Francia, La juventud muestra su repulsa contra la política xenófoba de Manuel Valls

Ayer, por segundo día consecutivo varias ciudades de Francia se movilizaron en protesta por la expulsión del país de una Leonarda, la niña gitana kosovar que fue detenida, mientras participaba de una excursión escolar, y posteriormente deportada junto a su madre y hermanos el pasado día 9 de octubre.
Las iras de estudiantes y padres de alumnos se centran en el ministro del Interior francés, Manuel Valls, quien en las últimas semanas ha endurecido su discurso en relación a la inmigración.
Varios institutos de París han visto sus accesos bloqueados por centenas de estudiantes durante la mañana del jueves y de ayer viernes según medios locales citados por Efe. Además se han producido manifestaciones por las calles de la capital para pedir a las autoridades francesas que detengan las expulsiones de alumnos extranjeros en situación irregular en el país.
"Si Leonarda no va a clase, nosotros tampoco", decía uno de los carteles que portaron los estudiantes en París durante una sentada que incluyó bloqueos de accesos a las escuelas y bulliciosas manifestaciones en la capital y otras ciudades.
Muchos analistas achacan este radical cambio de rumbo del titular de Interior galo al auge de la ultraderecha de Marine LePen. En el seno del Ejecutivo francés se han avivado las tensiones en relación a la integración de los gitanos rumanos y búlgaros en Francia.
El propio Valls tuvo que asumir su torpeza ante el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, después de decir que los 'rom', que es como se conoce a los gitanos en el país galo, deben irse de Francia e integrarse en sus países. El presidente francés, François Hollande, salió a pedir, públicamente, orden a sus ministros sobre esta cuestión. Valls ha tenido que suspender su viaje a las Antillas por causa de la repercusión que, este tema, está adquiriendo en Francia.
La crisis provocada por la expulsión de Leonarda Dibrani, de 15 años de edad, está generando, además de la indignación de la calle, el más que posible cambio en la normativa en cuanto a la deportación de jóvenes indocumentados en Francia, informa la agencia France Press.
"No toques a mi colega", este lema, acuñado por la organización SOS Racismo, se hizo popular como eslogan contra la xenofobia en los años ochenta. Treinta años después, miles de estudiantes están saliendo a las calles de París para gritar de nuevo (y esta vez a un Gobierno socialista): no toques a mi compañero de clase aunque sea de origen extranjero.

Dibrani cursaba tercero en el colegio André Malraux de Pontarlier y se dirigía con sus compañeros de clase y sus profesores el pasado 9 de octubre a visitar la ciudad de Sochaux, cerca de la frontera suiza, cuando fue detenida para, posteriormente, ser deportada a Kosovo. El diario digital Rue89.fr explica que este caso ha llamado la atención de otros miles de familias expulsadas con niños porque al caso se unió la humillación de ser detenida en público y no en su hogar. En lo que va de año, más de 18.000 personas han sido expulsadas de Francia. Por su parte, además de los padres de los alumnos que apoyan las protestas en diferentes ciudades francesas, la primera dama francesa, Valérie Trierweiler, ha salido este viernes en defensa de la niña 'rom', alegando que hay ciertas fronteras que no se deben cruzar. "La escuela es un lugar de integración, no de exclusión", indicó a la prensa desde Angers, en el oeste de Francia, asegurando que "la puerta de la escuela" es una de esas "fronteras" que deberían ser respetadas.

Francia se levanta contra Manuel Valls tras la expulsión de la alumna gitana a Kosovo. Afp

Trierweiler no quiso pronunciarse hoy sobre el fondo del caso, ni expresarse sobre el hipotético regreso a Francia de Leonarda, y su familia, pero sí dejó claro que la joven "no es responsable de lo que haya podido hacer su padre", el cual fue detenido, y deportado el día anterior a la deportación de Leonarda, tras cometer diversos delitos. El padre, de origen kosovar, ha contribuido a la polémica al afirmar en la prensa que tanto su mujer como cinco de sus seis hijos, incluida Leonarda, nacieron en verdad en Italia, pero decidieron mentir sobre sus orígenes ante las autoridades de inmigración para tener más posibilidades de obtener el asilo. Además del regreso de Leonarda, los estudiantes exigen el retorno a Francia de Khatchik Kachatryan, un joven armenio, de 19 años, escolarizado en París y deportado el sábado pasado. "Regreso de Khatchik y Leonarda; su lugar está aquí", gritaron ayer los estudiantes durante la ruidosa marcha.
Los resultados de la investigación sobre la detención de la alumna está previsto que sean entregados al Gobierno esta noche, y el Ejecutivo se pronunciará al respecto este fin de semana, bien a través del primer ministro, Jean-Marc Ayrault, o del ministro del Interior, Manuel Valls. La joven vivía en Francia con su familia desde hacía cerca de cinco años y le faltaban dos meses para regularizar su situación. Tanto ella como sus hermanos hablaban francés perfectamente y estaban escolarizados, requisitos que deben cumplir los inmigrantes para residir legalmente en Francia. Por otra parte, el pasado jueves, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó a Francia por el desmantelamiento, en el año 2004, de un campamento de gitanos sin que las autoridades francesas les ofrecieran alternativas de alojamiento suficientes. Las 26 personas que fueron sacadas de sus precarias viviendas en Herblay (Val d'Oise) recibieron también una orden de expulsión, que no fue llevada a la práctica finalmente. Aún así, el tribunal les ha amparado porque esa orden no fue "argumentada" y porque se quedaron en una "situación de gran precariedad".

Imagen de la manifestación en París el pasado jueves. YOAN VALAT (EFE).

Estudiantes durante la protesta en París. THOMAS SAMSON (AFP)