En la víspera de la reunión de las ocho economías más
poderosas del mundo, en Irlanda del Norte las autoridades de la ciudad
donde tendrá lugar la reunión han decidido ocultar la crisis. Y lo han
hecho de una manera muy imaginativa, según informa la BBC.
Todo gracias a que las autoridades del país han pintado sus fachadas y han cubierto edificios, en ruinas y abandonados, con grandes carteles para ocultar las dificultades económicas de esta zona del país, que recibirá este mes a los líderes del G8. Han escondido sus miserias debajo del tapete.
La idea es que la zona, fuertemente golpeada por la crisis, luzca lo mejor posible para los mandatarios de las potencias económicas mundiales.
Pero los locales creen que la medida solo sirve para ocultar una crisis mucho más profunda que ni Barack Obama ni Angela Merkel podrán (ni quieren) ver.
En el condado de Fermanagh, donde tendrá lugar la reunión, se han gastado cientos de miles de dólares para "maquillar" más de 100 propiedades, en lugar de usarlos en acciones productivas o para mejorar el bienestar de sus ciudadanos.
En la pequeña localidad de Belcoo los cambios han sido meramente cosméticos. En una tienda que funcionaba como carnicería papeles pegados en las ventanas dan la impresión de que el negocio va bien, según señala la agencia Reuters.
Al otro lado de la calle otro edificio ha sido "reformado" para que se vea como un negocio de material de oficina. La gente del lugar no está impresionada.
"Las fachadas de los negocios son cirugía estética para problemas profundos. Defienden a los bancos en vez de ayudar a las tiendas", señaló a la agencia Reuters Kevin Maguire, un desempleado de 62 años que ha vivido toda su vida en Belcoo.
"¿Dónde podrías ver a un negocio lucir de forma parecida en Irlanda del Norte? Esto más bien parece Chelsea", afirma Maguire en referencia a uno de los barrios más ricos de Londres.
Los beneficiarios reales de estas medidas han sido los pintores y trabajadores de la construcción locales que han sido contratados para hacer los trabajos. Al menos algún beneficio ha obtenido la población del lugar.
Un familiar de un antiguo propietario afirmó al diario The Irish Times que jamás había visto a los pintores de la ciudad con tanto trabajo.
Para los habitantes de aquí la inyección de dinero es bienvenida, pero eso no elimina la urgente necesidad de profundas reformas e inversiones que necesita la región.
La limpieza de las fachadas no elimina la podredumbre del interior y deja una duda para el futuro, ¿qué pasará con toda esta ilusión después de la reunión?.
"¿Cómo se van a ver estas tiendas dentro de seis meses?", le dijo a la agencia Reuters Jim Leonard, un obrero desempleado de 50 años. Para añadir, "Todo esto será tan solo papel pintado que arrastrará el viento por las calles del pueblo".
Nelson McCausland, del Ministerio de Desarrollo de Irlanda del Norte, la dijo a la BBC que "en estos tiempo difíciles es esencial que el centro de la ciudad luzca tan atractivo como sea posible. En junio, los ojos del mundo estarán en esta zona, y este proyecto hará que su apariencia mejore".
Sin embargo para los moradores de esta deprimida zona será, tristemente, sólo una mejora de cara a la galería que no elimina los problemas de fondo que sufre la población diariamente.
Una solución coyuntural para tapar un problema estructural.
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