La ley, aprobada el pasado lunes con los votos del partido en el gobierno, Fidesz (Unión Cívica Húngara), establece como norma que estará prohibido vivir en zonas declaradas patrimonio mundial y que cada Gobierno local podrá determinar el resto de calles y plazas que estarán vetadas para que residan las personas sin hogar, según informa el portal origo.hu.
Mientras las asociaciones de derechos humanos como Human Rights Watch y ONG locales ven en esta nueva ley la criminalización de las personas sin hogar, el Ejecutivo de Viktor Orbán, criticado en toda Europa por socavar el Estado de derecho en Hungría, ve una forma de "asegurar el orden en los espacios públicos y un incremento en la seguridad", según una nota difundida por el Gobierno.
Unas 30.000 personas se verán afectadas por la nueva ley en todo el país.
"El Gobierno está institucionalizando la criminalización de los sin techo y promoviendo su estigmatización. Esta reforma fomenta los prejuicios e impide el disfrute de los derechos fundamentales por parte de las personas sin hogar", había declarado la relatora especial de la ONU sobre la pobreza extrema, Magdalena Sepúlveda, el pasado mes de abril, cuando fue presentada la enmienda a la Constitución de Hungría que autoriza a las autoridades nacionales y municipales a prohibir dormir en espacios públicos.
Esta normativa pretende obligar a estas personas a trasladarse a cualquier centro de acogida del país, pese a que no hay plazas para todos.
Esta legislación significa un "grave problema" desde el punto de vista de los derechos humanos, asegura HRW, mientras que según la ONG local Unión para las Libertades Fundamentales (TASZ), viola la idea del trato igualitario de las personas. Stefánia Kapronczay, directora de programas de la TASZ, explica que la legislación es anticonstitucional, la define como "sin lógica ni sentido" y resalta la falta de programas sociales de vivienda y trabajo.
El gobierno ha argumentado que la medida no pretende criminalizar la pobreza, sino estimular a las ciudades para que creen las instalaciones adecuadas que alberguen a los "sin techo", afirmó Máté Kocsis, el responsable gubernamental encargado de este asunto.
La ley quiere ser un instrumento para que la gente no viva en la calle, pero estas posibles multas no funcionarán como un freno, según explicó a Efe el director de la Fundación por los Sin Techo de Hungría, Norbert Lörincz.
En noviembre de 2012, el Tribunal Constitucional tumbó una ley muy similar por considerar que criminalizar a los que viven en la calle es "incompatible con la protección de la dignidad humana". Pero eso no desanimó al primer ministro Orbán ni a su partido, el conservador Fidesz. Así, el pasado marzo utilizaron la mayoría de dos tercios de que disfrutan en el Parlamento para modificar la Carta Magna y poder tramitar esta nueva ley contra los 'sin techo', contra el criterio del Tribunal, a través de una enmienda muy criticada dentro y fuera de Hungría.
"Es una ley indignante. Desde 2010, cuando Fidesz ganó en las elecciones, la criminalización de los sin techo es más intensa y sistemática", critica Misetics. "Castigarlos no termina con la pobreza, la gente no elige vivir en la calle. No tienen alternativa. Además, los albergues están desbordados. Solo en Budapest faltarían entre 3.000 y 4.000 plazas", argumenta. Nada que ver con las cifras y la percepción del Gobierno, que asegura en una nota informativa que, en Budapest, en junio, solo se ocuparon 4.606 plazas en refugios, aunque haya disponibles 5.975, e insiste en que, en realidad, esta ley es "por el interés de los sin techo" y por su salud, "sobre todo en invierno".
Ante la situación, diversos grupos de derechos humanos alegan que existe una escasez crónica de viviendas a precios asequibles y albergues en Hungría. Por lo que cientos de personas sin hogar y activistas realizaron una protesta frente al Parlamento para protestar contra la normativa.
En los primeros meses de este año, más de 270 personas fueron arrestadas en Budapest por la aplicación de la ley municipal, que prohíbe dormir en los pasajes subterráneos de la ciudad, aunque casi todos los casos concluyeron con una "advertencia". "Hasta el momento no tenemos ninguna información de que algún sin techo haya sido multado (por la normativa nacional), pero la ley significa una tremenda amenaza", explica Attila Takács, también sin techo y activista de la ONG 'A Város Mindenkié' (La ciudad es de todos).
La Constitución hungara ya ha sufrido diversas modificaciones desde que el Fidesz llegó al poder, y obtuvo la mayoría absoluta, en abril de 2010, recibiendo críticas por sus giros hacia el autoritarismo.
Un mendigo pide dinero en las calles de Budapest. | Afp |
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