La fotografía de Manu Brabo muestra el dolor y la tragedia de un conflicto que, ante la indiferencia internacional, está dejando en el país decenas de miles de muertos y cientos de miles de desplazados y familias sin hogar.
La imagen ganadora del premio Pulitzer: un hombre sirio llora sobre el cuerpo de su hijo cerca del hospital de Aleppo, en Siria (octubre, 2012). / MANU BRABO (AP) |
Brabo actuó como freelancer en lugares de conflicto como Haití, Bolivia, Honduras, Kosovo o Túnez. Fue detenido por el ejército libio, mientras cubría la revolución libia que culminó con la caida de Gadafi, el 5 de abril de 2011, y puesto en libertad el 18 de mayo del mismo año.
Tiene una cuenta en Twitter con más de 3.500 seguidores.
En declaraciones al diario asturiano La Nueva España comenta respecto a la situación en Siria: "La esperanza es lo último que se pierde, pero no pinta bien la cosa". Preguntado sobre los problemas que puede conllevar a nivel personal una profesión como la suya, derivados de la secuencia de imágenes que pueden observar a lo largo de la misma, dice: "Si pierdo la cordura o no con estas imágenes, tendrá que juzgarlo mi psiquiatra", ironiza antes de agregar: "A mí me parece un sonado el que se mete ocho horas dentro de una oficina".
Respecto al premio que acaba de ganar comenta para el mismo diario, "Me cogió por sorpresa. Yo qué sé. A veces uno se imagina estas cosas, pero como te imaginas que te toca la lotería".
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