La conocida firma textil española Zara, perteneciente al grupo Inditex, que tiene como principal accionista a Amancio Ortega, que posee, según la revista Forbes, la tercera mayor fortuna del mundo, se vió salpicada por un escándalo en Brasil, tras conocerse que la empresa compró ropas fabricadas por diversos talleres que producían las piezas mediante inmigrantes bolivianos y peruanos que eran sometidos a condiciones de trabajo similares a la esclavitud.
En agosto de 2011, el Ministerio de Trabajo brasileño inició una serie de fiscalizaciones en el Estado de São Paulo, descubriendo que tres talleres de costura empleaban "mano de obra esclava", personas que trabajaban, prácticamente, de sol a sol en la confección de prendas que posteriormente eran adquiridas por la empresa española Zara y comercializadas en las tiendas de esta marca gallega.
Tras la investigación, la Fiscalía de Trabajo de ese Estado brasileño declaró que Zara "usó mano de obra
esclava en su cadena de producción, aunque aun queda por comprobar si
tenía conocimiento de ello".
El periódico carioca O Globo publicaba el 18 de agosto de 2011, "Oficinas subcontratadas mantenían 16 personas, incluyendo un adolescente de 14 años, en condiciones análogas a la esclavitud en plena capital paulista (São Paulo). El programa "A Lliga" de la televisión Bandeirantes que fue emitido ayer y la ONG Repórter Brasil acompañaron a equipos de fiscalización laboral que flagaron trabajadores extranjeros sometidos a condiciones humillantes al producir piezas de ropa de la renombrada marca internacional Zara, que pertenece al grupo español Inditex".
Tras este primer registro, el Ministerio sacó adelante 52 autos de infracción contra Zara, uno de los cuales hace referencia a discriminación étnica de indígenas bolivianos, de las tribus Quechua y Aimará, que nutrían el grueso de la plantilla, y que recibían un tratamiento peor que los otros trabajadores, y otro a jornadas abusivas de hasta 16 horas.
Meses antes, y en el marco de esas investigaciones, se descubrió un centro de trabajo en la localidad de Americana, en el Estado de São
Paulo, en el que 52 ciudadanos bolivianos trabajaban en régimen
irregular. Parte del grupo cosía pantalones para Zara.
Un año después la filial brasileña de la cadena española de ropa Zara fue excluída
del Pacto Nacional contra el Trabajo Esclavo (PORT), una campaña de
responsabilidad social corporativa suscrita en Brasil entre la
Organización Internacional del Trabajo y diversas empresas, muchas de
ellas multinacionales.
El comité de seguimiento del pacto difundió posteriormente un comunicado en el que explicaba que la medida se debía a la insistencia de la filial brasileña en pedir la inconstitucionalidad de una lista negra de proveedores elaborada por el departamento brasileño de Trabajo.
Ayer nuevamente aparece el nombre de Zara, esta vez en Argentina, envuelta en la utilización de mano de obra esclava. En la página web Público.es se podía leer "A mediados de marzo fue clausurado en Buenos Aires un taller clandestino
en el que se confeccionaba ropa para Zara. Era el primero que se
hallaba en Argentina con prendas de la marca española. Hace unos días,
la fundación La Alameda presentó una denuncia penal contra la firma de Amancio Ortega
y promovió un escrache frente a una de las tiendas que la empresa posee
en el centro porteño. Ahora, el presidente de esta organización, Gustavo
Vera, ha adelantado a este diario que acaban de encontrar otro recinto
ilegal en el que trabajan inmigrantes explotados y en donde han vuelto a
descubrir indumentaria de la filial de Inditex".
Junto a Zara han sido denunciadas otras dos empresas argentinas, Ayres y
Cara y Cruz. En estas pequeñas fábricas de costura trabajaban y vivían
explotados niños y adultos bajo el sistema conocido como "cama
caliente" (vivir en el local de trabajo) en jornadas laborales de 13 horas, "que se extendían desde las 07.00 horas de la mañana hasta las 22.00 ó 23.00 horas de lunes a
viernes y sábados hasta el mediodía", de acuerdo con la denuncia
presentada por La Alameda.
Por su parte, Juan Gómez Centurión, responsable de sanidad y seguridad en el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, comentó "hemos encontrado adultos y niños que vivían en el lugar de trabajo" y añadió "no tenían documentación oficial y fueron retenidos contra su voluntad, no se les permitía salir del local sin permiso".
Evidentemente, una vez más, portavoces de Zara se han mostrado sorprendidos con la noticia.
Según informa la CNN, "esta ONG (La Alameda), que en el pasado trabajó con el papa Francisco en contra de la
trata de personas, sostiene que Zara y las argentinas Cara y Cruz y
Ayres utilizaban como proveedores a tres talleres de confección ubicados
en Buenos Aires. Estos talleres fueron clausurados por el gobierno de
la ciudad por severos problemas de higiene, seguridad y falta de
permisos, a raíz de la denuncia".
Como dice el refrán, cuando el río suena agua lleva, y en tan poco tiempo, que aparezcan varios casos, y en dos países diferentes, no puede ser sólo una desafortunada coincidencia de falta de control por parte de los administradores de esa empresa y del propio Grupo.
Este blog sólo pretende ser una visión personal de algunos de los acontecimientos que nos envuelven en nuestro caminar por la vida. Bajo el fuego es una metáfora de la situación real que la humanidad está viviendo donde la pobreza, el desempleo, la intolerancia, el extremismo, la violencia, el enriquecimiento a cualquier precio, de unos pocos a costa de muchos, y la falta de ética o valores son realidades que podemos observar continuamente.
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Ya van saliendo noticias informando sobre como Zara trabaja. es normal, este señor no puede haber amasado semejante fortuna legalmente. Mi profesor de EGB ya me lodijo por entonces: "Nadie se hace rico legalmente", si alguno lo conseguís sopesar como lo lograís y si os justifica la conciencia. Que razón tenía.
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