El pasado 24 de junio, una incursión de la fuerza policial de élite (BOPE), en Rio de Janeiro, que realizó una invasión nocturna en la comunidad de Nova Holanda, favela que pertenece al denominado Complexo da Maré, el mayor conjunto de favelas de Rio de Janeiro, donde viven más de 125 mil personas distribuidas en 17 comunidades, terminó con más de una decena de muertos y varias denuncias de sus moradores.
La policía intentaba encontrar delicuentes que se habían infiltrado en una de las manifestaciones que, por esos días, se habían convertido en el paisaje cotidiano de las ciudades brasileñas, para practicar asaltos, saqueos y robos colectivos (arrastrão) a caminantes, autos y tiendas. Durante el tiroteo que se produjo en la entrada de la favela un sargento del BOPE murió. Otras nueve personas, que algunas fuentes cifran en doce, murieron durante la acción policial, tres de ellas, al menos, personas inocentes sin ningún antecedente criminal.
El acto fue considerado una barbarie por los habitantes del Complexo da Maré que realizaron, el pasado martes, un acto que reunió a mas de 5.000 personas en recuerdo de los fallecidos.
El pasado jueves, el gobernador del Estado de Rio de Janeiro, Sergio Cabral, uno de los principales blancos de la protesta, que cortó la Avenida Brasil, lamentó la muerte de las personas inocentes que murieron en la acción, pero dijo, "Cuando los bandidos reaccionan disparando, la policía no puede quedarse quieta".
Claudio Duarte, de 41 años, vive en Nova Holanda y trabaja como conductor de minibús (sistema de transporte alternativo conocido como "Van"). Volvía a su casa, sobre las 23:30 del día 24 de junio, despues de recoger a su esposa en el trabajo. De repente escuchó diversos impactos en su "Van" y un dolor inmenso al impactar un proyectil contra su nalga, a la altura del fémur. Otros impactos fueron al asiento del acompañante donde estaba su esposa (6 en total) que instantes antes se había arrojado al suelo desde el vehículo. Caso contrario sería la undécima víctima.
Claudio fue transportado al hospital por vecinos que testificaron el suceso.
Otro morador, de 26 años, de Nova Holanda, identificado apenas como Valnei, para proteger su identidad, cuenta que llegó a la favela hace seis meses. Él explica la actuación de la policía en el Complexo durante ese período. "La primera semana se produjo un tiroteo en la puerta de mi casa. Los policías entraron en la casa de vecinos míos y destruyeron los muebles y enseres de las viviendas, y se refugiaron en las mismas para intercambiar disparos con los traficantes", comenta con expresión seria.
El mismo añade, "Han hecho de una zona donde viven personas un área de guerra sin preocuparse de quien puede resultar herido o muerto por los disparos, como sucedió pocos días atrás", y denuncia "eso no sucede en otras áreas más nobles de la ciudad".
El comentarista de seguridad pública de la cadena brasileña TV Globo, la más importante del país y también la más manipuladora de la información que ofrece, Rodrigo Pimentel, afirmó rencientemente que "El fusil (de asalto) debe ser utilizado en la guerra, en operaciones policiales en comunidades y favelas. Sin embargo no debe ser usado en áreas urbanas (Zona Sur de Rio de Janeiro)".
Dicha frase recuerda otra realizada por el secretario de seguridad pública del Estado, "No puedo hacer un pastel sin romper huevos".
Ambas produjeron indignación entre las poblaciones que habitan las numerosas favelas que rodean la ciudad de Rio de Janeiro, y otras muchas capitales brasileñas.
"La llegada del Papa y el aumento del flujo de turistas son las razones de nuestra entrada (en Cerro Corá)", afirmó el portavoz de la policía militarizada, el coronel Frederico Caldas, quien agregó que la favela ocupada era la única que faltaba para completar el cinturón de seguridad armado en la zona sur de Río, la más rica de la ciudad, y que es el cartón postal, por su belleza natural, de la ciudad.
Otra protesta de los habitantes de las favelas es que algunos medios de comunicación intentan vincular las protestas con la defensa de los traficantes, cuando la realidad es bien distante de esa visión que se intenta hacer llegar a los ciudadanos.
Un morador comenta al respecto, "No queremos que el BOPE dispare en un lugar donde hay niños en las calles jugando, trabajadores caminando y personas trabajando en tiendas. Si el BOPE tiene que entrar que lo haga para conversar o arrestar, y no para hacer lo que viene haciendo".
"Nosotros tampoco queremos traficantes rondando nuestras casas, pero no se puede disparar indiscriminadamente", concluye otro.
Otros habitantes del complejo recuerdan que hace poco, en otro tiroteo, una señora recibió un tiro en la espalda, proveniente de las armas del BOPE, que le provocó la muerte instantánea. El mismo señala, "Ellos disparaban escondidos desde las viviendas de algunas personas que habían ocupado sin autorización".
Una mujer, que no quiso identificarse, denuncia que la policía ademas comete, en esas incursiones, actos vandálicos y diferentes delitos como: robar el dinero de las personas que habitan en las casas o las cajas de los comerciantes. Otra explica que el sofá de su casa fue cortado en dos porque la policía desconfiaba que hubiera droga dentro del mismo.
Otro habitante acusa a los miembros del BOPE de querer llevarse su coche.
"En la comunidad uno no puede tener una televisión mejor o un electrodoméstico mejor, que ellos ya comienzan a preguntar si el morador tiene relación con los delincuentes o traficantes. Es absurdo. Cuando la policía entra en la comunidad, sólo cambia el dueño. Sale de bandido, malcarácter, para los policías", denuncia otro que también prefiere mantenerse en el anonimato.
"Lógico que a mi no me gustan los traficantes, los odio tanto como a la policía. No me gusta ver esas personas armadas en la puerta de mi casa", comenta otro habitante del complejo.
Pero inclusive los abogados de organizaciones de derechos humanos están siendo criticados por su apoyo a los residentes de estas zonas más empobrecidas, "Es curioso. Cuando miembros de la Comisión de Derechos Humanos de la OAB (Orden de los Abogados de Brasil) estábamos presentes en las manifestaciones de la Zona Sur, donde la clase media y alta estaba presente, sólo recibíamos elogios. Ahora cundo vinimos para la Maré, recibimos una enorme cantidad de mensajes, en el site de la OAB, diciendo que estábamos "protegiendo derechos humanos de bandidos"", comenta Felipe Santa Cruz, presidente de la OAB-RJ.
La directora de la ONG Redes da Maré, Eliana Sousa Silva, informó el día de la última invasión, que dejó más de una decena de muertos, que habitantes de la zona estaban buscando la organización para denunciar abusos cometidos por policías. "Están gritando dentro de la comunidad que van a matar a todo el mundo", declaró.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha solicitado informaciones sobre la matanza realizada al Estado brasileño, anuncia el site Justiça Global.
Un vídeo recogido desde un helicóptero de la Policía Militar mostrando la caza hace poco más de un año, el 11 de mayo de 2012, de uno de los narcotraficantes más peligrosos de las favelas de Río de Janeiro, Márcio José Sabino Pereira, "El Matemático", difundido por un canal brasileño y que tuvo repercusión mundial, puso sobre el tapete el drama, nunca solucionado del todo, de la contundencia con la que suele operar la policía brasileña.
Como se advierte en las imágenes, el helicóptero policial que sobrevuela la favela sigue a un coche en el que supuestamente viajaba El Matemático. En la carrera para atrapar al delincuente, los proyectiles son disparados desde el helicóptero indiscriminadamente, mientras personas circulaban por las calles, golpeando todo lo que encuentran a su paso y llegando a agujerear al coche perseguido.
Según denuncia la web A Nova Democracia, site en portugués donde se exponen diversos casos de abusos, residentes del complejo de Borel, compuesto por los morros (favelas) de Casa Branca, Chácara do Céu, Catrambi, Morro da Cruz, Bananal, Indiana e Formiga, donde fue instalada una UPP (Unidad de Policía Pacificadora) el pasado 7 de mayo, se producen toques de queda por las noches, cacheos o registros vejatorios, invasiones de residencias, robos, agresiones, torturas, humillaciones y varios otros tipos de abusos cometidos regularmente por los policías contra los trabajadores que viven en el complejo.
El último caso, 30 de mayo, fue el de un vecino de la comunidad sacado de su casa por la fuerza, en calzoncillos, donde fue agredido por un sargento, mientras otros policías registraban sus pertenencias en el domicilio.
El mismo site denuncia que el día 19 de mayo, un residente del complejo de Andaraí, Hélio Ribeiro, de 47 años, estaba usando un taladro para arreglar un toldo de su casa, cuando fue tiroteado por la policía del BOPE que realizaba una operación en la favela.
Fotografía parcial de una favela en Rio de Janeiro. |
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