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martes, 30 de julio de 2013

Túnez, el último objetivo del radicalismo islámico

Túnez iniciaba en diciembre de 2011 el movimiento conocido como la "Primavera Árabe" que se extendió rápidamente hacia otros países del Norte de África e inclusive algunos países de Asia.
Con la ejecución de varios miembros del ejército tunecino, Al Qaeda entra en el país para intentar desestabilizar la zona.
"Al Qaeda ha puesto pie en Túnez. Los yihadistas que a principios de años se reagruparon en los montes de Chaambi, en el oeste del país, han asestado su primer gran zarpazo al pequeño Ejército tunecino asesinando a ocho soldados de una unidad de élite e hiriendo a otros tres", escribía el diario español El País.
Ocho soldados tunecinos murieron ayer en enfrentamientos con islamistas radicales en una zona limítrofe con Argelia, donde el Ejército del país africano trata desde hace meses de neutralizar un grupo relacionado con Al Qaeda.
"Ocho soldados murieron durante tiroteos con un grupo terrorista en Monte Chaambi", indicó la televisión estatal Wattaniya.
"Se trata de miembros de una unidad de élite", agregó el canal de televisión tunecino sobre el ataque ocurrido en la provincia de Kaserín, fronteriza con Argelia.
La región de Chaambi está fuertemente vigilada por el Ejército tunecino desde diciembre pasado y aumentó su presencia en abril tras la muerte de dos soldado.
A la ya complicada situación política, con numerosas manifestaciones contrarias al régimen, que se suceden tras el asesinato del diputado de izquierdas Mohamed Brahmi, la más grave desde que se inició la transición democrática, a partir de la Primavera Árabe, se añade ahora el golpe terrorista de mayor envergadura desde que el pueblo consiguiera la salida del país del dictador Zine El Abidine Ben Ali el 14 de enero de 2011.
El aumento de la tensión en el país puede hacer tambalear las, todavía, débiles estructuras del proceso democrático y puede hacer descarrilar la transición.
La radio local Mosaique informaba que los asaltantes degollaron a varios de los soldados y se llevaron sus armas.
El pasado 6 de junio dos uniformados murieron al explotar una mina en la misma zona donde, en los últimos meses, una veintena de miembros de las fuerzas de seguridad han resultado heridos como consecuencia de la detonación de este tipo de explosivos. En una rueda de prensa efectuada hoy, el primer ministro de Túnez, Ali Laridi, reconoció las dificultades con las que se encuentran las fuerzas de seguridad y prometió duplicar los esfuerzos para combatir el crimen y el terrorismo.
Apenas conocida la noticia, cientos de personas se concentraron espontáneamente de madrugada ante la sede de En Nahda, el partido islamista, para corear eslóganes hostiles a esta formación que dirige el Gobierno de transición y terminaron saqueando la misma.
La Presidencia de Túnez y el partido islamista En Nahda, que encabeza el Gobierno, condenaron ayer lunes la muerte de los ocho soldados y formularon un llamamiento en favor de la unidad. "Túnez es atacado por su régimen político, su forma de vida, su religión y su Islam moderado. Lo que ocurra tras los asesinatos de estos soldados y de los miembros de la oposición -Chokri Belaid, en febrero, y Mohamed Brahmi, el pasado 25 de julio- ha de unirnos para poder combatir el peligro que nos acecha", dijo el actual presidente, Moncef Marzuki.
El brutal asesinato de los militares ha dado pie a varias fuerzas políticas y sociales para reivindicar de nuevo la dimisión del actual Ejecutivo. El poderoso sindicato Unión General de Trabajadores Tunecinos pidió ayer martes que se designe un primer ministro consensuado entre todos mientras que el partido Ettakatol (socialdemócrata), socio de los islamistas, apostó por un Gobierno de unidad nacional, como única opción para superar la situación actual.
Para el periódico español El País, "Falta hace al Ejército tunecino que le levanten la moral. Con tan solo 27.000 hombres es un Ejército pequeño y relativamente mal equipado que difícilmente podrá resistir los embates de unos terroristas que poseen armas robadas en Libia y a las fuerzas armadas de Malí y una experiencia de combate adquirida en este último país. Muchos de los yihadistas atrincherados en la sierra de Chaambi lucharon en Malí contra malienses, chadianos y franceses".
Por otra parte, Laridi propuso la celebración de elecciones el próximo 17 de diciembre e insistió a que el Gobierno "continuará con su deber".
"Nuestra determinación no es permanecer en el Gobierno pero tenemos un deber y en el momento en el que asumimos la responsabilidad la asumimos del todo y hasta el final, hasta el último momento", dijo Laridi en declaraciones televisadas en respuesta a las voces opositoras que han pedido la disolución del Parlamento y del Ejecutivo.
El presidente de Túnez, Moncef Marzuki, decretó tres días de luto nacional tras el asesinato de los soldados, en una comparecencia pública, al mismo tiempo que subrayaba que "el aumento de las divisiones, de la confusión y del caos y el estancamiento de las instituciones" sólo favorece a los objetivos de los terroristas. En este sentido llamó a "todos los grupos políticos, sin excepción, a que actúen a la altura de las circunstancias históricas" y a que superen las diferencias.

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