Según un reportaje publicado ayer por la BBC Mundo, el mayor problema en la actualidad de los políticos chinos no proviene de un Bárcenas, ni un Snowden, ni un político atacado por una crisis repentina de ética. El mayor riesgo para desenmascarar sus trapos sucios provienen de las amantes despechadas. Algunas de ellas han colocado a varios altos dirigentes políticos en situaciones muy comprometidas e incluso han provocado que tengan que enfrentarse a los tribunales de justicia del país, e incluso hayan terminado en alguna perdida cárcel china.
Lujuria, poder y corrupción son de por sí una mezcla
explosiva. Pero lo es mucho más cuando a la muy publicitada ofensiva
contra la corrupción del presidente chino, Xi Jinping, se suma una
fuente de filtraciones tan improbable como una amante despechada.
Shenzhen, una ciudad de diez millones de habitantes, es famosa por haberse transformado en menos de 20 años de una zona agrícola a un centro industrial. Pero también por sus mujeres hermosas.
En esta ciudad ubicada al sur de la provincia de Cantón, existe un barrio llamado el "distrito de las mariposas de primavera", uno de los centros urbanos donde mejor se puede ver la razón del porqué Shenzhen es así de famosa. Es un conjunto de casas mucho más arregladas y visiblemente más costosas que las de otros barrios, en cuyos garajes se estacionan autos importados de lujo y cuyas habitantes son mujeres de entre 19 y 26 años, delgadas, de piel blanca, de ojos grandes y de modales suaves. El prototipo chino de belleza.
¿Cómo consiguieron tal prosperidad estas jóvenes que no tienen trabajos formales? Nadie se esfuerza en ocultarlo: son amantes de millonarios que tienen operaciones empresariales en Shenzhen, que las visitan regularmente y que las mantienen con casas, autos, vestidos y una amplia cuenta bancaria.
Estos millonarios tienen sus propias familias en sus ciudades. Pero en Shenzhen, donde se encuentran con otros millonarios, tener una amante joven, con un estilo de vida elevado, se ha vuelto un sinónimo de estatus. Es una evolución del concepto de concubinas imperiales, y es común que los hombres chinos, sin importar el tamaño de su fortuna, tengan una amante. La práctica se extiende desde pequeños empresarios hasta los más altos funcionarios.
"Esto es un ejemplo elevado de prostitución", dice Zhang Lijia, escritora y periodista china que se encuentra preparando un libro sobre estas mujeres de Shenzhen.Normalmente ellas aceptan su posición, pues obtienen grandes beneficios. Sin embargo, en estos últimos días una de ellas lanzó una protesta al alegar que no sabía que su novio tenía una familia en Pekín. Y lo más grave: es un funcionario del Partido Comunista.
En las últimas semanas, los chinos se han
enfurecido con unas revelaciones muy poco habituales del extravagante
estilo de vida de algunos miembros de la cúpula del Partido Comunista.Shenzhen, una ciudad de diez millones de habitantes, es famosa por haberse transformado en menos de 20 años de una zona agrícola a un centro industrial. Pero también por sus mujeres hermosas.
En esta ciudad ubicada al sur de la provincia de Cantón, existe un barrio llamado el "distrito de las mariposas de primavera", uno de los centros urbanos donde mejor se puede ver la razón del porqué Shenzhen es así de famosa. Es un conjunto de casas mucho más arregladas y visiblemente más costosas que las de otros barrios, en cuyos garajes se estacionan autos importados de lujo y cuyas habitantes son mujeres de entre 19 y 26 años, delgadas, de piel blanca, de ojos grandes y de modales suaves. El prototipo chino de belleza.
¿Cómo consiguieron tal prosperidad estas jóvenes que no tienen trabajos formales? Nadie se esfuerza en ocultarlo: son amantes de millonarios que tienen operaciones empresariales en Shenzhen, que las visitan regularmente y que las mantienen con casas, autos, vestidos y una amplia cuenta bancaria.
Estos millonarios tienen sus propias familias en sus ciudades. Pero en Shenzhen, donde se encuentran con otros millonarios, tener una amante joven, con un estilo de vida elevado, se ha vuelto un sinónimo de estatus. Es una evolución del concepto de concubinas imperiales, y es común que los hombres chinos, sin importar el tamaño de su fortuna, tengan una amante. La práctica se extiende desde pequeños empresarios hasta los más altos funcionarios.
"Esto es un ejemplo elevado de prostitución", dice Zhang Lijia, escritora y periodista china que se encuentra preparando un libro sobre estas mujeres de Shenzhen.Normalmente ellas aceptan su posición, pues obtienen grandes beneficios. Sin embargo, en estos últimos días una de ellas lanzó una protesta al alegar que no sabía que su novio tenía una familia en Pekín. Y lo más grave: es un funcionario del Partido Comunista.
Ji subió a internet videos y fotos de ambos mientras iban de compras, chapoteaban en una piscina privada o se divertían en la fiesta en la que el funcionario le pidió que se casara con ella.
Según asegura Ji, decidió desenmascarar al que creía su pareja cuando descubrió que estaba casado y tenía un hijo adolescente.
"No tenía ni idea de que fuera tan mentiroso", le dijo Ji al Global Times de China. "Siempre decía que se quería casar conmigo y de verdad pensé que algún día estaríamos comprometidos y hasta sería mi marido".
Pero lo que de verdad dejó en shock al público fueron las enormes cantidades de dinero de las que habló. Según la mujer, su amante cada día le daba más de US$1.000 en metálico, un auto de lujo y le prometió un apartamento.
Ji le dijo a Global Times que denunció a Fan a las autoridades creyendo que estaba implicado en algún caso de corrupción, pero, asegura, nunca recibió respuesta a sus acusaciones.
No en vano, su lujoso ritmo de vida planteaba una cuestión obvia: ¿cómo se lo podía permitir con un modesto salario de funcionario?
Según la agencia estatal de noticias Xinhua, Fan fue despedido en junio y ahora está siendo investigado por corrupción. La BBC no consiguió entrar en contacto con Fan para obtener su punto de vista.
Uno de los principales lugares en que se han hecho públicas estas revelaciones es el blog de Zhu Ruifeng, que, dedicado a denunciar la corrupción, ganó visibilidad el año pasado cuando publicó un video sexual protagonizado por un funcionario que acabó en la cárcel.
"En China nada está claro. La gente no sabe qué hacen los políticos, pero sus amantes conviven con ellos, gastan su dinero y lo saben todo", dice Zhu Ruifeng. A pesar del secretismo de las actividades de los políticos chinos, "Cuando una amante emerge, sale a la luz la verdad" comenta Zhu para la BBC.
Con el poder creciente de internet, detalles que en otro tiempo hubieran permanecido ocultos, están ahora a la vista del público.
Escándalos sexuales, por supuesto, ocurren en cualquier país, pero la diferencia en China, comenta Zhu, está en que los miembros del gobierno usan dinero público para pagarse la vida sexual.
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Las amantes se han convertido en el último símbolo de la corrupción en China. De acuerdo con un informe oficial, en 2007, el 90% de los funcionarios que habían caído por corrupción tenían una amante, y en muchos casos más de una.
El antiguo ministro de Ferrocarriles, Liu Zhijun, fue encarcelado por corrupción a principios de año. Se dijo que tenía 18 amantes.
Una de esas amantes accedió a hablarle a la BBC con la condición de no ser identificada. De 26 años, largo pelo negro y ropa de diseñadores famosos, parecía más bien recién salida de una pasarela.
"Empresarios y políticos trabajan juntos muy de cerca. Una vez un político le pidió a mi novio un favor: no quería dinero, quería que le consiguiera una amante", rememora mientras asegura haber sido testigo de diferentes actos de corrupción.
Lo de las amantes no es algo nuevo en China. Los emperadores eran reconocidos por tener concubinas.
Una de las más importantes sexólogas de China, Li Yinghe, considera que muchos de los hombres de su país viven en los tiempos imperiales.
"Creo que muchos hombres tienen el ‘complejo del emperador’", dice. "Ser un emperador implica tener muchas mujeres. Eso es algo de lo que estar orgulloso. Estas mujeres son trofeos que dan muestra de lo exitosos que son", agrega para la BBC.
Poca duda cabe entonces de que el gobernante Partido Comunista esté intentando evitar que estos asuntos de alcoba se conviertan en algo público.
En mayo, el Diario del Pueblo, el brazo mediático del partido, publicó un editorial en que afirmaba que el país no puede permitirse que sean las amantes las que revelen al público los actos de corrupción.
"Algunas piden directamente sobornos o buscan enormes beneficios ilegales", afirmó. "Poner las esperanzas contra la corrupción en ellas es poner al diablo a defendernos del diablo".
En las últimas semanas, las autoridades han aprobado medidas más duras para controlar internet donde muchas de las denuncias se han hecho públicas. Está claro que el partido quiere correr un tupido velo sobre sus secretos más íntimos.
¿Por qué estas mujeres terminaron por convertirse en especies de jueces de la política china? Nancy, quien fuera amante de una alta personalidad detenida posteriormente por lavado de dinero, da su respuesta: "Estos hombres son muy poderosos, su único punto débil es su amor por nosotras. Por eso podemos lastimarlos mucho. Y cuando advertimos que hemos sido usadas, adquirimos aún más fuerza, y no le tenemos miedo a nada".
Ji Yingnan, amante de un funcionario público, colgó fotos en internet de sus encuentros amorosos. |
Fuente: BBC Mundo
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