A pesar de la tregua, grupos de manifestantes volvieron a avanzar sobre la plaza de la Independencia en Kiev. |
La violencia estalló en la mañana de este jueves después de una tregua acordada en la noche del miércoles entre el presidente Viktor Yanukóvich y líderes de la oposición.
Este acuerdo -ya roto- había dado la esperanza de que Ucrania estuviera un paso más cerca de salir de la crisis en que está sumida desde que, a fines del año pasado, el gobierno puso paños fríos a un acuerdo de mayor integración con la Unión Europea y en cambio giró su atención hacia sus lazos con Rusia.
Todo se inició cuando centenares de opositores radicales iniciaron un ataque e hicieron retroceder a las fuerzas antidisturbios que rodeaban la plaza de la Independencia, de la que retomaron el control. Sobre las nueve de la mañana, columnas de manifestantes organizadas subieron la cuesta de la calle Instituto en dirección al barrio del Gobierno sin que las fuerzas del orden público y las tropas de Intervención especial pudieran contenerlos mediante el uso de diversas mangueras de agua y gases lacrimógenos. Los grupos opositores están tratando de alcanzar el parlamento, que ha sido evacuado. "Nos han pedido dejarlo con urgencia", dijo a los medios locales el diputado Vladímir Litvín al abandonar la sede del Legislativo.
Según las estadísticas oficiales, desde el martes hasta la mañana de hoy han recibido atención médica de urgencia 445 personas, de la cuales 287 tuvieron que ser hospitalizadas.
Varios disparos de bala sonaron repentinamente que, junto a diversas explosiones registradas en el mismo momento, pusieron finn a la tregua decretada apenas doce horas antes por el presidente de Ucrania, Viktor Yanukóvich, y los líderes opositores, ha informado el diario Kiev Post.
El rotativo, que se ha preguntado si esta no ha sido "la tregua más corta de la historia", ha asegurado que se han registrado varias explosiones esta mañana en la plaza de la Independencia, donde se ha retomado los enfrentamientos entre manifestantes y agentes de las fuerzas de seguridad.
Además, siempre según Kiev Post, "la Policía ha lanzado cócteles molotov" contra los manifestantes que están ocupando el Conservatorio de Música de Kiev para intentar forzarles a abandonar el edificio.
Manifestantes antigubernamentales rodean los cuerpos sin vida de sus compañeros muertos en los enfrentamientos con la policía. SERGEY DOLZHENKO (EFE). |
Con las nuevas víctimas fatales, la cifra de muertos superó este jueves la barrera de los 50. No hay cifras precisas del número de heridos, pero se cuentan por centenares.
La televisión local ha mostrado imágenes de cuerpos en el suelo, cerca de la plaza, y según informó hoy la agencia Interfax-Ucrania, al menos trece cadáveres yacen en una parada de autobús de la plaza de la Independencia (el Maidán) de Kiev.
Ese diario publicó imágenes de siete cadáveres cubiertos con sábanas sobre los adoquines de la Plaza de la Independencia cerca del hotel Kozatski.
Los últimos son hombres de mediana edad, que según los activistas del Maidán, citados por el diario Ukraínskaya Pravda, cayeron víctimas de francotiradores policiales.
"De esos siete, seis fueron asesinados con disparos en el cuello", dijo uno de los manifestantes
La película de los trágicos disturbios de ayer, con muertes por arma de fuego en ambos bandos, no deja en muy buen lugar a la oposición, que marchó con violencia contra la sede del parlamento poco después de que entrara en vigor una amnistía y de sucesivas concesiones del gobierno. Tanto la presidenta de Lituania, Dalia Gribauskaite, como su homólogo polaco, Donald Tusk, reaccionaron a aquellos sucesos condenando a ambas partes por lo sucedido, y expresamente a la oposición que, "provocó agresivamente" en palabras de la lituana.
Por su parte, el presidente ucraniano ha dicho que la oposición, "ha cruzado la frontera al exhortar a los manifestantes a tomar las armas". "Todavía no es tarde para escuchar, ya hemos pagado un precio demasiado alto por las ambiciones de los que quieren conquistar el poder, hay que sentarse a la mesa de negociaciones", dijo poco antes de la tregua declarada anoche.
La situación es sumamente peligrosa. El país, hay que recordarlo, está dividido en su identidad, su lengua y su religión, y una grieta política como la que se está creando podría ser fatal para su integridad y motivo de una gran violencia.
Pero la situación parece más preocupante al observar que ni Moscú, que quiere integrar a Ucrania en su consolidación regional, ni la UE que junto con Washington quiere impedirlo aunque sea a costa de la desestabilización del país y de toda la región, parecen tener un guión que tenga en cuenta los intereses y la supervivencia de Ucrania en su conjunto.
La ausencia de una mediación internacional cuando los dos bandos enfrentados son sumamente débiles (el presidente no puede imponerse sin arriesgarse a una gran matanza y un desorden generalizado en el centro y oeste del país, mientras que la oposición no representa, ni de lejos, a todo el país, carece de programa y sus líderes son unos incapaces),es lo que convierte la situación ucraniana en sumamente peligrosa.
En una columna de opinión, bajo el epígrafe "¿Existe Ucrania?", el director adjunto del periódico español El País escribe hoy, "Esa Ucrania que parece encontrarse ahora en un momento crucial de su historia tiene solo 22 años de vida como nación política unida e independiente. Su nombre eslavo no es ni siquiera el de un país, sino literalmente el de la frontera, que es lo que significa su denominación. Todo lo demás son proyecciones del presente sobre el pasado y fantasías habituales en la narrativa nacionalista. Según el investigador de la Fundación Juan March, Leonid Peishakin, “si hay algo que define la experiencia ucrania es la división, entre la unión polaco-lituana y Rusia desde 1569 hasta 1795, los imperios austríaco y ruso entre 1795 y 1917, y el catolicismo griego y la ortodoxia rusa desde 1596 hasta hoy".
Cafetería, hoteles y otros edificios se están convirtiendo en improvisados hospitales, mientras los activistas empiezan a hacer policías prisioneros, según diversas fuentes son 70 hasta este momento, como en cualquier guerra, y los mantienen bajo su custodia.
Francotiradores de ambas partes disparan a sus objetivos, y las imágenes nos muestran cuerpos que caen bajo el efecto de las balas, heridos o muertos.
El alcalde de Kiev acaba de presentar su dimisión por el "baño de sangre en mi ciudad", según sus propias palabras.
Estas son imágenes grabadas por un canal de noticias ruso.
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