Tres hombres han sido "condenados" a cortar el césped y posteriormente liberados sin cargos por la Policía de Kenia después de haber sido acusados de violar y herir gravemente a una joven de 16 años, un incidente que ha causado una profunda indignación en el país, según ha informado la prensa local. En estos momentos más de un millón y trescientas mil personas han firmado una petición de justicia para la joven keniana de 16 años dado que tres, de los seis, presuntos violadores fueron "condenados" por la Policía a cortar el césped y liberados posteriormente sin cargos, un incidente que ha causado una profunda indignación en los ámbitos políticos, sociales y mediáticos del país africano, según ha informado este lunes la organización de Derechos Humanos internacional Avaaz.
La adolescente fue atacada mientras regresaba del funeral por uno de sus abuelos cuando fue violada por los tres hombres en una aldea del condado de Busia, en el oeste del país, según informó el pasado 11 de octubre el diario 'Daily Nation'. La espalda de la joven sufrió una rotura durante la agresión, por lo que ha quedado relegada a una silla de ruedas.
Tras la agresión, varios vecinos capturaron y entregaron a los violadores a la comisaría de Policía local. "Lo único que hicieron fue ordenarles cortar el césped que rodea el campamento de la Policía y liberarlos poco después", ha denunciado la madre de la víctima, citada por el rotativo.
Avaaz ya ha recogido más de un millón de firmas a través de una ciberacción en favor de la joven Liz -el pseudónimo que le ha dado el diario keniano que sacó a la luz la historia-, según ha informado la organización en un comunicado.
En la petición, cuyas firmas serán entregadas en breve al inspector general de Policía de Kenia, Avaaz reclama que se haga "justicia con Liz, a través del arresto inmediato y la persecución a los violadores, y mediante una acción disciplinaria contundente contra los agentes de Policía que fracasaron estrepitosamente en el manejo del caso".
"Penalizando a dichos agentes, les dirá al resto de fuerzas policiales de forma certera que las violaciones son un delito grave, y no una simple falta, y que los agentes que no defiendan la ley serán obligados a rendir cuentas", prosigue la petición.
"Le hacemos un llamamiento para que se asegure de que el caso de Liz marca un punto de inflexión para acabar con la guerra contra las niñas", añade la ciberacción, que va acompañada del envío de tweets al inspector general de la Policía en Nairobi, al presidente del Tribunal Supremo de Kenia y al ministro de Interior.
La joven fue violada por turnos
"Liz tiene 16 años y acaba de ser salvajemente violada por una pandilla sin escrúpulos", ha denunciado Avaaz. Según las informaciones en poder de la organización, Liz fue atacada por sorpresa por seis hombres, que "empezaron a turnarse para violarla". "Cuando acabaron la lanzaron inconsciente a una letrina de seis metros de profundidad", ha asegurado.
"La agresión es tan brutal, que se ha quedado en una silla de ruedas, pero la Policía, en lugar de arrestar a los culpables, les puso a cortar el césped de la comisaría como condición para liberarlos", ha añadido Avaaz.
Según informaron fuentes policiales a la BBC, tras presentar la denuncia, los agentes ordenaron a la madre de la joven que limpiara el cuerpo de su hija, destruyendo con ello pruebas forenses vitales para acusar a los sospechosos. "Quiero que se detenga y castigue a mis agresores. Mi deseo es que se haga justicia", ha declarado la joven violada al 'Daily Nation'.
El caso ha sido debatido en la Comisión de Seguridad Nacional del Parlamento keniano y la dirección de la Policía ha abierto una investigación sobre la conducta de los agentes que atendieron las denuncias de la adolescente, según ha declarado al diario keniano la comandante de la Policía del condado de Busia, Halima Mohamed.
Al respecto, Avaaz ha recordado que esta historia "está levantando ampollas en toda Kenia y tanto los políticos como la Policía están siendo presionados para dar una respuesta", al tiempo que las organizaciones defensoras de la mujeres han asegurado "que la única manera de conseguir cambios reales es poner al Gobierno en el punto de mira de la comunidad internacional", ha advertido Avaaz.
"Nos están pidiendo que intervengamos para que se haga justicia, y que el tormento de Liz se convierta en un punto de inflexión dentro de la plaga de violaciones que asola Kenia", ha asegurado la organización. "Nadie ha sido llevado aún ante la justicia, ni los violadores, ni los policías", ha denunciado.
"Todo el mundo está indignado, como poco", ha manifestado a la BBC la directora ejecutiva de la Coalición sobre la Violencia contra la Mujer de Kenia, Saida Ali.
El Grupo de Prensa Nation se ha ofrecido a pagar los gastos médicos de la adolescente y ha lanzado una campaña para que los agresores sean llevados ante la Justicia. "No solo ha sufrido un crimen brutal que ha cambiado su vida para siempre, además se le ha negado justicia", ha declarado la directora de marketing del grupo, Ann Gitao-Kinyua.
Según la madre de Liz, los violadores de su hija siguen merodeado alrededor de su casa para burlarse de la familia. Actúan como si estuvieran por encima de la ley, y tienen buenas razones para creerlo. Debido a una serie de requisitos burocráticos ridículos, la policía registró el ataque a Liz como un mero asalto, y le pidió a su madre que “la limpiara”, destruyendo así evidencias forenses clave. Ahora los violadores de Liz andan sueltos, y ella se ha quedado en silla de ruedas.
La historia de Liz es un ejemplo extremo de un problema mucho más grande. En Kenia, dos tercios de las niñas y la mitad de los niños que acuden a la escuela han sufrido algún tipo de abuso sexual. A principios de este año un fallo histórico declaró a la policía culpable de no hacer su trabajo y les ordenó defender las estrictas leyes anti violación vigentes en Kenia. La violación es ilegal en todas partes, pero demasiado a menudo los hombres encargados de proteger a nuestras hijas no ponen las leyes en marcha. Cambiemos esto, empezando por Liz.
En estos momentos una gran manifestación está marchando por las calles de la capital, Nairobi, hacia la sede de la policía para entregar la petición.
El director de la Fiscalía keniana, Keriako Tobiko, confirmó el pasado miércoles al Daily Nation que había ordenado a la Policía de Busia "arrestar a los sospechosos", además de abrir una investigación sobre la actuación de los agentes.
En opinión de la directora de la Comisión Nacional de Género e Igualdad, Winfred Lichuma, resulta "preocupante que todavía no se haya detenido a ningún sospechoso".
Lichuma lamentó que la adolescente, víctima todavía del estrés postraumático, haya sufrido "la peor forma de abuso sexual y su situación se haya agravado tras negársele el derecho a continuar con su educación".
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