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sábado, 8 de febrero de 2014

Reino Unido, Cameron apela al espíritu olímpico para hacer campaña contra la independencia de Escocia

Cameron pide a los escoceses que
El primer ministro británico, David Cameron, pronuncia un discurso sobre el futuro de Escocia, en la Villa Olímpica de Londres. EFE.
El primer ministro británico, David Cameron, apeló hoy al patriotismo para pedir a los escoceses que "se queden" en el Reino Unido y advirtió de que un voto a favor del "sí" a la independencia puede mermar la influencia del país en el mundo.
El primer ministro británico, apeló ayer por la mañana al espíritu olímpico para pedir a los escoceses que voten a favor de permanecer en Reino Unido en el referéndum sobre la independencia del día 18 de septiembre. Coincidiendo con la apertura ayer de los Juegos Olímpicos de Invierno en la ciudad rusa de Sochi, Cameron se "envolvió" en la bandera olímpica para rememorar los éxitos del llamado "Team GB", el equipo británico que tantos éxitos alcanzó en los Juegos Olímpicos de Londres en el verano de 2012.
En un discurso pronunciado en el velódromo del parque olímpico de Stratford, donde el velocista escocés Chris Hoy se convirtió en uno de los grandes héroes de los Juegos de Londres, Cameron decidió tomar el timón de la campaña en favor de la unión con un discurso apasionado, en el que recurrió a sus raíces escocesas y al éxito del equio británico en los Juegos de 2012 para evitar que los escoceses apoyen el "sí".
gran bretaña
Manifestación de apoyo a la independencia.
Los habitantes de Escocia mayores de 16 años acudirán el 18 de septiembre a las urnas para decidir si votan o no a favor de la independencia de ese país que forma parte del Reino Unido a través de la llamada Acta de Unión de 1707.
La elección de la Villa Olímpica, al coincidir con el comienzo hoy de los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi 2014 (Rusia), fue rápidamente criticada por el ministro principal escocés, el nacionalista Alex Salmond, que acusó a Cameron de tener "pánico" por el avance en los sondeos del apoyo a la independencia.
"La razón de este cambio de enfoque es que las últimas siete encuestas de opinión muestran que la campaña por el sí gana terreno", declaró el político nacionalista a la cadena BBC.
En su discurso, Cameron admitió que no soportaría ver "destrozado" su país si Escocia se independizara e insistió en que quedan siete meses para salvarlo de la secesión, por lo que pidió a Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte que envíen un mensaje claro a los habitantes de Escocia: "Queremos que se queden".
Al argumentar las ventajas de la unión, el "premier" dijo que la escisión le puede costar al Reino Unido su "influencia" económica, política y diplomática en el mundo, por lo que insistió en "salvar el país". "Estoy orgulloso de mi herencia escocesa, así como lo estoy de mi herencia inglesa", dijo el conservador Cameron, cuyos antepasados proceden de Escocia y después emigraron a Inglaterra.
Según afirmó, el mundo puede perder "algo muy poderoso" si "la familia de naciones" del Reino Unido se separa para siempre. "Nuestro gran Reino Unido, valiente, genial, bucanero, generoso, tolerante, orgulloso, es nuestro país", resaltó Cameron, antes de defender que el país fue construido por todos.
"Y lo construimos juntos, ladrillo a ladrillo, Escocia, Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte (...) Este es nuestro hogar y no podría soportar ver la casa destrozada", destacó.
Cameron apeló además al espíritu olímpico del equipo británico para defender la importancia de la unión de Escocia con el Reino Unido. "Para mí, lo mejor de los Juegos Olímpicos (de Londres) no fue ganar, sino el rojo, el blanco y el azul (los colores de la bandera británica 'Union Jack')", dijo.
Si bien reconoció que la palabra la tiene "únicamente" la población que vive en Escocia (unos cinco millones de personas), Cameron incidió en que los 63 millones de habitantes del país resultarán "profundamente afectados por la decisión" y "disminuidos sin Escocia".
La advertencia de Cameron sobre las consecuencias de la secesión coincidió con unos documentos divulgados hoy por el Instituto Nacional de Investigación Económica y Social, en los que se advierte de que la independencia afectaría a la economía escocesa y al equilibrio político del Reino Unido.
"El resultado del referéndum puede tener importantes consecuencias para el resto del Reino Unido y ciertamente para el mundo", subraya el Instituto.
Los analistas también hicieron una evaluación de la opción monetaria después de que Salmond defienda que una Escocia independiente conservará la libra esterlina y el Banco de Inglaterra será la entidad de crédito de último recurso.
El Instituto evaluó tres opciones monetarias: formar parte de una zona libra esterlina, la adopción del euro y tener una moneda totalmente independiente, sin decantarse por ninguna.
David Cameron, cuando faltan siete meses para que Escocia se pronuncie en referéndum sobre su independencia, ha pedido a ingleses, galeses y norirlandeses que convenzan a los escoceses para que se queden. El primer ministro británico ha asegurado que no soportaría ver "destrozado" el Reino Unido. Todo ello en un apasionado discurso, en el que ha recordado sus orígenes escoceses.
De acuerdo con un sondeo publicado el pasado martes, día 4, un creciente número de ingleses y galeses desean que Escocia siga formando parte del Reino Unido de Gran Bretaña que se fundó con el Tratado de la Unión hace 307 años.
Así, el 54 por ciento de los consultados en el sondeo realizado por YouGov quieren que los votantes al norte de la frontera rechacen la independencia, lo que supone un giro con respecto a hace tres años, cuando una encuesta publicada en 'The Sun' arrojó una ligera mayoría de ingleses y galeses a favor de la independencia de Escocia.
"De repente la independencia escocesa se ha convertido en una consideración real y la gente se está tomando esto más en serio y no están dando ya una respuesta frívola", ha valorado el analista político Anthony Wells de YouGov en declaraciones a Reuters.
El ministro principal de Escocia, el nacionalista Alex Salmond, ha argumentado siempre, como eje central en favor de la independencia, que los escoceses estarán mejor si son responsables de sus propias finanzas.
Faltando pocos meses para la celebración del referéndum, el número de escoceses contrarios a la independencia sigue siendo superior a los partidarios de la misma, aunque estos parecen estar, de forma paulatina, ganando terreno. Un sondeo elaborado por la firma ICM, publicado recientemente, reveló que la tendencia a favor de la independencia ha subido cinco puntos, del 32 al 37 por ciento, mientras que la campaña que apoya la unión descendió del 49 al 44 por ciento y el resto no contestó.
La victoria soberanista escocesa allanaría el terreno a las fuerzas políticas nacionalistas que están creciendo en otras regiones europeas. Y, en ese caso, el precedente sería especialmente relevante en España, donde Catalunya y Euskadi tendrían un argumento más que poner en la mesa de negociación frente al ejecutivo español.
En el caso del triunfo del "Sí", ésta sería una de las pocas veces que el Gobierno de Reino Unido accede a la independencia de uno de sus territorios sin haberlo tratado de impedir por la fuerza. Los británicos no reconocieron la independencia de Irlanda hasta 1922 después de más de un millar de muertos en una guerra de desgaste. Pero la victoria irlandesa no fue total e Inglaterra mantuvo el enclave de Irlanda del Norte, donde durante más de 70 años se ha desarrollado un conflicto entre comunidades que ha costado la vida a más de 3.500 personas.

Manifestación independentista en Edimburgo.
Manifestación independentista en Edimburgo. Imagen de archivo. EFE.

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