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martes, 23 de julio de 2013

Brasil, 20 años de la matanza de niños de la calle en la Iglesia de la Candelária, Río de Janeiro

Estos días Brasil está viviendo un momento histórico con la visita del Papa Francisco, pero la misma no debe permitir que pase desapercibida la realidad de un país que emerge y se sumerge cíclicamente y que tiene con los denominados "moradores de rua" una deuda social histórica, y en la violencia un grave problema que no consigue resolver a pesar del paso de los años.
En el mes de abril de 2013 se tuvo un incremento del 22,1% de homicidios dolosos, respecto al mismo mes del año anterior. Los robos a establecimientos comerciales subieron más de un 16%, mientras los robos a transeuntes (no están contabilizados los hurtos) y las violaciones se incrementaron en un 15%.
Mas de 32 mil homicídios dolosos, 257 lesiones corporales seguidas de muerte, 1.053 latrocínios, robo seguido de muerte, más de 5 mil muertos en enfrentamientos con la policía, 140 policías muertos en servicio, varias decenas de muertos cuando estaban de paisano, unas 34 mil personas desaparecidas, 27 mil tentativas de homicidio, y un número indeterminado de secuestros relámpago.
Estas son las escalofriantes cifras que publicó el Instituto de Seguridad Pública (ISP), para el período comprendido entre 2007 y mayo de 2013, en la ciudad de Rio de Janeiro.
Para el presidente de la ONG Rio de Paz, Antonio Carlos Costa, los números del ISP esconden las cerca de 10 mil personas asesinadas entre los 35 mil desaparecidos. "Los propios números del ISP están desactualizados. Según nuestras informaciones mas de cuarenta mil homicidios se han registrado durante el gobierno de Sérgio Cabral", declaró para el periódico el Jornal do Brasil.
Para concluir, "Y no olvidemos los miles de crímenes, asesinatos o desapariciones, que nunca fueron denunciados".
Estas cifras revelan la situación de violencia urbana en Rio de Janeiro.
Las alarmantes estadísticas llegan en un momento en que la "chacina" (limpieza) de Chatuba, ocurrida en septiembre del año pasado, tuvo ayer su primera audiencia. Y especialmente cuando la semana está marcada por una fecha tristemente histórica. Hoy, día 23, se cumplen 20 años de la conocida Chacina de la Candelária, donde seis menores de edad, entre 11 y 17 años, y otros dos adultos, dos jóvenes de 19 años, moradores de la calle, que vivían en los alrededores de la céntrica iglesia de Rio de Janeiro, fueron asesinados por varios miembros de la Policía Militar mientras dormían.
Chacina da Candelária: Jornal do Brasil: Sábado, 24 de julho de 1993
Las dos tragedias ofrecen caras bien distintas. Si la de la iglesia de la Candelária fue realizada por policías militares que abrieron fuego contra unos 50 niños que dormían, en la madrugada del día 23 de julio de 1993, en las cercanías de la puerta principal de la iglesia centenaria, la de Chatuba fue realizada por narcotraficantes que controlaban la Favela del mismo nombre, casi 20 años después, pero los actos una vez dirigidos por unos y otra por otros continúan teniendo los mismos resultados: la matanza de jóvenes y niños.
Por lo que respecta a la masacre ("limpieza") de la Iglesia de la Candelária, de la que hoy se cumplen 20 años, cerca de la media noche unos 50 niños dormían en las proximidades de la céntrica iglesia, de la ciudad de Rio de Janeiro, envueltos en cobertores dado que era invierno en el hemisferio sur, cuando se aproximaron dos coches.
Nadie percibió la llegada de dos Chevettes con las placas cubiertas con plástico, uno era un taxi, el otro un coche común y ambos pintados de amarillo.
Al percibir que los niños estaban durmiendo uno de los hombres hizo la señal programada para que se acercasen los otros asesinos. En seguida comenzaron largos minutos de terror, sangre, disparos, gritos y carreras para huir del cobarde ataque.
Todos los hombres comenzaron a disparar indiscriminadamente en la dirección de los adolescentes. Rápidamente se iniciaron las carreras huyendo de aquel grupo que disparaba sin cesar contra un grupo de niños y jóvenes somnolientos. Muchos consiguieron huir. Pero otros se quedaron atrapados e inmovilizados por el miedo. Siete fueron ejecutados con tiros en la cabeza, un octavo moriría camino del hospital.
El local escogido para la chacina fue la Plaza Pio X, justo en el centro financiero de Rio de Janeiro, y sede de un símbolo sagrado de la ciudad: la Iglesia de Nossa Senhora da Candelária. Nadie duda que aquella acción fue un aviso y un acto simbólico.
La operación de limpieza había comenzado dos horas antes en una calle cercana, cuando el limpiador de coches Wagner dos Santos, de 22 años, fue secuestrado y colocado en el asiento trasero de un coche amarillo. En ese lugar recibió un disparo que lo dejó inconsciente y cuando volvió en sí tenía a su lado, cerca del Museo de Arte Moderno en el centro de Rio, dos cuerpos de dos menores. 
Los niños y adolescentes que vivían en las inmediaciones de la Iglesia de la Candelária eran atendidos, normalmente, por la señora Yvonne Bezerra de Mello, en la actualidad con 61 años y presidenta del proyecto Uerê.
Ella, que siempre dejaba unas fichas para usar en las cabinas telefónicas con sus chicos de la Candelária, como ella los llamaba, fue la primera en llegar al lugar tras la matanza, avisada por uno de los niños que había conseguido escapar, de 9 años en la época, y quien trasladó al resto de supervivientes hacia otra zona de la ciudad.
Asimismo fue la persona más activa, durante años, en la búsqueda de justicia para los niños y adolescentes asesinados aquel 23 de julio de 1993.
El año anterior Rio de Janeiro terminó el año con 424 crímenes contra "crianças de rua", los niños de la calle.
Uno de los supervivientes de la matanza, tras testificar en el proceso criminal que se inició contra siete policías, vive protegido en Suiza tras recibir innumerables amenazas de muerte. Otro, Sandro Rosa do Nascimento, volvió años más tarde a ser portada de los medios de comunicación cuando secuestró el autobús 174, el 12 de junio del 2000, en Rio de Janeiro, y terminó muerto en una acción policial que generó muchas dudas, pues Sandro murió asfixiado una vez detenido y en el interior de un coche policial.
Este es un reportaje en portugués de aquel secuestro que acabó con la muerte de una rehén y del secuestrador.

Según publicaba la revista brasileña Veja "42 de los sesenta supervivientes de la matanza de la Candelária tuvieron muertes violentas".
Veinte años después de aquellos tristes y lamentables episodios todos los culpables están libres, aunque tres de los policías participantes en aquella matanza de niños fueron condenados a penas superiores a los 200 años de cárcel.
De los seis policías militares juzgados por la masacre, tres fueron absueltos. En noviembre de 1996, tres años después del crimen, el Policía Militar Nelson Cunha fue condenado a 261 años de prisión; actualmente está en libertad condicional, desde el 21 de febrero de 2005, según se puede leer en la web Linha Direta Justiça de la Rede Globo. El ex PM Marcus Vinícius Borges Emmanuel fue condenado a una pena de 300 años en 2003, como instigador y cerebro de la operación; el 29 de junio de 2012 fue indultado y actualmente vive en libertad. El último acusado en ser juzgado, el también ex PM, Marcos Aurélio de Alcântara, sentenciado a 204 años de cárcel, en 1998, también se encuentra en libertad, tras ser indultado a finales del año 2010.
La matanza de Chatuba, el 6 de septiembre de 2012, fue causada por narcotraficantes de la favela del mismo nombre, que decidieron torturar y matar brutalmente a seis jóvenes que fueron a bañarse en una pequeña cascada del Complejo Militar de Gericinó.
Se trata de Christian Vieira, de 19 años; Glauber Siqueira, Victor Hugo Costa y Douglas Ribeiro, de 17 años; y los también menores, Josias Serles y Patrick Machado, de 16 años, que después de asesinados fueron abandonados en la principal via de comunicación entre Rio de Janeiro y São Paulo, la Via Dutra, y cercanos a la localidad de Nova Iguaçu.
Durante los últimos años estos actos de "limpieza" (chacinas) han continuado en diferentes estados brasileños como Rio de Janeiro, São Paulo, Goiás, etc.


http://www.jb.com.br/media/fotos/2013/07/19/610x472both/08.jpg
Foto de archivo del Jornal do Brasil.

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