Un grupo de manifestantes se enfrenta con los policías antidisturvios italianos / STEFANO RELLANDINI (REUTERS) |
Miles de manifestantes salieron ayer sábado a la calle en Italia y Portugal para protestar contra las nuevas medidas de austeridad y los recortes efectuados por los respectivos gobiernos.
La policía italiana ha realizado varias cargas contra un grupo de encapuchados que les han lanzado botellas y petardos en las proximidades del Ministerio de Economía en Roma, durante la manifestación que se convocó hoy contra la austeridad.
Decenas de miles de personas convocadas por movimientos antisistema han acudido a la manifestación de Roma para protestar contra la política de austeridad y la precariedad.
"Protestamos contra la austeridad que pone al país de rodillas", dijo Piero Bernocchi, miembro de uno de los sindicatos presentes en la marcha. Para él, esta política "no ha alcanzado su objetivo, es decir, reducir la deuda; mientras la clase política sigue con sus privilegios". Alude también a los presupuestos del próximo año donde los recortes y las políticas de austeridad se centran en las prestaciones sociales.
La manifestación de Roma, a la que acudieron unas 70.000 personas según los organizadores, comenzó a las 14:00 (hora local) en la Plaza de San Juan de Letrán, donde muchos habían acampado durante la noche, y se dirigió hacia la zona de Porta Pía.
"Contra la precariedad y la austeridad organicemos nuestra cólera" y "Una sola gran obra: una casa y una renta para todos", se leía en algunas de las pancartas que abrían la marcha.
Entre los manifestantes sindicatos, asociaciones y varios colectivos para el derecho a la casa, o el No-TAV, que se opone duramente a la realización de la línea de alta velocidad Turín-Lyon, había un gran número de inmigrantes que pedían la abolición de la ley sobre inmigración vigente en el país.
En Italia, la única duda era a qué hora iban a empezar los grandes disturbios. Durante las horas anteriores a la manifestación contra la austeridad convocada en Roma por diversos colectivos antisistema, la policía italiana se incautó de gases lacrimógenos, petardos, pasamontañas, extintores, un buen arsenal de los típicos adoquines romanos y toda la quincalla típica de la guerrilla urbana. Y finalmente fue a las 17.40, en el momento en que la marcha pasaba por delante del Ministerio de Economía, cuando un grupo de encapuchados lanzó varios petardos a los furgones de la Guardia de Finanza, que respondió con una carga. A partir de ahí, los disturbios llegaron a varias zonas de la ciudad.
Se produjeron momentos de tensión cuando un grupo de infiltrados arrojó objetos contra la sede de un movimiento de extrema derecha y después comenzó a lanzar botellas contra los furgones blindados de la policía a la altura del Ministerio de Economía. Tras los altercados, varios furgones y centenares de agentes formaron un cordón de seguridad en torno al ministerio para evitar los ataques del grupo de encapuchados, que lograron dispersarse por las calles adyacentes.
La marcha se desarrolló sin problemas durante las primeras horas, pero justo al final comenzaron las tensiones por parte de un grupo de manifestantes que se apartaron del recorrido.
Estos lanzaron huevos contra algunas entidades bancarias y el Ministerio de Economía, y también se realizaron pintadas en la estatua de papa Juan Pablo II que se encuentra en la plaza adyacente a la estación ferroviaria de Termini, en pleno centro de Roma. En esa zona, se encuentra la sede del grupo ultraderechista Casapound, y allí tuvo que intervenir de nuevo la policía al paso de la manifestación.
Un grupo de encapuchados se separó de la marcha y lanzaron botellas contra la sede de Casapound, donde sus miembros habían también salido a la calle con cascos y mazas, y la policía se vio obligada a acordonar la zona.
Roma se encontraba completamente blindada y las fuerzas de seguridad en máxima alerta ya que se temía que se produjesen altercados durante la manifestación, sobre todo tras la expulsión este viernes de cinco anarquistas franceses que tenían planeado infiltrarse en la manifestación de mañana para provocar actos de "guerrilla urbana", según la policía italiana.
Además la policía encontró durante una inspección del recorrido piedras, mazas de hierro y otros objetos escondidos que hicieron recordar los graves disturbios ocurridos en octubre de 2011 causados por varios grupos de encapuchados durante la manifestación de los "indignados" en Roma.
La marcha transcurrió de forma tranquila, en la mayor parte de su recorrido, si bien se vivieron algunos momentos de tensión que acabaron con al menos quince detenidos. Al parecer son trece chicos y dos chicas, con edades comprendidas entre los 16 y los 25 años, y solo cinco de ellos son de Roma, mientras que el resto proceden de otras ciudades del país. Cuatro de ellos han sido arrestados por los carabineros y otros once por la Policía.
Por otra parte, la Policía ha informado de que ocho miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos de carácter leve durante la manifestación, que en algunos puntos degeneró en altercados ya que grupos de encapuchados, según fuentes locales, lanzaron piedras y cócteles molotov contra algunos edificios oficiales.
Mientras en Portugal, los manifestantes, convocados por el principal sindicato luso, la Comisión General de Trabajadores Portugueses (CGTP, de tendencia comunista), censuraron al Ejecutivo conservador liderado por el primer ministro Pedro Passos Coelho y anunciaron nuevas protestas para "derribarlo".
Imagen de la manifestación de este sábado en Porto contra los recortes de la troika. AP / Paulo Duarte |
Uno de los objetivos de sus críticas fue el proyecto de Presupuestos para 2014 elaborado por el Gobierno, y que recoge una rebaja salarial para el 90 % de los funcionarios, cortes en las pensiones de los trabajadores públicos y el aumento de los impuestos en productos como el alcohol, el tabaco o los vehículos diesel.
En la capital de Portugal, la manifestación llegó con polémica, ya que la idea originaria de los organizadores era recorrer a pie en Lisboa el famoso Puente 25 de abril.
Las autoridades lusas no concedieron su permiso, aunque permitieron una "marcha lenta" de más de 400 autobuses que transportaban a los sindicalistas procedentes de la zona sur de Lisboa, conocida popularmente como el "cinturón rojo" de la capital debido a la fuerte presencia de socialistas y comunistas.
Los autocares recorrieron durante más de una hora los poco más de dos kilómetros que separan una punta y otra del puente, y fueron recibidos con vítores por los manifestantes ya congregados en la ciudad.
Una vez allí, las consignas más repetidas fueron dirigidas al Gobierno conservador y la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), a los que afearon mantener la austeridad a pesar de que el país acumula tres años de recesión y que el desempleo se ha disparado hasta niveles récord (16%).
"Mentirosos", "Fuera", "El pueblo está cabreado" eran algunas de las consignas que gritaban los manifestantes que se concentraron en el barrio de Alcantara en Lisboa. "Urge cambiar de política" o "Ante las injusticias, la revolución es una obligación", se podía leer en las pancartas a la cabeza de los desfiles desplegadas por jubilados enfadados.
En la ciudad de Oporto, según fuentes de la CGTP -con más de medio millón de afiliados, según sus propios datos- se reunieron en torno a 50.000 personas, convirtiéndose así en una de las más multitudinarias de los últimos años.
Imagen de la manifestación en Lisboa. |
"Este presupuesto incorpora un nuevo paquete de medidas de empobrecimiento y explotación", dijo el secretario general del sindicato convocante, Arménio Carlos, que anunció que la protesta va a continuar con una concentración para el próximo 1 de noviembre frente al Parlamento, mientras se discute el controvertido presupuesto.
El Constitucional ya ha anulado durante los últimos meses varias de las medidas de austeridad aprobadas por el Gobierno, cuyos dirigentes han acusado al Tribunal de tener intereses partidarios y de cuestionar su credibilidad externa.
Decenas de miles de portugueses volvieron, ayer sábado, a la calle en diferentes puntos del país para mostrar su negativa frontal a los ajustes aplicados a instancias de la troika y a los cortes del gasto público que prepara el Gobierno para 2014.
Entre las medidas más criticadas se encuentra la disminución de los salarios de los funcionarios de entre el 2,5% y el 12% y la reducción de casi el 10% de las jubilaciones de los antiguos funcionarios.
"Tengo que trabajar en siete lugares diferentes para llegar a fin de mes", confesó una mujer de la limpieza que se había desplazado desde Aveiro, acompañada por su hija, estudiante, y su marido, carpintero sin empleo. "Hemos tendido que reducir todos nuestros gastos incluidos en medicinas", dijo la mujer de 51 años.
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