés recién nacidos de madres en cautiverio. Pero quienes comenzaron, con este sistema de generar terror entre los ciudadanos, fueron los nazis a principios de la década de los 40 del siglo pasado, y anteriormente se produjeron durante la Guerra Civil en España (1936-1939).
Aministía Internacional las define en su página web como, "La desaparición forzada constituye una violación de derechos humanos especialmente cruel, que afecta tanto a la persona desaparecida como a su familia y amistades.
Las personas desaparecidas son a menudo torturadas y viven en un constante temor por su vida, apartadas de la protección de la ley, privadas de todos sus derechos y a merced de sus captores. Es una violación constante que con frecuencia persiste durante muchos años después del secuestro inicial.
Si la persona no muere y finalmente es puesta en libertad, puede seguir sufriendo el resto de su vida las secuelas físicas y psicológicas de esta forma de deshumanización y de la brutalidad y la tortura que a menudo la acompañan.
Su familia, que desconoce la suerte corrida por su ser querido, espera, en ocasiones durante años, unas noticias que quizá nunca lleguen. No sabe si su ser querido volverá algún día, por lo que no puede llorarle y hacerse a la pérdida. Su angustia se ve a menudo agravada por las privaciones materiales cuando la persona desaparecida es el sustento de la familia. En ocasiones no pueden obtener pensiones ni otras ayudas si no hay un certificado de defunción".
En el periódico digital El Plural.com se puede leer, ""Consideramos de máxima gravedad que además de asesinar a la víctima, como forma de eliminar su memoria y de castigar a sus familias, los asesinos completen la atrocidad ocultando sus restos; cada una de esas víctimas asesinadas deja tras de sí varios muertos en vida, víctimas vivas sumidas en el acoso y la exclusión que deben recibir urgente reparación y justicia”. Matías Alonso, coordinador del Grupo por la Recuperación de la Memoria Histórica de Valencia, resume así para ELPLURAL.COM las razones por las que este 30 de agosto se homenajeará en España a las víctimas del franquismo. También la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica la cual destaca que, “en declaraciones públicas como las del alcalde de la localidad lucense de Baralla, que justificaba los asesinatos y desapariciones (durante la dictadura franquista en España), el Gobierno guarda silencio".
Este video solo es una muestra de los miles de casos de desaparecidos en una gran cantidad de países, y que ellos, que no volverán nunca, como sus familias ansian una justicia que difícilmente llegará algún día.
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