Todo comenzó el pasado domingo cuando grupos de manifestantes rompieron ventanas, irrumpieron en un almacén y se enfrentaron en la policía en una barrio de Moscú, en el peor brote de violencia racial, en la capital rusa, desde los incidentes de diciembre de 2010.
Los manifestantes, algunos de los cuales cantaban eslóganes racistas, saquearon tiendas y otros lugares donde emplean mano de obra inmigrante en la zona de Biryulyovo tras la muerte de un joven de etnia rusa atribuido a un hombre del Cáucaso.
Varios cientos de residentes estaba realizando un protesta de forma pacífica, pidiendo justicia por la muerte, hasta que un grupo de jóvenes intervino comenzando a romper escaparates en un centro comercial y brevemente provocaron un incendio. En un vídeo colgado en YouTube se les puede ver gritando "¡Poder blanco!" mientras forzaban su ingreso.
La enfurecida multitud formada por nacionalistas rusos y simpatizantes de estos asaltaron, quemaron y destrozaron un centro comercial y un almacén mayorista de verduras en un barrio del sur de la ciudad, Biryulyovo Occidental, donde residen muchos forasteros e inmigrantes.
La policía de Moscú dijo que varios agentes resultaron heridos en los disturbios, unas 380 personas fueron detenidas, y según fuentes policiales, se abrirá un caso criminal contra los mismos.
Las autoridades enviaron unidades de policía extra pero los enfrentamientos esporádicos y las detenciones continuaron durante la noche.
El Kremlin ve con alarma los frecuentes brotes de violencia en las ciudades rusas, entre los miembros de la mayoría eslava y las personas con raíces en el Cáucaso del norte de mayoría musulmana, el Cáucaso del sur ex soviético y Asia central.
Secuela de los incidentes del domingo. |
"Es simplemente imposible vivir aquí. Hay peleas todo el tiempo. La gente que trabaja en esta bodega no es buena. Estoy seguro de que hay criminales escondidos entre ellos" dijo el residente local Alexander, de 23 años, en una demostración clara de sentimiento antiinmigratorio.
La protesta en Biryulyovo comenzó con la exigencia de más accion policíaca por la muerte de Yegor Shcherbakov, de 25 años, quien según las autoridades murió apuñalado mientras caminaba con su novia el jueves por la noche.
Tras los incidentes del domingo, en la búsqueda de culpables por la situación creada, la policía rusa inició una serie de redadas entre los inmigrantes. Detenciones masivas, reforzamiento de las medidas de seguridad y previsible endurecimiento de la política de inmigración forman, por ahora, la respuesta de las autoridades, que parecen más inclinadas a proceder contra los representantes de minorías étnicas que a enfrentarse a fondo con los nacionalistas rusos, instigadores de los desórdenes.
Según afirmaciones, citadas por la televisión pública española, del alcalde de Moscú, Vladimir Sobianin, las redadas continuarán de manera masiva, en mercados e inmuebles en donde viven inmigrantes clandestinos. Las declaraciones fueron realizadas por Sobianin, tras reunirse con el presidente ruso Vladimir Putin.
Según la agencia Reuters, "La policía rusa detuvo a más de 1.600 inmigrantes en Moscú después de la oleada de disturbios en un barrio del sur de la ciudad tras el fatal apuñalamiento de un ruso que muchos residentes atribuyen a un hombre de la región del Cáucaso".
Amnistía Internacional asevera que en los últimos años se suceden casi a diario agresiones contra extranjeros, especialmente en Moscú y San Petersburgo.
Mientras que un Comité gubernamental de investigación concluía que se han sucedido en el país una gran cantidad de crímenes graves y muy graves, cometidos por extranjeros y apátridas, incluidos aquellos llegados de países de la ex Unión Soviética, según informa AFP.
La necesidad de frenar la inmigración ha sido el tema más importante de las elecciones a la alcaldía de Moscú que se celebraron en septiembre. Al hablar de forasteros e inmigrantes, gran parte de los moscovitas no distingue entre "ciudadanos rusos" de origen caucásico o asiático con total libertad de movimientos por su propio país y "extranjeros" con ciudadanía de los países del Cáucaso del Sur y de Asia Central.
Los disturbios de hoy son "más peligrosos" que los sucedidos tres años atrás, según Svetlana Gánnushkina, directora de Asistencia Ciudadana, una ONG dedicada a los inmigrantes. "A diferencia de 2010, cuando los manifestantes eran solo nacionalistas, ahora se ha sumado a ellos gente normal que ha sido convencida de que todos sus males vienen de los inmigrantes. La campaña electoral por la alcaldía de Moscú ha aventado estos ánimos", declaró la activista, para el periódico El País.
La policía practicó también redadas en otros lugares de Moscú donde se concentran inmigrantes. En el céntrico mercado de Dorogomílovo los antidisturbios se llevaron dos autobuses cargados de forasteros, según manifestó un vendedor de Tayikistán que, como otros de sus colegas, deambulaba asustado por patios y calles vecinas del mercado en espera de que acabara la redada.
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