Un celular robado, fue el beneficio que obtuvieron quienes acabaron con la vida de un joven, Elias Martins Morais Neto, de 19 años que recibió un disparo en la nuca tras entregar su telefóno. ¿Es ese el precio de una vida en Brasil?.
Con el del domingo, en lo que llevamos de año son cuatro los muertos, asesinados, simplemente por el celular que llevaban encima, y todos después de haber entregado el mismo y no haberse resistido al asalto.
Según la prensa brasileña otras 4 personas recibieron impactos de bala y 18 fueron heridas con objetos punzantes, pero para el alcalde de São Paulo, Fernando Haddad (PT) "todo transcurrió en perfecto orden".
Eso entre las 18:00 horas (horario local) del sábado 18 y las 06:00 del domingo.
Según el balance de la Policía Militar, se produjeron 17 detenciones, en flagrante, 12 menores de edad también fueron presos, diversas denuncias de robo y numerosos "arrastões", cuando grupos de ladrones, en este caso de entre 20 y 50 personas, actúan en conjunto contra una o diversas víctimas, y en consecuencia las carreras se sucedieron durante casi toda la noche. Unas veces para escapar de la acción de los delincuentes, otras asustados por las carreras de los policías atrás de los mismos.
Era tal el caos, que, en una noche en la que algunos comercios podían hacer el gran negocio, tuvieron que cerrar sus puertas para evitar daños y perjuicios.
Nadie estaba a salvo esa noche, ni siquiera el senador Eduardo Suplicy (PT), que fue blanco de la acción de los ladrones.
Los numerosos episodios de violencia durante las actuaciones y actos de la virada cultural provocó una crisis entre la Policía Militar y el Ayuntamiento (municipalidad) de São Paulo.
Participantes de los diferentes actos, víctimas de los ladrones, reclamaron del policiamiento, "Los policías militares estaban sentados en sus coches, o en las esquinas. No se encontraban situados para evitar robos. Cuando los procurabamos sólo nos orientaban a presentar una denuncia de la ocurrencia. Luego en la delegacía, había tanta gente, que nos sugerían que hiciecemos las mismas por internet", declaró Stefani Fernanda, de 21 años, mientras esperaba por información en una oficina de la policía.
Para otros, sin embargo, aunque existen problemas en la "Virada", "estos, al final, son intrínsecos a una combinación de mucha gente y alcohol, en una misma área, y aglomeradas durante muchas horas. Es un cóctel explosivo en cualquier lugar (principalmente durante la madrugada)", no puede criticarse un acto popular qua reune a lo largo de los diferentes eventos y horas cerca de 4 millones de personas, por unos incidentes aislados durante la madrugada.
Inclusive algunos, ven en los actos de violencia de la noche paulista una acción programada contra el Partido de los Trabajadores (PT), que gobierna en el municipio.
"Había también una conspiración-tequila preparada. La Policía Militar tucana (en referencia a la policía del ex gobernador de São Paulo (1/1/2007 - 31/3/2010) y miembro del PSDB, José Serra) habría actuado de forma pasiva para perjudicar la virada del alcalde petista (del PT). Un capítulo más de la guerrilla entre conservadores de twitter y bolcheviques de facebook o vice-versa", se puede leer en el periódico paulista la Folha de São Paulo.
Sin embargo para el canal brasileño TV Record, esta fue la celebración más violenta desde que en el año 2005 se iniciaron estos eventos públicos que toman, y divierten, la noche paulista.
"Me arracaron mi "boné", mis tenis, mi cartera, mi celular y encima me patearon cuando estaba caído. Me dieron una patada en el rostro" comentaba C. de 16 años para la Folha de São Paulo mientras aguardaba ser atendido en la delegacía de policía.
Llegaban, arrastraban a la gente, se juntaban y nos arrancaban todo, corrientes, relojes, collares, tenis, carteras, celulares, documentos, etc. Eran grupos de entre 40 y 50, entre ellos varios menores, comentaba Fabio Viana, de 24 años, para el mismo diario.
Una gran fiesta popular que, para algunos, terminó con un importante perjuicio personal por culpa de los fallos en la seguridad de los diferentes espectáculos.
Está claro que es difícil controlar a cerca de 4 millones de personas, pero para que la fiesta no termine siendo el blanco de delincuentes, es necesario dotarla de la máxima seguridad, y, especialmente, saber transmitir la misma a los participantes que sólo buscan unas horas de diversión en su ciudad, y no esperan terminar siendo los objetivos de unos cuantos grupos de malhechores.
La violencia en Brasil no deja de preocupar a las autoridades de cara a los próximos eventos internacionales que acogerá el país.
Imágen de la Virada de São Paulo. Fotografía capturada de la web del Jornal do Brasil. |
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