Manifestación de partidarios del nuevo gobierno. EFE |
Decenas de miles de manifestantes han salido este
viernes las calles de la capital de Egipto, El Cairo, para mostrar apoyo
al depuesto presidente Mohamed Morsi o bien para apoyar el golpe de Estado que lo expulsó del poder y, en consecuencia, al nuevo proceso político que se vive en el país.
La ciudad, El Cairo, y el país en general, está siendo puesta a prueba, según
reconocieron diversos responsables de la seguridad, con las
marchas masivas y simultáneas de simpatizantes y opositores.Hasta el momento, las fuerzas de seguridad han reportado algunos choques aislados entre ambos bandos en distintos sectores de El Cairo. También se han convocado actos públicos en otros puntos del país. La agencia de noticias estatal egipcia señaló que en Alejandría, la segunda ciudad más importante, enfrentamientos entre grupos rivales dejaron dos víctimas fatales.
Hace unos días, el jefe del Ejército, Abdul Fattah al-Sisi, llamó a los ciudadanos a salir a la calle para mostrar respaldo a los militares y legitimar su intervención para quitar al presidente Morsi del cargo, al que había sido elegido por la vía democrática. También pidió sumar apoyos para el gobierno interino.
En tanto, las autoridades egipcias dieron a conocer las acusaciones contra Morsi: lo señalan por delitos que técnicamente equivalen a traición.
El presidente derrocado está acusado de conspirar con el movimiento islamista palestino Hamas para atacar prisiones y liberar a partidarios islamistas durante el levantamiento contra Hosni Mubarak en 2011, asesinato de prisioneros y oficiales, secuestro de militares y su responsabilidad en un incendio en la prisión de Wadi el-Natroun. Mursi no ha sido visto en público desde que fue depuesto a principios de mes.
"Estos cargos no son más que la fantasía de algunos generales del Ejército y de una dictadura militar", señaló el portavoz de Hermanos Musulmanes, Gehad El-Haddad. Para añadir a continuación "Continuaremos nuestras protestas en las calles".
Miles de hombres, mujeres y niños se unieron a los partidarios del grupo en la vigilia llevada a cabo en la zona nororiental de El Cairo.
"Es la victoria sobre el golpe o el martirio", dijo el político Mohamed El-Beltagy de los Hermanos Musulmanes, sumándose a la multitud de manifestantes pro-Mursi.
"¡Nuestra sangre y nuestras almas por el Islam!", coreaba la multitud, sin mostrar señales de ceder en su postura, que ha polarizado al mayor estado árabe del mundo. Un país que es visto como clave para la estabilidad de todo Oriente Medio.
En la capital, los islamistas han marchado desde una treintena de mezquitas hacia la plaza del Nahda, junto a la Universidad de El Cairo, cerca del centro, y a la plaza de Rabea al Adauiya, en el barrio de Ciudad Naser, donde los islamistas mantienen acampadas de protesta desde que se produjera el golpe el pasado 3 de julio. En diversas imágenes de televisión se podía observar que esta última plaza estaba abarrotada.
Fuentes del Ministerio de Sanidad han informado que diez personas resultaron heridas en la zona de Al Shubra, en El Cairo, y ocho en la plaza de Al Haras, en Damieta (norte), mientras en Alejandría se han contabilizado, hasta el momento, quince heridos.
Un testigo ha informado a la agencia Reuters que miles de activistas pro Mursi se enfrentaron con partidarios del Ejército en Alejandría, la segunda ciudad más grande del país. Algunos manifestantes arrojaron piedras contra las multitudes desde techos cercanos.
Desde Occidente se ve con preocupación el rumbo que está tomando el país de 84 millones de habitantes, una nación estratégicamente ubicada entre Oriente Medio y el norte de África, que recibe 1.500 millones de dólares anuales en asistencia militar desde Estados Unidos.
El Gobierno de Reino Unido ha expresado este jueves su preocupación por el llamamiento por parte del jefe del Ejército, Abdelfatá al Sisi, a que los egipcios se manifiesten contra la violencia registrada a raíz del derrocamiento del expresidente Mohamed Mursi.
Desde la Embajada británica, su portavoz comentaba ayer, respecto a las convocatorias de hoy, en declaraciones al diario Al Ahram, "Estamos muy preocupados por los llamamientos a nuevas manifestaciones masivas este 26 de julio". Para añadir,"Creemos que el Ejército no debe intervenir en la política", informaba Europa Press.
Desde el pasado día 3, en los diferentes enfrentamientos, ya murieron cerca de 200 personas, según informa la AFP.
Sólo esta semana, entre el lunes y el martes, fallecieron 14 personas en disturbios durante protestas de los seguidores de Morsi en El Cairo y su periferia.
Las manifestaciones están profundizando la división política en el país, al mismo tiempo que elevan los temores sobre nuevos episodios de violencia en las calles entre los seguidores y opositores de Mursi.
Los diferentes actores político-sociales del país, Fuerzas Armadas, Hermanos Musulmanes, los partidos salafistas, entre los que se encuentra Nur (organización ultraconservadora del islam), el movimiento juvenil Tamarud (rebeldes en árabe), y el Frente de Salvación Nacional (amplia coalición de partidos laicos y progresistas, y principal fuerza opositora al antiguo gobierno de Mursi), deben ir moviendo sus fichas, con cautela, si no quieren llevar a una situación sin retorno a Egipto.
Manifestante partidarios del ex presidente Mursi. Reuters |
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