A pocas horas de las elecciones del domingo, nuevos incidentes violentos, con dos jóvenes heridos de bala y el ataque con una bomba casera a la quinta de un candidato en la ciudad bonaerense de Rojas, volvieron a enturbiar el final de la campaña, comentaba ayer en su página web el periódico argentino Clarín.
En dicha localidad, el miércoles por la noche desconocidos intentaron incendiar una pequeña casa, en las afueras de la localidad, que pertenece a Claudio Rossi, dirigente radical y primer candidato a concejal por el Frente Progresista Cívico y Social en esa ciudad de 30 mil habitantes ubicada entre Pergamino y Junín, arrojando diversas bombas caseras.
En Pilar, ciudad que forma parte del Gran Buenos Aires, fue el intendente massista Humberto Zúccaro quien denunció que el jueves, desde una camioneta que pertenece al equipo de campaña del kirchnerismo, se disparó contra jóvenes del Frente Renovador que pegaban afiches sobre la calle Antártida Argentina. En un comunicado oficial la municipalidad afirmó que el joven Pablo Sain fue herido en una pierna y debió ser operado en un hospital de la localidad, donde se encuentra estable y fuera de peligro.
En Campana, también el Frente Renovador denunció que Cristian Nicolini, de 34 años, recibió un balazo en el brazo tras haber colocado un afiche de Massa en una cartelera de la colectora norte, cerca del hipermercado Carrefour.
Un último incidente se produjo en la localidad del Gran Buenos Aires Sur, Florencio Varela, donde se produjo un enfrentamiento entre militantes massistas y kirchneristas durante la mañana del viernes.
Durante los mismos fue detenido, por posesión de arma de fuego, tenía una pistola Magnum, el seguidor del Frente para la Victoria Mario Gustavo Orellano.
Estos comicios legislativos resultarán clave para determinar si la presidenta de Argentina, la peronista Cristina Fernández de Kirchner, conseguirá mantener el dominio de ambas cámaras del Congreso durante los últimos dos años de su gobierno.
Algunos analistas descartan que la presidenta pueda acceder a un nuevo mandato y explican que en estos comicios se empieza a poner en juego la sucesión de Cristina Fernández de Kirchner.
Manifestación contra Cristina Kirchner |
Los peronistas, como explican algunos politólogos, buscarán el recambio en otras corrientes internas de su partido.
El Frente para la Victoria, partido peronista, y que es el partido de la presidenta, obtuvo en las primarias celebradas en agosto un 27% de los votos, una cifra que según los expertos, podría ser heredada por algún discípulo del kirchnerismo en las presidenciales de 2015. El Frente obtuvo ese resultado tejiendo sus propias alianzas, mientras la oposición aparece dividida en pequeños grupos, que giran en torno de la Unión Cívica Radical, el mayor partido de oposición al peronismo. Ésta participa de las elecciones aliada en algunos distritos importantes con el Frente Amplio Progresista (FAP) y con la centrista Coalición Cívica (CC), mientras en otros se presenta en solitario.
Algo que parece, en estos momentos, alejado de la realidad es que Cristina Kirchner busque la reelección en 2015, la Constitución prohíbe esa posibilidad y para reformarla se requieren dos tercios de los diputados (172) y senadores (48), dado que las cifras necesarias para la reforma constitucional parecen estar muy lejos de obtenerse en las elecciones de este domingo, donde el objetivo de la Presidenta debe ser mantener la mayoría para lo que le resta de mandato.
Las encuestas prevén que se mantendrá la distribución de los sufragios en proporciones análogas a las de las primarias de agosto, en las que el oficialismo sufrió un revés al ser derrotado en las principales ciudades. El partido gobernante obtuvo entonces un 27% del pastel electoral, la mitad del porcentaje que sumó en los sufragios de 2011 cuando Cristina Fernández ganó la reelección presidencial.
La campaña se cerró el pasado viernes con la entrada en vigor de la veda electoral, aunque no ha estado vigente en las redes sociales, por la que se prohíbe realizar actos proselitistas, como la publicación y la difusión de encuestas por los medios de comunicación y la venta de bebidas alcohólicas.
El principal enfrentamiento tiene lugar en la provincia de Buenos Aires, ya que ese distrito concentra el 37% de los votantes de todo el país.
Allí se miden el oficialista Martín Insaurralde, del Frente para la Victoria (FpV), y el que fuera jefe de Gabinete de Cristina Fernández -de la que ahora es crítico- Sergio Massa, por el opositor Frente Renovador (FR).
Las últimas encuestas, publicadas el pasado fin de semana, señalaban que Massa, intendente de la turística ciudad de Tigre, obtendría entre el 31,4% y el 34,9% de los votos.
En segundo puesto quedaría Martín Insaurralde, alcalde de la localidad bonaerense de Lomas de Zamora, que obtendría entre 28,3% y 31,7% de los sufragios, entre 2,2 y 5,5 puntos porcentuales por debajo de Massa.La prevista derrota del kirchnerismo en los cinco principales distritos (la provincia y la ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza) ha llevado a que los opositores hablen ya de un nuevo ciclo: el post kirchnerismo.
Manifestación en apoyo de Cristina Fernández. / David Fernández (EFE) |
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