El planchado de senos es una práctica tradicional en el oeste de África. De acuerdo con la Agencia Alemana de Desarrollo GTZ, una de cada cuatro adolescentes es sometida a esta práctica en Camerún, pero también se encuentra en otros países de África occidental y central, incluyendo Chad, Togo, Benín y Guinea-Conakry.
"Cuanto antes empiece a desarrollarse el pecho, más posibilidades de sufrir esta forma de mutilación. La mitad de las niñas cuyo pecho comienza a desarrollarse antes de los nueve años sufren el planchado", afirmaba un trabajo de GTZ de 2007.
Mutilar los senos de las niñas en cuanto empiezan a desarrollarse es una práctica frecuente en Camerún. / VERONIQUE DE VIGUERIE (GETTY IMAGES). |
En Camerún, los padres utilizan diversos métodos para retrasar el desarrollo sexual de las adolescentes el masaje de los senos de las niñas en desarrollo, es una técnica conocida también como la "repassage des seins", o el planchado de senos.
Piedras calientes sobre los senos que comienzan a apuntar. A veces palos de majar el cereal, a veces otros objetos planos, pero siempre ardiendo. Es el planchado de pechos que sufre una de cada cuatro niñas en Camerún. Las madres u otras mujeres de la familia son las encargadas de practicarlo con la creencia de que retrasa el crecimiento del pecho de sus hijas y, por tanto, las aleja de las relaciones sexuales, consentidas o no, las protege de las miradas libidinosas de los hombres y evita tal vez embarazos no deseados.
El planchado de pechos tiene muchos efectos secundarios, incluyendo severos dolores y abscesos, infecciones, cáncer de mama e incluso la desaparición completa de uno o ambos senos.
Un estudio sobre más de 5.000 mujeres entre 10 y 82 años de todo Camerún, calculó que cuatro millones de mujeres en el país del centro africano han padecido el proceso, más habitual hoy en las ciudades ya que en ellas, piensan las madres, sus hijas están más expuestas al abuso por lo que tratan de suprimir todo signo externo de sexualidad.
Las víctimas son niñas prepúberes, entre ocho y once años. Les aplastan los pechos durante meses con un objeto candente para evitar que adquieran turgencia y su volumen atraiga demasiado pronto el interés de los hombres. Es una práctica ancestral denominada "planchado del pecho" y originaria de Camerún, un país con unos 20 millones de habitantes y situado en el puesto 150 en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), pero hay un creciente número de casos en Reino Unido, según publica El País en su blog Mujeres.
Gisèle Nga sabe más que la mayoría de la gente acerca de planchado de los senos. A la edad de 10, su madre solía darle masajes en su pecho con una piedra caliente. "Cada noche, mi madre solía calentar una piedra en el agua hirviendo que luego presionaba contra mis pechos. La piedra estaba tan caliente que tenía que usar un pedazo de tela gruesa para manejarla", según publica el blog Mujer del Mediterráneo.
Dicen sus defensores que es un modo de preservar a las chicas del acoso sexual e incluso de evitar embarazos precoces. Nada más lejos de la realidad: la tortura ha demostrado su ineficacia a la hora de impedir la actividad sexual a edades tempranas. En 2010, alrededor del 30% de las camerunesas habían sido madres antes de cumplir los 18 años, según el Fondo de Población de la ONU.
Para producir el efecto deseado por los padres, hay que apretar fuerte sobre esos pequeños senos que comienzan a desarrollarse. Arriba y abajo, como se plancharía una prenda. Pero es un cuerpecito infantil el que soporta el dolor de estos embates que dañan los tejidos, causan heridas, abscesos, infecciones y, eventualmente, podrían predisponen al cáncer. Día tras día, hasta obtener el resultado deseado. A veces, el medio elegido es el vendaje con telas calientes. Suelen ser varios meses de tortura.
Un estudio sobre más de 5.000 mujeres entre 10 y 82 años de todo Camerún, calculó que cuatro millones de mujeres en el país del centro africano han padecido el proceso, más habitual hoy en las ciudades ya que en ellas, piensan las madres, sus hijas están más expuestas al abuso por lo que tratan de suprimir todo signo externo de sexualidad.
Las víctimas son niñas prepúberes, entre ocho y once años. Les aplastan los pechos durante meses con un objeto candente para evitar que adquieran turgencia y su volumen atraiga demasiado pronto el interés de los hombres. Es una práctica ancestral denominada "planchado del pecho" y originaria de Camerún, un país con unos 20 millones de habitantes y situado en el puesto 150 en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), pero hay un creciente número de casos en Reino Unido, según publica El País en su blog Mujeres.
Gisèle Nga sabe más que la mayoría de la gente acerca de planchado de los senos. A la edad de 10, su madre solía darle masajes en su pecho con una piedra caliente. "Cada noche, mi madre solía calentar una piedra en el agua hirviendo que luego presionaba contra mis pechos. La piedra estaba tan caliente que tenía que usar un pedazo de tela gruesa para manejarla", según publica el blog Mujer del Mediterráneo.
Dicen sus defensores que es un modo de preservar a las chicas del acoso sexual e incluso de evitar embarazos precoces. Nada más lejos de la realidad: la tortura ha demostrado su ineficacia a la hora de impedir la actividad sexual a edades tempranas. En 2010, alrededor del 30% de las camerunesas habían sido madres antes de cumplir los 18 años, según el Fondo de Población de la ONU.
Para producir el efecto deseado por los padres, hay que apretar fuerte sobre esos pequeños senos que comienzan a desarrollarse. Arriba y abajo, como se plancharía una prenda. Pero es un cuerpecito infantil el que soporta el dolor de estos embates que dañan los tejidos, causan heridas, abscesos, infecciones y, eventualmente, podrían predisponen al cáncer. Día tras día, hasta obtener el resultado deseado. A veces, el medio elegido es el vendaje con telas calientes. Suelen ser varios meses de tortura.
Según el doctor Nzhié del Hospital Central de Yaoundé, el planchado de los senos también puede tener efectos psicológicos negativos en las víctimas, como obsesiones con el cuerpo, trastornos de la personalidad y frustraciones sexuales.
Uno de los instrumentos utilizados para 'aplanar' los senos / Joe Penney (Reuters). |
A nivel físico, el planchado de los senos causa quemaduras, a veces con cicatrices permanentes. "El masaje de los senos de las niñas también pueden conducir al desarrollo de quistes, infecciones y cáncer de mama incluso, explica el Dr. Nzhié. En algunos casos se ha observado, la desaparición total de la mama o una disimetría (con un pecho más grande que la otra).
Lejos de la repercusión que otras prácticas de mutilación sexual femenina han alcanzado en el mundo –precisamente esta semana se celebraba el Día Internacional Tolerancia Cero contra las distintas formas de mutilación genital, que afectan a 125 millones de mujeres en 29 países de África y Oriente Próximo-, el fenómeno de las niñas con los pechos deformados sigue siendo en su mayoría un secreto. También las víctimas callan sobre lo sucedido, en parte porque asumen que es lo mejor para ellas, el discurso tradicional, y apenas reconfortadas por las mujeres de la familia, que les aseguran que sus pechos volverán a crecer cuando sean mayores. El silencio perpetúa la práctica y todas sus consecuencias, entre las que se cuentan abscesos, picores, descarga de leche, infecciones, disimetría de las mamas, mastitis, infecciones, fiebre alta, piel quemada y daño en los tejidos... por no hablar de las secuelas psicológicas.
La organización "Red Nacional de Asociaciones de Tías" (RENATA), formada por víctimas del planchado, inició hace un par de años una serie de campañas de educación sexual para proteger a las niñas rurales de la práctica del planchado de senos, y al mismo tiempo evitar embarazos precoces.
"Yo tenía 11 años. Mi madre me lo hizo. Puso la mano de mortero al lado de la chimenea y luego me masajeó el pecho. Fue muy doloroso ...", recuerda la camerunesa Lindsay Efuengho, quien ahora tiene veinticuatro años de edad, en declaraciones para Women News Network.
La organización "Red Nacional de Asociaciones de Tías" (RENATA), formada por víctimas del planchado, inició hace un par de años una serie de campañas de educación sexual para proteger a las niñas rurales de la práctica del planchado de senos, y al mismo tiempo evitar embarazos precoces.
"Yo tenía 11 años. Mi madre me lo hizo. Puso la mano de mortero al lado de la chimenea y luego me masajeó el pecho. Fue muy doloroso ...", recuerda la camerunesa Lindsay Efuengho, quien ahora tiene veinticuatro años de edad, en declaraciones para Women News Network.
Ese tipo de cosas resultan truculentas para nuestra cultura. Habría que contextualizar la noticia en la sociedad concreta.
ResponderEliminarTambién ver http://heroes2007gg.blogspot.com/2015/01/cuba-primera-gala-de-ballet-nacional.html
Contextualizar?
EliminarEstas prácticas son las expresiones más perversas del patriarcado y el machismo en el mundo. No resisten contextualización....
¿Patriarcado y machismo? acaso no viste que estas practicas las realizan las madres a sus hijas.
EliminarExacto, patriarcado, las hacen madres a sus hijas, y por qué razón??
EliminarNo es necesario ser un hombre para ser machista y seguir las reglas del patriarcado, esto lleva mas allá del límite el concepto de que la culpa de las violaciones y abusos la tiene la víctima que mutila el propio cuerpo de ésta para "prevenir", si eso no te parece producto del patriarcado, machismo y cultura de la violación estás muy mal.
EliminarEN TAL CASO ESTA PRACTICA DE RETRASO CULTURAL SOBRE LA SEXUALIDAD SERIA OBRA DEL MATRIARCADO PORQUE SON LAS MADRES QUIENES LA PRACTICAN, NO SON LOS PADRES QUIENES MASAJEAN Y ATROFIAN LAS GLANDULAS MAMARIAS DE LAS NIÑAS Y ADOLESCENTES AFRICANAS, SINO LAS MUJERES MAYORES DE LA FAMILIA. HAY QUE LLAMAR A CADA COSA POR SU NOMBRE, NADA TIENE QUE VER EL MACHISMO EN ESTE CASO!!!
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