La batalla campal, que dejó además cuatro heridos, se desató en las inmediaciones del estadio del San Lorenzo unas horas antes de la hora fijada para el encuentro, un amistoso por la Copa de Invierno.
Según inforimaron medios locales, los volentos incidentes fueron protagonizados por miembros de facciones rivales de la 'barra brava' del Boca Juniors, que se enfrentaron a tiros.
Como consecuencia del grave enfrentamiento, una persona de 35 años falleció en las inmediaciones del estadio por un tiro en el tórax, según confirmó a la agencia oficial Télam el titular del servicio de emergencias médicas de Buenos Aires, Alberto Crescenti.
Portavoces del San Lorenzo confirmarían a la agencia oficial Télam que el encuentro no se jugaría por petición del propio club.
"Era un peligro exponer a la gente sabiendo lo que había pasado. Pensamos que lo mejor era suspenderlo", dijo el presidente del San Lorenzo, Matías Lammens.
Los tiros -se escucharon más de 150 disparos- se produjeron en la previa del clásico entre San Lorenzo y Boca, que en realidad era un partido amistoso, pues el campeonato oficial está en receso. Los fallecidos como consecuencia de los enfrentamientos fueron Marcelo Carnevale (perteneciente a la facción de la barra de Mauro Martín), de 35 años, que murió a raíz de un disparo en el tórax; y Angel Martín Díaz (del bando de Rafel Di Zeo), de 44, que falleció en el hospital Santojanni a causa de un disparo que ingresó por la zona dorsal y salió por la abdominal, según confirmó Alberto Crescenti, titular del SAME. Además hay heridos en los hospitales Argerich, Piñeiro y Penna.
La facción de la Doce, que ahora quedó al mando de Cristian Debaux, se trasladaba por la avenida Lafuente y portaba armas de fuego. La barra disidente se encontraba en la calle Mariano Acosta y también estaba preparada para el choque, aunque no esperaba un tiroteo, el cual finalmente se desató cuando miembros de ambos grupos se cruzaron por las calles cercanas al estadio.
Por su parte, la Policía Federal confirmó que hay un detenido, el cual portaba un arma calibre 45, que fue interceptado en el cruce de las calles Acosta y Riestra.
No eran infundados los temores en la previa del clásico que define el triangular de invierno. La alarma se había encendido a raíz de que se especulaba con que la facción disidente de la barra (la que simpatiza con Rafa Di Zeo) iría a pelear el protagonismo en el Nuevo Gasómetro con "La Doce oficial", aprovechando que en el propio estadio se vendería un remanente de entradas.
La hipótesis era que el grupo disidente buscaría aprovechar que los principales hombres de La Doce (Mauro Martín y Maximilano Mazzaro) están presos. La información se había filtrado a partir de las escuchas telefónicas en la causa de asociación ilícita que lleva adelante el juez Manuel de Campos.
Lógicamente el partido fue suspendido.
Desde algunos sectores se responsabiliza a la presidenta por tanta violencia, pero la verdad es que ojalá fuese solo responsabilidad de la actitud de Cristina Kirchner ante este problema. Muchos políticos de distintas tendencias hablan y hablan pero no únicamente no combaten sino que parece que protegen y utilizan a estos delincuentes. Que nadie se olvide que en Boca, durante la presidencia de Macri, la barra brava utilizaba la cancha auxiliar para jugar al fútbol. Eso para no mencionar la batalla de los quinchos en River o la golpiza a los hinchas de Chacarita en la Bombonera, entre tantos otros desmanes. Sobre la violencia en el fútbol lo que más debe preocupar es que se permita la concurrencia de menores a lugares de alto riesgo y la situación de los pobres vecinos de los estadios, o aquellos ciudadanos que tengan la mala suerte de encontrarse con estas hordas en cualquier lugar del país.
Horas después de los incidentes entre barrabravas de Boca en las inmediaciones de la cancha de San Lorenzo que terminó con un saldo de dos muertos, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, se expresó con claridad: "El fútbol debería empezar sin gente visitante".
En la entrevista que Berni le brindó a Radio Mitre, mencionó a los dirigentes de Boca entre los responsables por lo acontecido. "No es una cuestión sólo de violencia sino de una forma de dirimir distintos recursos económicos que se generan de forma paralela a un partido de fútbol. Hay muchos responsables, entre ellos, los dirigentes", consideró.
Más allá de la nota publicada en la edición de domingo de Clarín, para Berni es imposible anticiparse a los hechos de violencia. "No se puede hacer inteligencia, no se cuenta con una información absoluta sobre las internas", explicó.
En su edición de ayer domingo, el diario argentino Clarín ya había advertido de la posibilidad de graves incidentes, pero el aviso cayó en saco roto.
"Es una linda propuesta para estas vacaciones de invierno el clásico de hoy entre San Lorenzo y Boca. Sin embargo, en medio de esos interesantes matices futboleros, hay sospechas que preocupan y meten miedo. El disparador es la interna de La Doce, que ya acumula varios capítulos sangrientos y hoy de nuevo amenaza. A la conducción oficial de la barra brava de Boca llegó la información de que la facción disidente había elegido este domingo para ir a recuperar la tribuna", publicaba el periódico argentino.
El mismo continuaba, "el sábado, día 13 de julio, previo al amistoso con Estudiantes, hace ocho días.
La Doce oficial, a los golpes y rompiéndoles dos autos, evitó que los disidentes de Lomas compraran entradas en la venta anticipada. Hoy, con el miedo de vuelta en escena y al menos por una vez, ¿los encargados de la seguridad sabrán tomar nota para evitar otro capítulo de tiros y sangre?".
El objetivo de estos enfrentamientos era exprimir este momento de aparente debilidad de La Doce oficial, barra brava de Boca, que tiene a sus dos máximos líderes presos por el homicidio de Ernesto Cirino. El jefe, Mauro Martín, está detenido en el penal de Devoto; y el 2º y cerebro de la hinchada, Maximiliano Mazzaro, se encuentra preso en Ezeiza. Eso sí, Cristian Fido Debaux, el 3º que pasó a ser 1º, ya tomó todos los recaudos.
En Argentina no se matan, exclusivamente, por amor a unos colores, se matan por el negocio. Para quien no conozca el fútbol en Argentina sepan que la barra brava es un gran negocio. Tienen, según rumores, porcentajes de jugadores, gestionan varios de los negocios relacionados a los clubes, amenazan, extorsionan y se mueven como activos grupos de delincuentes y mafiosos. Lo aclaro, porque algunos pueden pensar que todas las muertes que se han producido en la historia del fútbol argentino, que son muchas, son por una pasión exagerada o que los argentinos se matan porque aman el futbol y, sinceramente, aunque hay casos en la violenta historia del fútbol, en otros muchos casos nada tiene que ver con la pasión por unos colores.
En las últimas fechas del torneo Clausura, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) dispuso que todos los encuentros se realicen sin público visitante tras la muerte de un hincha de Lanús.
Pero en este caso concreto, además la falta de prevención por parte de las autoridades ha provocado dos nuevas muertes, que dejan el fútbol argentino cada vez más herido.
La violencia y la muerte volvieron a envolver al fútbol en Argentina. ¿Hasta cuándo van a dejar actuar a los grupos violentos, y mafiosos, los señores de la AFA, directivos y políticos?
Agentes de la Gendarmería afuera del estadio de San Lorenzo. / Maximiliano Luna (AFP) |
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