Según un interesante artículo publicado por BBC Mundo, un libro que aboga por el castigo físico de los niños
para educarlos se vende como pan caliente entre los cristianos
evangélicos, pero la muerte de tres chicos ha provocado un profundo
rechazo.
Los instrumentos pueden variar. Para un niño
menor de un año, se recomienda una rama espigada o una regla de 30
centímetros. Para niños mayores, una rama más grande o un cinturón.La obra de Michael y Debi Pear "To train up a Chid" (Cómo educar a tu Hijo), describe los diferentes tipos de azotes para cada edad y que tipo de material utilizar.
Para los autores del libro, esta manera de educar es solo hacer que los menores se sometan totalmente a la voluntad de sus padres.
"La educación es el condicionamiento de la mente del niño antes de que surja la crisis; es la preparación para una obediencia futura instantánea e incuestionable", se lee en un pasaje del primer capítulo del libro.
Este polémico libro está siendo una sensación en EEUU y ya ha vendido casi 700.000 copias.
La "formación" debe empezar pronto y anticiparse a la necesidad de un castigo. Pero si el niño ya es rebelde, se les dice a los padres que "utilicen la fuerza necesaria para mantenerlo a raya".
"Si Ud. se tiene que sentar sobre él y darle unos azotes, no lo dude. Y manténgalo así hasta que se rinda… derrótelo completamente", explican sus autores en el libro.
Las organizaciones defensoras de los derechos de los niños han levantado la voz, por considerar el material como altamente violento en contra de los menores, y de alentar prácticas que no son aceptables en nuestros tiempos.
Hannah (nombre figurado) creció en una comunidad de Bautistas Fundamentales Independientes en el noroeste del estado de Florida, Estados Unidos. Sus padres obtuvieron copias de obras de los Pearl cuando ella tenía alrededor de nueve años y su hermana, siete.
Los azotes empezaron poco después y continuaron durante al menos ocho años. En los primeros cinco años, solía ocurrir varias veces al día.
Una vez, cuando la joven tenía 14 ó 15 años, su padre oyó que Hannah se había involucrado en una pelea con un niño en la iglesia.
"Honestamente, todavía no estoy segura de cuál era la acusación, pero mi padre se puso como loco porque, sea lo que sea que oyó, era atroz", le cuenta a la BBC.
El hombre utilizó reglas o varas de madera del jardín para golpearla rompiendo como unas cinco durante la golpiza. Su madre tenía decenas de ellas en casa porque se rompían muy a menudo.
"Al ver que un par de días después no podía sentarme, me dijo: 'Deja de ser tan melodramática, ¿qué pasa contigo?’ Entonces le pidió a mi madre que mirara y mi coxis estaba increíblemente amoratado e inflamado".
Hannah, que ahora tiene veintitantos años, dice que su padre quedó "horrorizado" y nunca más la golpeó. Pero su madre continuó, usando un mango de persiana de plástico que pensaba dejaría menos marcas en la piel de los niños.
Al igual que otras personas que han sido testigos de la puesta en práctica de los consejos de Michael Pearl, Hannah dice que sus padres fueron seducidos por la idea de una fórmula simple para que sus hijos fueran obedientes.
"El problema es que Pearl te dice que tienes que quebrar a tus hijos", dice. "Y para conseguirlo, tienes que ser completamente despiadado".
En 2010, Lydia Schatz falleció tras haber sido golpeada, tres años después de su llegada a California a donde llegó procedente de Liberia. El siguiente año, otra niña adoptada, Hana Williams, de 13 años, murió por hipotermia y malnutrición después de haber sido abandonada en el patio trasero en una pequeña comunidad del estado de Washington.
Los padres de Schatz cumplen largas condenas de prisión después de declararse culpables de cargos que incluyen homicidio de segundo grado, tortura, homicidio emocional y castigo corporal ilegal.
Los padres de Williams fueron condenados en octubre a décadas en prisión por homicidio.
Los investigadores dijeron que las dos parejas habían seguido los consejos de "Cómo educar a tu hijo", y se encontró una copia del libro en ambas casas.
Michael Ramsey, fiscal de distrito que procesó a los Schatz, dijo que tenía pensado mencionar el libro como un factor que contribuyó al triste desenlace si el caso hubiera llegado a la corte.
Si bien no quería restar la responsabilidad de los padres en la muerte de Lydia, Ramsey dijo que las ideas del libro eran "acogidas por completo por los Schatz" y que "la filosofía del libro conduce a las personas por esa pendiente".
En un tercer caso, Sean Paddock, un niño de cuatro años cuya madre adoptiva en Carolina del Norte recurrió a las enseñanzas de Pearl, murió por asfixia después de haber sido envuelto de forma apretada en una manta.
Los tres menores fallecidos fueron, al parecer, golpeados con un tubo de plástico de plomería similar al que Michael Pearl mencionó como posible herramienta para las golpizas.
Pearl rechaza que el libro pueda desencadenar abusos y señala que advierte contra la "brutalidad" y el uso de los azotes como una forma de desfogar la ira.
"Ningún tribunal, juez, policía o servicio de protección infantil nos ha acusado nunca de hacer nada que pusiera en peligro a los niños", asegura.
"No hay ninguna manera en que una persona que lea el libro pueda ser dirigida hacia la violencia. Quizá no evite la violencia si eso es parte de su naturaleza, pero el libro no lo va a llevar a hacer algo que sea contrario a su propio sistema de valores".
Los críticos del libro, entre los que se encuentran grupos cristianos, ateos, activistas en temas de crianza y académicos, no están de acuerdo.
"Cómo educar a tu hijo" es "bastante singular en su orientación hacia el castigo a los niños en general y también a los niños", opina George Holden, profesor de psicología en la Universidad Metodista del Sur en Dallas.
"Sugiere una serie de visiones muy peligrosas, que fácilmente pueden acabar en abuso físico infantil si uno sigue lo que predica", le dice a la BBC.
En el libro se pueden leer reflexiones del tipo:
Un recién nacido necesita formación. El papel de los padres no es de policía sino más bien tipo Espíritu Santo.
Cuando llegue el momento de aplicar la vara, respire hondo, relájese y rece: "Señor, haz que ésta sea una sesión de aprendizaje valiosa. Limpia a mi niño del mal carácter y la rebeldía. Permíteme representar de forma adecuada tu causa en esta materia".
Asegúrese de no utilizar nunca su mano para los azotes. Golpear con la mano es una forma de liberar la propia frustración de los padres.
George Holden ha respaldado una de las tres principales peticiones que exigen que Amazon y otras librerías dejen de vender "Cómo educar a tu hijo".
Han recopilado más de 200.000 firmas en total, aunque algunas personas pueden haber firmado en más de una de las campañas.
La tienda de libros británica Waterstones dice que no tiene el libro en su inventario y Foyles, también radicada en Reino Unido, informó que lo ha eliminado de su sitio de internet.
Amazon, sin embargo, no ha dado señales de querer cambiar su política. La empresa dijo en un comunicado: "Este libro ha sido ampliamente debatido en los medios, y en Amazon, durante muchos años, y cualquiera que desee expresar su punto de vista sobre la obra es libre de hacerlo en la página del producto en nuestro sitio web".
Las personas involucradas en la campaña dicen que no buscan que se prohíba el libro. Cualquier desafío legal tendría pocas posibilidades de salir adelante, al menos en Estados Unidos, donde la Primera Enmienda de la Constitución les ofrece a los autores un nivel muy alto de protección.
Pero señalan que un creciente número de familias cristianas le está dando la espalda a las enseñanzas de Pearl, en parte como reacción a las tres muertes.
Un concepto llamado "crianza amable", que se opone a los azotes, ha ido ganando terreno poco a poco, dice una bloguera estadounidense que escribe con el nombre Hermana Linda. Otros ven una tendencia similar en todo el mundo.
"Estudios nacionales muestran una paulatina disminución del apoyo al castigo físico por parte de los padres", asegura Robert Fathman, psicólogo clínico y activista contra este tipo de métodos de crianza.
"Estados Unidos tiene un largo camino que recorrer, pero avanzamos en la dirección correcta".
Pero este no es el único libro que proclama la defensa de la violencia física como arma de educación sobre los niños, "El culete independiente", es otro ejemplo de que solo mediante la obediencia absoluta un niño puede vivir tranquilamente.
La metáfora que este libro deja a aquellos niños que lo leen es de que si se porta mal papá y mamá pueden pegarle en el culo, porque es lo normal (si hasta en los libros se explica) y la re-amenaza de que si se lleva muchas, su culo se puede ir para dejarle sin posibilidad de sentarse y de disfrutar de los placeres que nuestro culo nos puede proporcianar a diario, como el de sentarnos en un columpio, pasear de bici o montar en los caballitos.
En "El culete independiente" nos encontramos con un libro que fomenta el castigo corporal, que esta de acuerdo en que se le pegue a un niño y que encima lo hace de manera cómica y divertida.
Es realmente preocupante que en pleno siglo XXI todavía podamos encontrar testimonios escritos de las bondades de la violencia física sobre los niños.
La educación del miedo, del poder, de la bota que pisa al más débil, una historia que se repite en todas las instituciones sociales, desde las familias hasta el Estado, con su políticas y leyes represivas, como la Ley de Seguridad Ciudadana que se discute estos días en España, por poner solo un ejemplo.
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