En Suecia, la policía detuvo el domingo a 28 personas por asalto y desorden público surgidos después de que un grupo neonazi atacara una manifestación antifascista en un suburbio de Estocolmo, capital de este país.
El incidente estalló cuando un grupo de más de 40 militantes de ultraderecha, vestidos de negro, empezaron a arrojar piedras, botellas y petardos a unos 200 manifestantes que se expresaban pacíficamente en contra de la proliferación de actos racistas en la ciudad de Estocolmo.
De acuerdo con el portavoz de la Policía de Estocolmo, Sven-Erik Olsson, dos manifestantes y dos agentes resultaron heridos de gravedad por lo que fueron hospitalizados. La Policía sueca está intentando detener al resto de los agresores.
Conforme a la agencia de noticias estadounidense 'The Associated Press' (AP), un grupo neonazi, autodenominado Movimiento de Resistencia Sueca, a través de su página Web, se atribuyó la autoría del ataque.
La concentración fue organizada legalmente por un grupo de ciudadanos locales para expresar su rechazo al aumento de las campañas neonazis en la zona.
La ascensión de la ultraderecha en Suecia es una realidad desde que el partido Demócratas de Suecia obtuviera el 5,7% de los votos en las pasadas elecciones legislativas de 2012, lo que supuso el regreso al Parlamento de la derecha xenófoba y nacionalista dos décadas después del efímero paso de Nueva Democracia. Suecia había permanecido hasta ese momento al margen del ascenso de partidos similares en el norte de Europa. La influencia de Demócratas de Suecia en la actividad parlamentaria ha sido hasta ahora muy limitada, ya que tanto la coalición de centro-derecha que gobierna en minoría como la oposición de izquierda le han hecho el vacío. Pese al aislamiento parlamentario, Demócratas de Suecia ha ido subiendo en las encuestas, y en un sondeo difundido esta semana duplica su apoyo y se coloca como tercera fuerza política por detrás del Partido Socialdemócrata y del Partido Conservador.
Este blog sólo pretende ser una visión personal de algunos de los acontecimientos que nos envuelven en nuestro caminar por la vida. Bajo el fuego es una metáfora de la situación real que la humanidad está viviendo donde la pobreza, el desempleo, la intolerancia, el extremismo, la violencia, el enriquecimiento a cualquier precio, de unos pocos a costa de muchos, y la falta de ética o valores son realidades que podemos observar continuamente.
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