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sábado, 22 de junio de 2013

Argentina, las dominicanas, inmigrantes ilegales en situación vulnerable

A pesar de la lejanía geográfica entre ambos países, Argentina es un destino apetecido para muchos emigrantes de República Dominicana, en particular para mujeres, que corren el riesgo de quedar expuestas a redes de trata y explotación sexual.
Esta situación no es algo nuevo en el país, pero desde principios del siglo XXI, el movimiento de dominicanas hacia Argentina ha ido en aumento.
La inmigración dominicana es mucho menos numerosa que la de paraguayos, bolivianos, peruanos y uruguayos, que constituyen 80 por ciento de los extranjeros radicados en el país desde 2004, pero sobresale por problemas específicos de inserción laboral.
Gina Escheback, denuncia en su blog la situación de la mujer dominicana. Ella escribe, "El problema de la trata de mujeres dominicanas en Argentina con fines de explotación sexual para mi es preocupante, pero ha sido invisibilizado y tolerado por esa parte de la sociedad que hace "como que no existe" asimilándolo como un fenómeno normal dentro de la migración dominicana en Argentina, es común escuchar "las dominicanas son víctimas de trata ya todos lo saben" sin tomar acciones contrarias eficientes para contrarrestarlo, el problema no es nuevo ni tampoco es menor, y afecta en gran manera a mujeres dominicanas de todas las edades".
Clarisa Rondó, de la Asociación de Dominicanos Residentes en Argentina, contó a IPS que las mujeres de su país llegan en busca de mejores posibilidades laborales, de un futuro que no encuentran en su país, pero debido a dificultades de acceso al mercado muchas caen en redes de prostitución.
"Argentina es un país que nos acoge, nos hace sentir que damos un paso adelante. Es grande, generoso, que ofrece posibilidades", aseguró. Rondó llegó sola con 21 años en 1994, luego se casó, tuvo hijos, se divorció y estudió un profesorado en artes.
"Siempre han venido más mujeres que varones, porque al hombre le cuesta más insertarse", explicó, para luego aclarar que a las mujeres también les resulta difícil, pero "se meten en la prostitución", admitió con pena. Para añadir, "Hay muchas que son analfabetas, no consiguen trabajo y no les queda otra, se meten en ese circuito".
La presencia de dominicanas en Argentina se hace visible cuando la policía allana sitios en los que se ejerce la prostitución en Buenos Aires o en provincias como Córdoba, Misiones, La Pampa, Tierra del Fuego, Rio Negro, Santiago del Estero o San Luis.
El problema empieza a tomar una consideración tan importante que desde la República Dominicana se está pensando en tomar medidas para combatir la trata de personas, en ese sentido, la Procuraduría General de República Dominicana detendrá y someterá a la justicia, por primera vez y pese a la oposición de diversos sectores, a los clientes de las trabajadoras sexuales, aunque no existe ninguna legislación que prohiba a una persona prostituirse.
Francisco Domínguez, procurador general, explicó el mes pasado que el inminente arresto de los clientes de las prostitutas forma parte de los planes para combatir la trata de personas que afecta en el país a miles de mujeres, adultas y menores de edad.
"Se trata muchas veces de muchachas menores de edad que son semiesclavizadas", comentó el fiscal general. Recordó que con frecuencia se conocen casos de mujeres que, tras permanecer en centros de prostitución, se las llevan a Argentina o Chile, y una vez en esos países les arrebatan sus pasaportes.
Sin embargo la medida no ha sido bien recibida por las trabajadoras sexuales,  "Esto es una cacería de brujas contra nosotras", declaró poco después de conocerse la medida, en conferencia de prensa, Jacqueline Montero, presidenta del Movimiento de Mujeres Unidas, la mayor organización no gubernamental de prostitutas. Para añadir, "tenemos compañeras que están en la universidad, que la pagan con el trabajo sexual, otras tiene 5 ó 6 hijos y de eso viven sus niños".
Si bien no hay estadísticas oficiales, pueden encontrarse cerca de  40.000 dominicanos y dominicanas viviendo en Argentina, 15.000 de los cuales lo hacen en la ciudad de Buenos Aires.
La socióloga Lucía Núñez, de la estatal Universidad Nacional de San Martín, explicó a IPS que, tradicionalmente, los dominicanos emigraban a Estados Unidos o a España, pero a mediados de los años 90 comenzaron a llegar a Argentina.
La paridad del valor del peso argentino con el dólar, fijada por ley en 1992, fomentó el ingreso de inmigrantes del resto de América Latina, que aprovechaban ese tipo de cambio para enviar fuertes remesas de dinero a sus países de origen, recordó Lucía.
Si bien, esa era una de las principales razones de esa oleada migratoria, unida al idioma común, se complementaba con la demanda argentina en el área de servicios de baja calificación, como empleos domésticos, trabajos en peluquerías, restaurantes o bares, y el cuidado de niños o personas mayores.
Una investigación realizada por el Servicio Ecuménico de Orientación y Apoyo a Migrantes y Refugiados, más conocido como CAREF, fueron miles los que ingresaron en aquella década.
Publicado por la Organización Internacional para las Migraciones, el estudio titulado "Migración, prostitución y trata de mujeres dominicanas en Argentina" sostiene que entre 1995 y 2002 se radicaron entre 12.000 y 15.000 inmigrantes de ese país.
En los últimos años, a pesar de que ya el tipo de cambio no resulta un atractivo, esta población sigue llegando. "Tenemos muchos años viniendo y algunas consiguen aquí tener una posición y una opción de vida", afirmaba una dominicana residente en Argentina desde 2005.
La activista Clarisa Rondó explica que, en algunos casos, las mujeres hipotecan sus casas para viajar tras la promesa de conseguir un empleo en el servicio doméstico, pero son captadas por redes de trata de personas y explotación sexual.
Al llegar a Argentina, el acceso al empleo se complica, comienzan a contraer deudas con quienes les financiaron parte del viaje y terminan cayendo en la prostitución o en la trata, indicó Rondó.
La socióloga Núñez coincide, y en declaraciones a IPS comentaba, "Llegan a Argentina con promesas laborales que no resultan ser las esperadas, con la esperanza de alcanzar una inserción laboral que les permita mejores condiciones de vida que las que tienen en su país". Para añadir, que una vez en Argentina "se les dificulta conseguir otro tipo de inserción laboral fuerte", con lo que el único camino abierto que les queda es la prostitución, señala la socióloga y autora de "Construyendo mapas: Cuerpos femeninos, espacio y jerarquización racial en la práctica de la prostitución en la Ciudad de Buenos Aires".
Sostuvo, además, que las mujeres al emigrar saben que la prostitución es una de las posibilidades por experiencias que ya conocen, pero "muchas piensan que no será su caso".
Núñez estudió la vinculación entre la prostitución callejera y la inmigración femenina en la ciudad, y se centró en las dominicanas, que tienen gran visibilidad por ser afrodescendientes en un país de mayoría blanca o mestiza.
En su interpretación, existe una imagen sobre el cuerpo de la mujer afrodescendiente como hipersexualizada, en contraposición a la mujer blanca o indígena, y eso las hace aún más vulnerables.
Frente a este fenómeno, el gobierno argentino comenzó a exigir visa a los inmigrantes domanicanos a partir de agosto de 2012, y facilitó los trámites de residencia permanente para aquellos que ya se encontraban en el país.
Rondo cree que la necesidad de visa (visado) para entrar en el país no es una solución. Lo mismo piensan en el CAREF, adonde IPS consultó a Gabriela Liguori, y en la embajada de República Dominicana en Buenos Aires. Todos afirman que la exigencia no frenará el problema.
La idea generalizada es que ese requisito sólo va a dificultar la entrada, pues buscarán otros medios diferentes a los actuales, a través de los aeropuertos internacionales, lo que puede suponer una mayor exposición al negocio de la trata de personas, así como a un aumento de los riesgos personales.
En cambio, sí creen que es una buena idea facilitar los trámites de regularización de los que entraron como turistas y hoy están ilegales, porque les permite obtener una residencia provisional, por tres años, con la que pueden trabajar.
El programa tiene asistencia del consulado dominicano, del ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina y de la Oficina de Rescate y Acompañamiento de las Personas Damnificadas por el Delito de Trata, del ministerio de Justicia.
El régimen de regularización se lanzó en enero y se prolongará hasta julio. Hasta el pasado mes de marzo se habían otorgado más de 600 residencias precarias.
Para Clarisa Rondo, "Mi idea es que la gente que venga pueda regularizar su situación, estudiar o trabajar porque si algunas vienen por la prostitución, que al menos tengan otras alternativas. Pero sin documentación, están obligadas a prostituirse".
Las redes de trata de personas operan, bajo engaño, con préstamos leoninos, mientras otras cuentan que saben que vienen a prostituirse pero no en las condiciones en las que finalmente se ven obligadas a trabajar, llegaban a Argentina con promesas de otros tratos y otros pagos.
La ONG pro derechos humanos y feminista, La Casa del Encuentro, está investigando la posible triangulación de mujeres dominicanas a través de Argentina, y con destino final Eslovenia.
Ahora, advierte el periódico de la República Dominicana Acento, al mapa del oscuro flagelo (la trata de mujeres) en el país se sumó la denominada "Ruta de Eslovenia", país del este europeo al que parten chicas oriundas de República Dominicana, que son llevadas primero a Buenos Aires, donde son alojadas en hostels (hoteles económicos, muy utilizados por estudiantes y turistas) donde pasan desapercibidas y finalmente enviadas al exterior.
Fabiana Túñez, titular de La casa del Encuentro, relataba al Diario Popular de Argentina, respecto a estas mujeres, "Estamos investigando por qué abandonan el país en 48 o 72 horas, tras llegar a Buenos Aires. En principio, la sospecha es que consiguen visas en tiempo récord y son llevadas a Eslovenia. Probablemente, en ese país se haga una selección, y luego las chicas vuelvan a ser trasladadas, esta vez a naciones del occidente europeo, más desarrollados económicamente y donde el consumo de la prostitución denominada exótica presenta una gran demanda".
"A las chicas las convencen de venir a la Argentina con bastante facilidad, ya que apuntan a víctimas con muchas necesidades económicas, entonces les prometen trabajo y la posibilidad de estudiar, sin embargo todo se convierte en una pesadilla, porque quedan atrapadas, pagando deudas que son eternas", explicaba Fabiana.
Un informe presentado el mes pasado por la organización Tú Mujer y el Fondo de Naciones Unidas para la Población estimó que República Dominicana ocupa el cuarto lugar a nivel mundial, sólo superado por Tailandia, Brasil y Colombia, como país de origen de mujeres que son prostituidas en otras naciones.
El periódico dominicano El Día, publicaba, el pasado 26 de mayo, "Unas 50 mil criollas han sido prostituidas en el exterior por redes que aquí les ofrecieron la gloria".
El mismo diario nos explica la historia de María. Una mujer a quien ofrecieron un contrato de trabajo en Argentina, y se encontró con una realidad asustadora.
Pero como indica El Día, "María no es la única víctima de la trata humana fuera del país. Al igual que ella, al menos 50 mil dominicanas son objeto de ese negocio ilícito en el exterior con fines de prostitución, según  el estudio “Panorama sobre la Trata de Personas, Desafíos y Respuestas: Colombia, Estados Unidos y República Dominicana”, realizado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)".
Desde 2008 hasta junio de 2013 más de 4.600 personas han sido rescatadas, en Argentina, de diferentes redes de tratas de personas, nos cuenta Gina Escheback en su blog.
Hasta la fecha ninguna persona ha sido condenada por ese delito en el país.

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