Simpatizantes de la campaña en Twitter -que usa un hashtag en árabe que se traduciría como #nuestro_salario_no_alcanza- han estado muy activos durante los últimos dos meses.
En apenas dos semanas, tras su lanzamiento en julio, aparecieron más de 17 millones de tuits con el hashtag, lo que lo llevó a convertirse en número 16 en la lista de más populares en cualquier idioma.
Sin embargo, la campaña también ha provocado críticas de parte de algunos sauditas que la consideran equivocada y de quienes creen que los problemas del país no deben ser ventilados de esta forma en público.
La campaña, que busca persuadir al rey Abdalá de que emita un decreto de incremento de salarios, ha resaltado el problema de la pobreza en Arabia Saudita y la concentración de riqueza y petróleo en las manos de pocos.
Con una población que creció de siete millones en la década de los años 70 a casi 30 millones en 2012, hay cada vez más ciudadanos jóvenes y educados con grandes expectativas.
La riqueza del reino no llega a las manos de muchos. |
Y algunos resienten la promesa del gobierno de otorgarle ayuda financiera a Egipto tras el derrocamiento del presidente Mohamed Morsi en julio.
Un dibujo que circuló en Twitter subrayó este punto. Muestra una pareja saudita con un bebé que vive en la más abyecta miseria en una casa rodante, con una leyenda al pie que lee "Arabia Saudita le da a Egipto US$5.000 millones. ¿No lo merece más (esta familia)?".
Muchos sauditas han aprovechado la campaña para expresar sus frustraciones ante lo que ven como excesos de algunos miembros de la familia real. Uno de los casos que provocó indignación fue el de un príncipe no identificado que donó US$500.000 a una organización no gubernamental a cambio de pasar 15 minutos con la actriz estadounidense Kristen Stewart. "Mi nación está ahogada en deudas, los príncipes están en Suiza y nosotros estamos pagando la cuenta? Es culpa de quienes les permiten jugar con nuestro dinero y nuestro petróleo", dice uno de los tuits.
Los activistas también se quejan de la falta de vivienda accesible, un problema que fue incluido en un informe del Fondo Monetario Internacional el pasado mes de julio, que también hablaba del reto de proveer empleo estable para el creciente número de jóvenes sauditas que esperan incorporarse al mercado de trabajo durante la próxima década.
Pero la discusión pública de estas quejas de naturaleza social es vista con recelo por una sociedad que prefiere mantener sus fallas alejadas de los reflectores, al punto de que algunos creen que los activistas están afectando negativamente la imagen del país.
El secretario general del Gabinete, Abdul Rahman al-Sadhan, condenó la campaña por Twitter calificándola de "frente para la sedición (...), liderado por gente molesta porque el reino goza de paz y estabilidad en medio de las luchas que enfrentan algunos países".
Entretanto, el comentarista Abdul Rahman Al Farhan escribió en el periódico saudita al-Bilad que las exigencias de los usuarios de Twitter por un mejor salario pasan por alto las razones de fondo por las que muchos sauditas no pueden pagar sus gastos. El columnista señala que si todos tuvieran los servicios de salud y subsidios de vivienda adecuados "los llamados a aumentos salariales se disolverían en un vasto mar de satisfacción y contento".
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