"Hoy el presidente ha tomado a las 10 horas la decisión de recoger la recomendación de la comision; en consecuencia, el presidente no ejerce su potestad de indultar a Alberto Fujimori", expresó durante la misma. Figallo detalló que el expediente de la comisión pone de manifiesto que Fujimori no tiene una enfermedad terminal ni degenerativa. "Tampoco tiene trastornos mentales graves o incurables", remarcó.
Asimismo, manifestó que las condiciones carcelarias en las que se encuentra son las adecuadas.
Respecto a la situación de el ex presidente Fujimori comentó que, "Hay consideraciones fácticas respecto de la situación médica y condiciones carcelarias, constitucionales y legales que no permiten al presidente tener la suficiente fuerza como para romper la condena judicial y ejercer su facultad para conceder el indulto".
Como se sabe, la familia del ex presidente Fujimori presentó la solicitud de indulto humanitario al considerar que las condiciones carcelarias ponen en grave riesgo la salud del mismo.
Alberto Fujimori, fue condenado en 2009 a 25 años de cárcel por delitos de Lesa Humanidad.
Humala basó su decisión en el informe de la Comisión de Gracias Presidenciales, que por unanimidad determinó que Fujimori, de 74 años, "no tiene una enfermedad terminal, no tiene un trastorno mental incurable, no tiene una enfermedad incurable ni degenerativa y las instalaciones (penitenciarias) tampoco coadyuvan en su perjuicio", manifestó con firmeza el mandatario en una rueda de prensa.
Además, añadió que para tomar su decisión ha valorado el concepto de arrepentimiento, "más aún cuando los delitos probados son de corrupción y violación de los Derechos Humanos".
Frente a las posibles reacciones de los miembros del partido fujimorista (Fuerza Social), el segundo en número de escaños del parlamento, Humala pidió a la oposición no hacer "de un caso humano un circo político".
"Entiendo el papel de la oposición, pero como lo dije, así se paren de cabeza no me van a presionar a mi para tomar una decisión", declaró Humala, para la prensa local, en un claro mensaje al partido dirigido por Keiko Fujimori, su rival en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas en 2011.
La negativa al indulto ha provocado hasta el momento fuertes reacciones en contra por parte de miembros del fujimorismo, que han calificado la decisión de Humala como "una burla" y una "venganza política". El más apasionado, entre los detractores de la negativa de indulto, ha sido el abogado de Fujimori, César Nagazaki, quien llegó a decir que sería mejor que Humala "vaya y lo apuñale (a Fujimori)". Hasta el momento no ha declarado la hija primogénita del ex mandatario y heredera política, Keiko Fujimori, quien se encuentra de viaje en EEUU.
Por otro lado, la decisión de Humala ha sido respaldada por los organismos de Derechos Humanos y por partidos políticos como el Popular Cristiano, así como por gran parte de la población que ha llenado las redes sociales de mensajes se adhiriendo a la decisión del presidente. También el fiscal que representó al Estado en el juicio contra Fujimori, Avelino Guillén, ha saludado la decisión del presidente de acatar la recomendación de la Comisión de Gracias Presidenciales, que evalúo el estado de salud del condenado y concluyó que, el mismo, no es tan delicado como para ameritar un indulto humanitario.
Alberto Fujimori fue condenado a 25 años de prisión por la Corte Suprema, por su responsabilidad en las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, que dejaron 25 muertos en 1991 y 1992, y en los secuestros de un periodista y un empresario en 1992. El presidente de la sala penal de la Corte Suprema de Justicia, César San Martín precisó, en abril de 2009, al anunciar la condena, que el grupo militar encubierto Colina, autor material de las matanzas, cometió 50 asesinatos en 15 meses de actividad y que el Gobierno de Fujimori desarrolló una febril actividad para ocultar los hechos una vez que se conocieron. Además fue considerado culpable de corrupción y secuestro agravado.
Fujimori, gobernó Perú desde el 28 de julio de 1990 hasta que renunció, vía fax, luego de huir a Japón, el 19 de noviembre de 2000. Durante su mandato disfrutó de enorme popularidad por haber derrotado a los grupos guerrilleros Sendero Luminoso y el MRTA y haber conseguido una estabilidad económica en el país. Posteriormente se vio involucrado en graves escándalos de corrupción, hacia el final de su mandato, por lo que huyó del país en el 2000 y se refugió en Japón -país de origen de sus padres- durante varios años antes de regresar a Perú a enfrentarse a la justicia.
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