Este mandato, 2013-2017, que acaba de jurar ante la Asamblea Nacional será, en principio, su último mandato, dado que ha anunciado que no se presentará a las próximas elecciones generales.
El economista de 50 años obtuvo la reelección en primera vuelta en los comicios de febrero con un 57,7 por ciento del voto de los ecuatorianos, respaldo ganado por una elevada inversión pública y millonarios programas de ayuda social a los más pobres.
En los últimos seis años, la economía ha crecido en un promedio del 4,3% y la inversión pública se multiplicó por seis sobrepasando los 11.000 millones de dólares en el 2012.
Mientras que la pobreza -medida por las familias que no pueden cubrir el costo de la canasta básica con sus ingresos cayó en más de 10 puntos porcentuales a 27,3 por ciento, en los seis años de gobierno de Correa, y la pobreza extrema -indigencia- bajó desdel el 16,9% al 11,2%.
Para los próximos cuatro años, Correa ha prometido mantener el gasto social, que ha sostenido el crecimiento de la economía en sus dos mandatos, y extender el control del Estado a otros sectores polémicos como el agua, las tierras y la comunicación, así como desarrollar la matriz productiva del país, en un intento por diversificar la economía y depender menos del petróleo para su desarrollo.
Según un ranking elaborado por Consulta Mitofsky, el Presidente de Ecuador tiene un índice de aprobación, a febrero de 2013, del 90%, situándose en la cabeza del mismo, entre todos los mandatarios de América Latina.
Rafael Correa ya se ganó hoy, nuevamente, el corazón de sus ciudadanos, cuando una niña con discapacidad fue la responsable de portar la banda presidencial, por la parte principal de la Asamblea, hasta entregarla a la presidenta de la misma, Gabriela Rivadeneira.
Al acto asistieron los presidentes de Chile, Costa Rica, Colombia, Venezuela, Haití, República Dominicana, Bolivia y Honduras, así como el ex presidente paraguayo Fernando Lugo y Rigoberta Menchu, líder indígena guatemalteca y Premio Nobel de la Paz en 1992, y el Príncipe Felipe de Borbón, entre otras personalidades.
Para la BBC, "el presidente de Ecuador, Rafael Correa, podría parecer a primera vista el mejor situado para asumir el liderazgo del proyecto "bolivariano" del fallecido Hugo Chávez".
Respecto a la posibilidad de llegar a asumir ese liderazgo, el investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Santiago Basabe, declaraba a la BBC Mundo, "Para tener un liderazgo internacional se requieren esas dos cuestiones básicas de las que ya hablaba Maquiavelo hace varios siglos, que son virtud y fortuna". Para añadir, "La virtud la tiene el presidente Correa. Pero la fortuna, en términos de recursos económicos, no es una de las fortalezas del Ecuador", pero "Faltando eso, la posibilidad de configurarse como un líder a nivel regional es difícilmente sostenible. Así que no creo que ocupar el espacio que tenía Chávez sea parte del cálculo político del presidente Correa", aseguró.
En ese mismo sentido se situaba Eduardo Pastrana, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana de Bogotá, quien comentaba, "Yo no veo que Correa aspire a ser el sucesor de Chávez. Yo veo en Correa más un programa nacionalista y muy realista", para añadir que Correa encabeza una política económica que definiría como "una especie de keynesianismo latinoamericano, pero eso de socialismo no tiene nada".
Correa, nacido hace 50 años en la ciudad costera de Guayaquil, es un izquierdista cristiano que desde pequeño se ha empeñado en defender causas justas, según aseguran quienes le han conocido más de cerca, como compañeros de clase y su madre, Norma Delgado.
Para el periódico español La Vanguardia, "Al Correa político, el presidente con el mandato ininterrumpido más largo de Ecuador, sus seguidores y amigos le consideran una persona inteligente, coherente y con capacidad de liderazgo, mientras que sus detractores le califican de arrogante o totalitario y destacan de él sus reacciones airadas y su fuerte temperamento.
La oposición le critica por acumular poder al colocar a personas afines en puestos clave de la Administración. En lo económico, le reprochan haber supuestamente comprometido las finanzas públicas en préstamos con países como China, al que el mandatario se acercó tras una suspensión de pagos parcial en 2008, así la dependencia excesiva del petróleo, que sirve para financiar en gran medida el gasto público".
La nueva Constitución ecuatoriana sólo permite una reelección y Correa ha dicho que cumplirá con ese precepto. "Estos son mis últimos cuatro años", afirmó el mandatario el pasado 20 de febrero en un encuentro con la prensa extranjera y el miércoles lo ratificó en una entrevista televisiva.
El mandatario ecuatoriano ha señalado que "no cree" en el matrimonio entre personas del mismo sexo aunque se ha mostrado abierto a realizar un referéndum para que los ciudadanos se pronuncien al respecto.
"Yo tengo en el gabinete -la ministra de Salud es declaradamente lesbiana- a personas de los grupos GLTBI (gays, lesbianas, transexuales, bisexuales e intersexuales). Se ha rescatado mucho el respeto a estos grupos, pero no creo en el matrimonio gay", dijo en una entrevista con el canal privado RTS, y en ese sentido afirmó, "la familia es el fundamento de la sociedad".
En el discurso de inaguración de su tercer mandato, hubo tiempo para la distensión, momento que aprovechó Correa para decirle a los asistentes, "El papa es argentino, probablemente Dios es brasileño, pero el paraíso es ecuatoriano", queriendo resaltar los lugares ecológicos y la diversidad de su país.
Fotografía de la niña con la banda presidencial durante la ceremonia de jura del cargo de Rafael Correa. El Comercio |
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