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sábado, 29 de junio de 2013

Egipto, Violentos enfrentamientos religiosos antes de la jornada de protesta del domingo

Opositores a Morsi queman muebles de la sede de los Hermanos Musulmanes en Alejandría. / AFP
Según informaba ayer la BBC, decenas de miles de partidarios y detractores del presidente egipcio, Mohamed Morsi, han protagonizado manifestaciones rivales en todo el país, antes del primer aniversario de su llegada al poder el domingo.
Los partidarios del presidente se manifestaron frente a una mezquita en el este de El Cairo, mientras que sus opositores se reunieron en la Plaza Tahrir.
En Alejandría, decenas de personas resultaron heridas y la sede local de la agrupación Hermanos Musulmanes, que apoya a Morsi, fue incendiada. En esta ciudad murió un joven estadounidense que trabajaba como becario en la ONG estadounidense Amideast, convirtiéndose en la segunda víctima mortal del día. La sexta desde que empezaron los enfrentamientos el pasado miércoles.
Según la agencia Reuters, que cita al general Amin Ezzeddin, un alto mando de las fuerzas de seguridad de la ciudad egipcia, el estadounidense, de 21 años, murió de una puñalada en el pecho. En esa ciudad también se produjo la muerte de un egipcio y se contabilizaron decenas de heridos.
Desde el pasado miércoles el ejército en Egipto ha desplegado refuerzos de soldados y vehículos armados en ubicaciones estratégicas en varias ciudades en previsión de los posibles enfrentamientos que puedan producirse ante las manifestaciones que planea realizar la oposición el domingo.
Las protestas se llevan a cabo para pedir la renuncia del presidente Mohammad Morsi.
Ya ha habido enfrentamientos entre simpatizantes y opositores de Morsi. Tres personas fueron muertas y 170 resultaron heridas en la ciudad norteña de Mansoura.
La agitación política ha provocado que muchos egipcios se abastezcan de productos básicos y combustible por temores a las protestas del domingo día 30.
Mientras el pasado domingo, el ejército de Egipto advirtió que no permitirá que el país descienda a lo que denominó un "conflicto incontrolable".
El jefe de las Fuerzas Armadas, general Abdel Fattah al Sisi, dijo que no se quedaría de brazos cruzados si hubiera un ataque contra la voluntad del pueblo. Esta advertencia llegaba una semana antes de las concentraciones convocadas, para mañana domingo, por el presidente Mohamed Morsi y después de manifestaciones en apoyo al mandatario, la semana pasada.
La declaración de al Sisi, es considerada como una de las intervenciones más enérgicas de los militares egipcios desde que entregaron el poder a un gobierno civil conducido por Morsi hace un año, tras el derrocamiento del expresidente Hosni Mubarak.
Un corresponsal de la BBC en El Cairo señala que el ejército parece estar tratando de forzar al presidente a llegar a un arreglo con sus oponentes.
Sin embargo la advertencia no ha impedido los duros enfrentamientos entre opositores y oficialistas durante las últimas 72 horas, que han dejado hasta el momento seis muertos, decenas de heridos y más dos centenares de detenidos.
El pasado jueves, en un mensaje televisado con el que celebró su primer año en el poder, Mursi admitió que ha cometido algunos errores, pero pidió a la oposición que exprese sus desacuerdos en las urnas de votación. Aunque terminó su alocución hostigando a aquellos que critican su mandato, y a quienes considera culpables de los problemas nacionales.
En el discurso el presidente dijo que Egipto se estaba enfrentando a numerosos desafíos. Para añadir "La polarización alcanzó un nivel que podría amenazar nuestra experiencia democrática y paralizar la nación"
Para la oposición el discurso no aportaba nada nuevo, y critica que Mursi no se refiriese a los graves problemas sociales y económicos del país.
Los relatos periodísticos, que llegan desde Alejandría, sostienen que oficialistas y opositores se lanzaron mutuamente piedras y que ambos grupos denunciaron la participación de francotiradores desde los techos de los edificios vecinos. Posteriormente llegó la represión con gases lacrimógenos y perdigones.
En la ciudad de Nasr, un equipo de televisión fue atacado por manifestantes islamistas cuando informaban de la protesta que se estaba desarrollado en la mezquita de Rabaa Al Adawiya.
En El Cairo, miles de personas se han reunido en la plaza Tahrir al grito de "Fuera, Fuera" para pedir la dimisión de Mursi, recordando a las concentraciones en el mismo lugar en enero y febrero de 2011 en las que se pidió la dimisión del expresidente Hosni Mubarak. En el Palacio Presidencial, se han reunido alrededor de un millar de personas para pedir la dimisión de Mursi. Sin embargo en esa ciudad las manifestaciones pro y anti gobierno fueron más tranquilas.
Ante los temores por un rebrote de la violencia, cuando este movimiento opositor tome nuevamente en masa la Plaza Tahrir, las autoridades egipcias han cerrado, con bloques de cemento, las entradas al Palacio Presidencial de Al Itihadiya en El Cairo, informaba la agencia oficial egipcia Mena.
La semana pasada, grupos afines al presidente convocaron manifestaciones, que reunieron varios miles de personas, los simpatizantes de los Hermanos Musulmanes, secundados por sus aliados salafistas de la Gamaa Islamiya, y abarrotaron la plaza de Rabea Adauiya, en el distrito cairota de Ciudad Naser, para defender a Mursi y, desde entonces, se han producido diversos altercados en varias ciudades del país.
"La lucha no ha acabado. Seguimos enfrentándonos al mismo régimen da igual que se esconda tras una fachada militar o religiosa", ha denunciado la oposición al presidente Mursi.
La violencia también se desató en otros puntos del país, especialmente en el delta del Nilo, donde opositores asaltaron e incendiaron la oficina del Partido Libertad y Justicia (el partido gobernante, brazo político de los Hermanos Musulmanes) en Aga, en la provincia de Dakahliya. En esta provincia se produjeron los tres primeros muertos por causa de los enfrentamientos.
Según el Partido Libertad y Justicia (PLJ) de Mursi, un miembro de los Hermanos Musulmanes murió la noche del jueves por disparos de opositores en un ataque contra una oficina del grupo en la localidad Zagazig, en el delta del Nilo.
La campaña "Tamarrud" (Rebelión), que asegura haber recogido más de 15 millones de firmas que piden la renuncia de Morsi y la convocatoria de comicios anticipados, llama a todos los egipcios, a acudir a la plaza Tahrir, y movilizarse en todas las ciudades del país, como forma de presión a Mursi, el próximo domingo.
"Tamarrud" anunció esta semana, junto a varios partidos y movimientos de la oposición, la creación del llamado Frente del 30 de Junio, que tiene el objetivo de fijar una hoja de ruta para el país cuando Mursi, según esperan, dimita, informaba la televisión pública española.
El frente apela a un periodo de transición no superior a los seis meses, en los que el presidente del Tribunal Constitucional asumirá la jefatura de Estado provisional, una personalidad de la revolución encabezará un gobierno de unidad nacional, y una comisión de expertos redactará una nueva Constitución.
Por otro lado, según recoge la BBC, autoridades egipcias ordenaron el cierre de un canal por satélite y ordenaron el arresto de uno de sus presentadores principales por incitar a los desórdenes públicos.
El presentador en cuestión, Tawfik Okasha, cerró intempestivamente su programa el jueves por la noche cuando se enteró de que estaba a punto de ser arrestado.
Otro prominente presentador renunció en vivo, durante un programa de la televisión estatal, en protesta frente a lo que llamó interferencia gubernamental en el contenido editorial de su programa.
En su discurso del miércoles, el presidente Mohamed Mursi le advirtió a los medios que no abusaran de la libertad de expresión.
A pocas horas de la gran jornada de movilización, que coincide con el primer aniversario de la jura de su cargo como presidente de Mursi, "Nadie sabe qué puede pasar. Todos los escenarios están abiertos", comenta Mustafá Kamel al Sayyid, profesor de Ciencia Política de la Universidad de El Cairo. "La clave está en si habrá violencia, o si la jornada transcurrirá pacíficamente. El Ejército ya ha dicho que, si hace falta, intervendrá para evitar que el país caiga en el caos", añadía para El País.
Lo que nadie duda es que, suceda lo que suceda, todos estos movimientos están colaborando en el debilitamiento del presidente Mohamed Mursi.
Un hombre egipcio ensangrentado tras los enfrentamientos entre los grupos de apoyo al presidente de Egipto, Mohamed Mursi y sus detractores, hoy, en Alejandría.EFE/Str
Hombre herido en los enfrentamientos de ayer en Alejandría. EFE/Str.

Ante la creciente hostilidad que se dispensan ambos bandos, las principales instituciones independientes del país han hecho sonar las señales de alarma. La Universidad de Al-Azhar, la principal institución del Islam suní en la región, llamó a la moderación ante el riesgo que "el país se deslice hacia una guerra civil", se puede leer en la página web del periódico español El País.
Una información de última hora afirmaba que Estados Unidos está desalojando a su personal diplomático, no imprescindible, al mismo tiempo que ha solicitado a sus ciudadanos para no viajar al país, por ahora.

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