Argentina, El país entra en una peligrosa espiral de saqueos y violencia

Saqueos e incidentes en Tucumán. Captura de La Gaceta

El conflicto policial que se inició la semana pasada en Córdoba se propagó por gran parte del país. Las policías de siete provincias mantienen protestas en distintos niveles y otras diez lograron encaminar la solución con propuestas de aumento salarial formuladas por los gobernadores. Desde el inicio del conflicto, con las muertes en Córdoba y en Glew, provincia de Buenos Aires, ya se registraron ocho víctimas fatales, según informa la prensa argentina.
En Resistencia hubo 2 decesos; en Tucumán, tres; en Jujuy, 1; en Concordia, 1; y en Córdoba, donde se inició la protesta, 1.
La bola de las protestas policiales en Argentina no para de crecer. Y con ella, el drama de los saqueos y las muertes.
Los empleados de una distribuidora de la empresa láctea Sancor, ubicada en la provincia de Tucumán, se enfrentaron hoy con los saqueadores que ingresaron a la fábrica y que robaron mercadería. Se produjeron graves incidentes, según informa el diario La Gaceta en su página web.
"La distribuidora mayorista de Sancor, ubicada en Banda del Río Salí, sobre la ruta de empalme que lleva a la ruta 9, es escenario de una batalla campal entre empleados de la firma y vecinos contra los saqueadores. Los vándalos lograron ingresar y robar mercadería, pero los empleados de la distribuidora lograron repelerlos, por el momento.
Ahora mismo, ambos bandos se enfrentan a los tiros. En la zona reina el caos. En las calles de Banda del Río Salí y de Alderetes, vecinos y comerciantes cortan calles y arman barricadas para prevenir el ingreso de las motos en las que se trasladan los saqueadores", comentaba hace una hora La Gaceta.

Jóvenes vigilan un comercio en Concordia. Foto:  LA NACION  / Marcelo Manera

Saqueos en Tucumán.  Foto:  Reuters

En Córdoba, donde se iniciaron los saqueos, el gobernador peronista, José Manuel de la Sota, enfrentado al Gobierno de Cristina Fernández, infravaloró el problema. A su vez, el Gobierno de Fernández cometió el error de no enviarle refuerzos a su rival político hasta que De la Sota no lo pidiera por el conducto reglamentario. A partir de ahí se desataron los acontecimientos que dejaron una víctima mortal, y varios heridos, como saldo de los numerosos incidentes.
Pese al clima social que vive Argentina, el Gobierno no suspendió la convocatoria a los festejos que se celebrarían ayer martes en Plaza de Mayo para conmemorar los 30 años de democracia.
Este acto, que se centra en una fiesta popular en la céntrica plaza bonaerense, planea convocar a medio millón de personas y estaba pensado en un marco totalmente distinto y con la reaparición en actos masivos de Cristina.
Pero lo más llamativo es el acto VIP que constaba de una merienda a las 17:00 horas y más tarde, una cena para 1.600 invitados.

Casa de Gobierno: El living ya está listo. ‏@marianorinaldi

Salmón, brochettes y tablas de fiambres y quesos están previstos para el solaz de funcionarios e invitados especiales en la Casa de Gobierno.
Cristina Kirchner cerró el acto por los 30 años de democracia con un discurso, en el que entre otras cosas, cuestionó las protestas policiales que generaron los saqueos en varias provincias del país.
La Presidenta pidió a los gobiernos provinciales, que imiten su política de reinserción de las Fuerzas Armadas a los procesos democráticos. Y condenó "la extorsión a una sociedad por parte de aquellos que portan armas para defender a la sociedad y no para atacarla".
Cristina, además, cuestionó el hecho de liberar zonas. "Y cuentan los propios gobernadores con los cuales hablé, que liberan zonas para que vaya gente a cometer delitos", afirmó, según indica el diario argentino Clarín.
Los saqueos y asesinatos se sucedían mientras el Gobierno preparaba su gran fiesta, ajeno a la caótica situación del país, y conmemoraba los 30 años de Gobierno en democracia, desde que asumió su mandato el dirigente de la Unión Cívica Radical Raúl Alfonsín.



Según la periodista de BBC Mundo en Buenos Aires Veronica Smink, la sociedad argentina se mantiene dividida con respecto a los reclamos policiales. Algunos apoyan a los hombres de seguridad, quienes cobran en su mayoría menos de US$500 mensuales, una cifra que pretenden duplicar, y que en algunas provincias ya consiguieron mejores condiciones laborales.
En menos de una semana se produjeron decenas de saqueos en provincias como el Chaco, Tucumán, Jujuy, Entre Ríos o Santa Fe. El lunes por la mañana ya se contaban ocho muertos. La mayoría de ellos eran asaltantes de comercio. Pero también falleció asfixiado el propietario chino de un local en Glew, localidad situada en la zona sur del Gran Buenos Aires, y murió baleado un subcomisario en el Chaco. La mecha de las protestas se había extendido por 17 provincias. En varias de ellas los gobernadores aumentaron los sueldos y los agentes depusieron su actitud.
El caos sigue reinando en Tucumán, donde la policía pasó de la huelga a reprimir a las miles de personas que se acercaron a la plaza Independencia, después de que se anunciara el acuerdo entre el Gobierno y la Policía, para reclamar más seguridad. Lo que empezó como un cacerolazo pacífico, se transformó en una serie de actos de violencia cuando la policía reprimió con extrema dureza a los manifestantes, mientras el gobierno, en Buenos Aires, festejaba los 30 años de democracia.
Algunos de los tucumanos que se encontraban en la plaza Independencia traspasaron las vallas de la casa de Gobierno y le tiraron piedras. Ante el avance, la policía salió a reprimirlos, con balas de goma y gases lacrimógenos, lo que provocó varios heridos. La actitud de las fuerzas de seguridad enajenó más a los presentes, que continuaron protestando. Unos ciudadanos que mostraron, pacíficamente, su impotencia ante la situación vivida, durante los últimos días, con un sonado cacerolazo, horas antes de agruparse en la plaza Independencia, según informa el diario de Tucumán La Gaceta.