La detención de tres adolescentes marroquíes en Nador
por publicar en internet fotografías en las que dos de ellos se besan y
su posterior liberación gracias a la movilización en las redes sociales
ha sacudido a la sociedad marroquí, especialmente tras el aplazamiento de la vista que debía haberse realizado el pasado viernes.
La chica y el chico incriminados, de 14 y 15 años, así como el autor de las imágenes, fueron detenidos durante tres días en un centro de menores de Nador.
Su detención incendió rápidamente las redes sociales, y las autoridades judiciales de Nador liberaron el lunes a los tres adolescentes, aunque mantuvieron las diligencias.
El juicio por "ofensa al pudor" comenzó el último viernes por la mañana, pero fue rápidamente aplazado hasta el próximo 22 de noviembre. El juez decidió posponer el proceso "para permitir al tribunal efectuar una encuesta sociológica sobre la situación de los adolescentes", dijo Fatahi.
Su detención incendió rápidamente las redes sociales, y las autoridades judiciales de Nador liberaron el lunes a los tres adolescentes, aunque mantuvieron las diligencias.
El juicio por "ofensa al pudor" comenzó el último viernes por la mañana, pero fue rápidamente aplazado hasta el próximo 22 de noviembre. El juez decidió posponer el proceso "para permitir al tribunal efectuar una encuesta sociológica sobre la situación de los adolescentes", dijo Fatahi.
Una imagen de la campaña en defensa de los adolescentes |
Como signo de protesta por las detenciones, se crearon varias páginas en Facebook para llamar a los jóvenes a organizar 'besadas' en Mohammedia o Casablanca e incluso delante del Parlamento en Rabat, la capital del país.
Una iniciativa similar se lanzó ayer domingo ante la embajada de Marruecos en París.
Sin embargo hay quienes consideran el beso como algo pecaminoso. Por eso en Rabat una turba de jóvenes impidió, el pasado sábado, mediante acciones de violencia la celebración del "beso colectivo" en la capital de Marruecos, y terminó persiguiendo a sus promotores por las calles de la ciudad acusándolos de "corrompidos" y "malos musulmanes".
La convocatoria de este sábado se había realizado a través de las redes sociales frente el Parlamento marroquí. A la hora prevista, cuando la primera pareja se besó ante los numerosos periodistas, un grupo de jóvenes exaltados irrumpió arrojando sillas y vasos de un café cercano y amenazando a los promotores del acto.
Vuelan mesas y sillas. Un veinteañero arremete contra los allí reunidos. "¡Esto es un escándalo!", grita indignado. Pronto se ve secundado por hasta una decena de individuos. "Somos un país musulmán, poblado por familias que descienden del mismo Profeta, y esto es una auténtica vergüenza", declara un desconocido de unos cincuenta y tantos en improvisada rueda de prensa, según recoge el periódico El Mundo.
La convocatoria se había realizado a través de las redes
sociales frente el Parlamento marroquí. A la hora prevista, cuando la
primera pareja se besó ante los numerosos periodistas, un grupo de
jóvenes exaltados irrumpió arrojando sillas y vasos de un café cercano y
amenazando a los promotores. Comenzó entonces una carrera por las
calles de Rabat en la que los iniciadores del beso colectivo gritaban
"libertad-libertad" y "viva el amor", y los otros los perseguían a
gritos de "somos musulmanes", "fuera de aquí, satánicos" y "abajo la
inmoralidad".
Entre los perseguidores había jóvenes notorios por reventar
todas las manifestaciones que huelan a contestatarias en Rabat -ya sea
de saharauis, de izquierdistas o de laicos-, apoyados por agentes de
policía de paisano que grababan lo sucedido con cámaras de bolsillo.
Muchos ciudadanos observaron curiosos lo ocurrido sin mezclarse, pero
recriminando la iniciativa del beso público con argumentos como que
Marruecos no es un país europeo, sino musulmán y hay cosas que "no se
hacen".
La persecución terminó en una plaza de la capital, donde Betty Lachgar,
iniciadora del Movimiento Alternativo de Libertades Individuales (MALI) y
promotora del beso colectivo, dijo que lo sucedido. el pasado sábado,
demuestra que en Marruecos hay dos corrientes y que la suya, la
progresista, no piensa rendirse ante el oscurantismo. El MALI, un
movimiento minoritario de jóvenes ultra-laicos, elige siempre
iniciativas consideradas provocadoras en una sociedad tan tradicional
como la marroquí, como romper el ayuno de ramadán en público o dar
publicidad al derecho al aborto, según recoge la agencia EFE.
El código penal castiga con entre dos y cinco años de
prisión "toda ofensa al pudor consumada o en grado de tentativa sin
violencia sobre la persona de un menor de 18 años".Imagen del beso colectivo frente a la embajada de Marruecos en París. |
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