Belén, una niña chilena de 11 años, se encuentra, involuntariamente, en el centro de una polémica por causa de legislaciones arcaicas que prefieren mantener la hipocresía moral a tener en consideración a las personas, sus circunstancias y los peligros que pueden rodearlas en determinadas situaciones.
Chile, uno de los países más conservadores de América Latina, ha prohibido a Belén, embarazada debido a la violación sufrida por parte de su padrastro, poner fin a la gestanción del bebé -está de 14 semanas- aunque los médicos que la tratan afirman que su vida y la del feto están en grave peligro de muerte.
Según informa la televisión estatal chilena, la menor se encuentra en su décimo cuarta semana de embarazo. Asimismo, ese medio de comunicación, confirma que la
Policía ha declarado que la pareja de la madre de la menor confesó haberla
violado. Por su parte, los médicos afirmaron que la vida de la niña y la del feto afrontan un alto riesgo. Pero el aborto, sin nigún tipo de excepciones, está prohibido en el país.
En Chile estaban autorizados los abortos por razones médicas hasta que en 1973, durante la dictadura del general Augusto Pinochet, fueron prohibidos.
El Gobierno actual del presidente conservador Sebastián Piñera se ha opuesto a flexibilizar la medida.
Este caso se ha conocido cuando la menor acudió con su abuela a un
centro médico a causa de los dolores abdominales que sufría. La abuela de la niña,
residente en Puerto Montt, 1.000 km al sur de Santiago, denunció el
caso a la "justicia" el 11 de junio y el pasado miércoles el padrastro
confesó haber violado a la menor. De momento está detenido, aunque por
experiencias anteriores, los movimientos sociales suponen que no será
por mucho tiempo.
Desde que se dió a conocer la situación de Belén, numerosos chilenos han manifestado su ira en torno a la polémica por las redes sociales.
Algunos emprendieron por Internet una campaña en demanda de la legalización del aborto en casos de violación o si el embarazo representa un peligro para la salud de la madre.
El Senado de Chile rechazó en 2012 tres iniciativas de ley que pretendían flexibilizar la prohibición sobre los abortos.
De acuerdo con una de las propuestas, el aborto se autorizaría cuando
dos médicos coincidieran en que el procedimiento es necesario porque
está en riesgo la vida de la madre o por otros motivos médicos, como las
escasas posibilidades de supervivencia del feto.
Según otra de las iniciativas rechazadas, se autorizaba poner fin al embarazo en caso de violación.
Chile es uno de los cinco países de América Latina que prohíbe el aborto
en cualquier caso. Esta práctica también está totalmente vetada en El
Salvador, Costa Rica, Nicaragua, República Dominicana, Honduras y
Surinam. El veto provoca situaciones como la de la menor de 11 años y
otros casos tan dramáticos como el de la joven salvadoreña Beatriz, de la que ya hablamos en este blog,
a la que su país negó el amparo para que interrumpiera su embarazo de
riesgo y a la que finalmente los médicos le practicaron hace un mes una
cesárea de emergencia con 27 semanas de embarazo para salvar su vida.
Como se había diagnosticado, la hija que esperaba, además, nació sin
cerebro y vivió apenas cinco horas. Su caso ha servido para reactivar el
debate sobre la interrupción del aborto en El Salvador como lo está
haciendo el caso de la pequeña Belén en Chile.
"Cuando supe del caso de esta niña, mi primera reacción fue apoyar el
aborto, que creo que es la mejor opción en este caso", dijo Eduardo
Hernández, un diseñador de páginas web de 30 años de edad. "Es la primera petición online que firmo en mi vida, porque me pareció
que el caso lo merece. Se debería legislar. Espero que este caso sirva
como precedente para hablar en serio del caso del aborto", agregó Eduardo.
El Código Penal castiga todo aborto intencional, incluso el causado
después de una violación. Se castiga tanto a quien practica el aborto
como a la mujer que lo consiente. Además, según una investigación
realizada por el Foro Red de Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos,
muchas de las mujeres denunciadas por aborto en Chile no recibieron
defensa legal alguna durante 2012. Tan sólo un 38% de mujeres recibió
defensa legal y un 60% no tuvo en su proceso ningún tipo de ayuda
profesional.
Numerosas organizaciones feministas y movimientos sociales están
preparando manifestaciones en protesta por la actitud troglodita del
Gobierno. Se han lanzado nuevas campañas en demanda de la legalización
del aborto en todos los supuestos, o al menos en casos de violación o si
el embarazo representa un peligro para la salud de la madre.
Seguramente las esposas e hijas de la élite chilena abortan tranquilamente
en las modernas y carísimas clínicas del país del "milagro económico", o
tienen los recursos suficientes para cruzar los Andes e interrumpir el embarazo en la vecina Argentina.
Belén, al igual que Beatriz o Esperanza, una joven dominicana, embarazada por una violación y enferma de leucemia, que murió en agosto de 2012, dado que no pudo acceder a un aborto terapéutico que le salvara la vida, ya
que las leyes de su país prohiben y penalizan todo tipo de aborto, sufre la hipocresía moral de sociedades que prohiben el aborto de los pobres, mientras las clases más pudientes tienen sus mecanismos para evitar este tipo de situaciones.
Chile, casi cuarenta años después de una dictadura militar, sigue siendo un país extremadamente conservador en asuntos sociales. Legalizó el divorcio por
primera vez en 2004, convirtiéndose en una de las últimas naciones en el
mundo que garantiza ese derecho a las parejas casadas.
En Chile los cambios ocurren lentamente. Una ley en contra de la
discriminación se estancó en el Congreso durante siete años y apenas fue
aprobada en 2012 después del asesinato de un hombre homosexual que fue
golpeado por atacantes que tallaron en su cuerpo cruces gamadas.
La ex presidenta Michelle Bachelet, que encabeza las encuestas para la
elección presidencial del 17 de noviembre, está a favor de la
legalización del aborto en casos de violación o riesgo de muerte de la
madre o el bebé.
Bachelet dedicó los dos últimos años, antes de presentar su candidatura a la presidencia de Chile, a dirigir la agencia de la
ONU para las mujeres.
Su adversario, y ganador de las primarias de la coalición derechista el pasado domingo, el ex ministro de Economía, Pablo Longueira, y cercano a
Pinochet, se opone a la legalización del aborto y a la llamada
píldora del día siguiente.
Infelizmente muchos países de América Latina están llenos de casos, anónimos, como los de Belén, Esperanza, Beatriz, etc.
Este blog sólo pretende ser una visión personal de algunos de los acontecimientos que nos envuelven en nuestro caminar por la vida. Bajo el fuego es una metáfora de la situación real que la humanidad está viviendo donde la pobreza, el desempleo, la intolerancia, el extremismo, la violencia, el enriquecimiento a cualquier precio, de unos pocos a costa de muchos, y la falta de ética o valores son realidades que podemos observar continuamente.
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