Translate

domingo, 1 de diciembre de 2013

Asia, China y Japón se pelean por viejas heridas e islas vacías

Islas en discordiaUn archipiélago de cinco islas deshabitadas y tres arrecifes en la mitad del Océano Pacífico se ha transformado en los últimos días en una de las zonas más "calientes" del planeta, con aviones militares sobrevolando su espacio aéreo, paseando su sombra sobre una tierra vacía que, de la noche a la mañana, parece ser la más valorada por superpotencias mundiales y por la que ambas partes han dicho que podría degenerar en violencia, sea intencional o no.
Una situación que está generando algunos problemas a las aerolíneas que transitan por la zona reivindicada por China.
En este punto, un alto oficial de la administración de Barack Obama dijo el viernes que el gobierno les pidió a los vuelos comerciales que cumplan el llamado de China a notificar sus planes al atravesar la zona declarada sobre el Mar de China Oriental, incluso si el gobierno estadounidense no la reconoce.
"Aconsejamos por razones de seguridad que cumplan con la notificación a los aviadores, algo que la Administración Federal de Aviación siempre hace", dijo.
El consejo refleja los temores de que la tensión entre las dos partes (China por un lado, y Japón y Estados Unidos por el otro) podrían tener consecuencias no intencionales involucrando no sólo tropas rivales, sino también civiles.
El seguimiento de cazas chinos a aviones estadounidenses y japoneses en la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) que Pekín ha declarado en el Mar de China Oriental elevó ayer sábado las tensiones en el área.
Los cazas de tipo Su-30 y Qian-11 fueron enviados a la ADIZ el viernes para seguir e identificar a los aviones que sobrevolaran el área, según declaró el portavoz de la Fuerza Aérea china Shen Jianke. 
Watch this video
Dos guerras chino-japonesas, que involucraron directamente a Corea, preceden al actual conflicto por las despobladas islas Senkaku/Diaoyu, que mantienen en tensión a la región asiática. 
Como suele ocurrir en los conflictos internacionales, esta historia tiene muchas noches y mañanas de desencuentros detrás y va más allá de una simple exhibición de fuerza en la región.
La primera lectura indicaría que el conflicto comenzó la semana pasada cuando China anunció que reconocía como zona de identificación de defensa aérea (ADIZ, en inglés) la región donde se ubican las islas disputadas con Japón Senkaku/Diaoyu (según qué país las nombre).
Las islas Senkaku (Diaoyu para los chinos) fueron anexadas por Japón, a su territorio, en enero de 1895, pero tras el fin de la Segunda Guerra Mundial las mismas pasaron al dominio estadounidense. Treinta años después EEUU y Japón firman un acuerdo y las islas pasan nuevamente a manos del Estado nipón, sin embargo China no reconoce dicho acuerdo.
La medida implementada por Pekín, que implica la obligación de identificarse para cualquier avión que vuela por esa región o enfrentar "medidas defensivas de emergencia", cubre un amplio territorio reclamado no solo por China y Japón, sino también por Corea del Sur y Taiwán.
Desde que el gobierno chino implementó esta zona de identificación, aviones militares de Japón, Corea del Sur y Estados Unidos han zurcado el área, no para identificarse ante las autoridades militares chinas sino para dejar claro que podían desplegar sus alas por ahí sin pedirle permiso a Pekín.
China, convertida en las últimas décadas en una de las principales potencias militares del mundo, respondió entonces enviando sus propias aeronaves, "como medida defensiva y en línea con prácticas comunes internacionales", según lo anunció el vocero de la Fuerza Aérea, coronel Shen Jinke, ante la agencia de noticias Xinhua.
Museo chino que recuerda la guerra con Japón
La guerra con Japón no se olvida en el territorio chino.
Las islas están bajo el control de Japón (son parte de la prefectura de Okinawa) pero, como dijo a la BBC el analista James Manicom del centro canadiense por la Innovación Internacional en el Gobierno, la disputa entre ambos países tiene más de 30 años, aunque todo empeoró en la última década.
"Tensiones sobre el Mar Oriental de China han resurgido periódicamente desde que en el 2000 China se convirtió en un poder marítimo más proactivo, pero desde la nacionalización de las islas por parte del gobierno japonés en septiembre de 2012, la disputa ha cobrado un caracter decisivamente más preocupante".
Además de nacionalizar las islas, Japón ha negado sistemáticamente la mera existencia de una disputa. Según Manicom, la política del primer ministro Shinzo Abe "que se basa en la noción de una resurgencia japonesa, refleja una mayor reticencia de Japón a tolerar lo que se percibe como intrusiones china en territorio japonés".
Para el analista de la Universidad Nacional de Singapore, Lye Liang Fook, al no lograr siquiera que Tokio admita que hay un disputa, "China quiere con el anuncio de la ADIZ incrementar la presión sobre Japón" para que reconozca que existe un conflicto territorial.
Pero según las palabras del académico Tetsuo Kotani, del Instituto de Asuntos Internacionales de Japón, el conflicto no existe: "La propiedad de las islas Senkaku fue reafirmada bajo el Tratado de Paz de San Francisco en 1951, que demarcó el territorio japonés después de la Segunda Guerra Mundial, y en el Tratado de Restitución de Okinawa en 1971, que regresó los derechos de administración de Okinawa, incluyendo las islas Senkaku, de Estados Unidos a Japón".
No sorprende entonces que hayan sido Washington y Tokio los que han expresado su mayor rechazo a la decisión china de implementar una zona de identificación de defensa aérea sobre el archipiélago.
Shinzo Abe describió la medida como "totalmente inaceptable para Japón" mientras que el secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, la calificó como "un intento desestabilizador para alterar el status quo".
Pero esta unificación de criterios entre Japón y Estados Unidos no siempre fue tan aceitada, como recuerdan los académicos chinos.
"La razón fundamental del deterioro de las relaciones entre Japón y sus dos vecinos más importantes, China y Corea del Sur, se debe a que el primer ministro Shinzo Abe y muchos políticos japoneses se niegan a reconocer las atrocidades de la guerra (el conflicto de 1931 a 1945)", declaró a la BBC Victor Gao, director de la Asociación Nacional China para Estudios Internacionales.
Según Gao, aunque Tokio está haciendo todo lo posible para sumar a Washington a su causa, el gobierno estadounidense y su par chino han incrementado cooperación militar y su diálogo estratégico.
"Después de todo, China y Estados Unidos derramaron sangre juntos para derrotar a Japón en la Segunda Guerra Mundial, y gracias al acercamiento bilateral entra ambos países es muy improbable que Estados Unidos quiera volver a derramar su sangre para alentar o incluso proteger a un militarizado Japón".
Pero para otros expertos internacionales esos tiempos en que soldados chinos y estadounidenses peleaban juntos han quedado muy atrás, como se desprende del análisis de Michael Swaine, del centro estadounidense Legado Carnegie para la Paz Internacional.
"La declaración de la zona de defensa aérea conspira contra cualquier movimiento hacia una reducción de la tensión. A pesar de que China opina lo contrario, el anuncio es visto por Estados Unidos, Japón y otros observadores como provocativo y de poca ayuda".
Para los analistas consultados por la BBC, a pesar de los años de desencuentros Pekín y Tokio han demostrado con el tiempo una gran capacidad de resolver sus heridas en la mesa de negociaciones.
Pero el despliegue aéreo de la última semana, que involucró una exhibición de fuerza de cuatro potencias militares, no es precisamente una señal de aliento para sentarse a conversar en esa mesa.
El ministro japonés de Defensa, Itsunori Onodera, mantuvo el miércoles por la noche una conversación telefónica con el Secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, en la que ambos consideraron que la decisión china es "extremadamente peligrosa".
"Hemos coincidido en que la acción unilateral de China puede desencadenar en un incidente inesperado y es extremadamente peligrosa", ha detallado Onodera, en declaraciones recogidas el último jueves por la agencia Kyodo.
Ese mismo día, Corea del Sur también exigió a China que modificase el trazado de la zona de defensa aérea para no violar los límites de las Fuerzas Armadas surcoreanas.
Por su parte, el Ministerio de Defensa chino ha respondido a las críticas y ha pedido a Japón y EE.UU. que se retracten y dejen de "provocar fricciones".
"Japón no tiene absolutamente ningún derecho a hacer comentarios irresponsables sobre la puesta en marcha de la zona de identificación", ha declarado el portavoz del Ministerio, Yang Yujun.
Para el periódico chino, en inglés, Global Times, "Si la tendencia continúa, es probable que haya fricciones y enfrentamientos, e incluso que se origine una tensión aérea semejante a la de la época de la Guerra Fría entre EE.UU. y la URSS".

Gráfico capturado de la web RT.
En parte por su conflicto territorial con China, el gobierno japonés está a punto de culminar una revisión de su política defensiva a largo plazo.
Un borrador del texto, al que ha tenido acceso la agencia Reuters, prevé un refuerzo de las capacidades de vigilancia aérea y marítima y de la capacidad de reacción en territorios alejados de las islas principales del archipiélago nipón.
"El entorno de seguridad que rodea nuestro país se ha vuelto cada vez más grave", dice el texto, que ha sido mostrado a los diputados del partido del primer ministro, Shinzo Abe.
"China está modernizando de manera amplia y rápida su fuerza militar y expandiendo sus actividades en el mar y el espacio aéreo en torno a Japón", añade.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes dejar aquí tus opiniones e impresiones sobre una entrada concreta, sobre algún tema sobre el que te gustaría ver una nueva entrada o sobre cualquier tema del blog en general.