Este blog sólo pretende ser una visión personal de algunos de los acontecimientos que nos envuelven en nuestro caminar por la vida.
Bajo el fuego es una metáfora de la situación real que la humanidad está viviendo donde la pobreza, el desempleo, la intolerancia, el extremismo, la violencia, el enriquecimiento a cualquier precio, de unos pocos a costa de muchos, y la falta de ética o valores son realidades que podemos observar continuamente.
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sábado, 14 de diciembre de 2013
Italia, El movimiento de los "Forconi" (las horcas) asalta las calles italianas
Antidisturbios cargan contra estudiantes junto a la universidad de La Sapienza, en Roma. / CLAUDIO PERI (EFE)
Para combatir el hartazgo de los ciudadanos con la clase política, el
Gobierno italiano, que dirige Enrico Letta, aprobó ayer un decreto ley
que suprime las subvenciones públicas directas a los partidos. Ya no
será el Estado quien los financie, sino la gente, con carácter
voluntario, a través de sus impuestos o de sus donaciones. La abolición
de las generosas transferencias automáticas a los partidos en virtud de
los votos conseguidos era una promesa hecha por Letta cuando formó su gabinete, de gran coalición, en abril pasado.
El compromiso respondía a la importante presión de la calle, tras los imnumerables escándalos en que se ven envueltos con demasiada regularidad las diversas fuerzas políticas, entre ellas la Liga Norte, algunos de cuyos dirigentes se embolsaron el dinero o lo usaron para cubrir sus gastos particulares, sin ningún remordimiento.
La abolición de la financiación pública de los partidos y la reforma de
una ley electoral, cuya característica principal es
convertir en ingobernable el país, eran, en teoría, dos de los
compromisos prioritarios del Gobierno presidido por Enrico Letta. En
parte por convicción y en parte porque constituían dos caballos de
batalla muy eficaces sobre los que el Movimiento Cinco Estrellas (M5S)
de Beppe Grillo basaba su sintonía con un electorado muy harto de la
incapacidad de la política para regenerarse. Pero, en unas ocasiones por
las zancadillas de Berlusconi y en otras por la lentitud exasperante de
las instituciones, las reformas se iban aplazando.
La llegada del alcalde de Florencia, Matteo Renzi, como nuevo secretario general del Partido Demócrata italiano (PD), junto las contínuas protestas populares, ha significado el golpe definitivo para que Letta cumpliese con su compromiso electoral, dadas las claras amenazas, efectuadas por parte de Renzi, en el sentido de que si las reformas prometidas y
necesarias no veían la luz, una parte del PD podría dejar de apoyarlo.
En 2014, los partidos políticos recibirán un 40% menos y la reducción será progresiva hasta que,
a partir de 2017, sean por entero los ciudadanos quienes, a través de
donaciones transparentes o contribuyendo con el 0,2% de la declaración
de la renta, sostengan por entero a sus políticos.
Manifestación de simpatizantes del movimiento Forconi, en Turín. EFE
Al mismo tiempo, el Movimiento de las Horcas (Movimento dei Forconi) se extiende por
Italia. Las protestas contra los recortes del Gobierno y la austeridad continúan de forma sistemática y han dejado enfrentamientos en la capital, Roma, y otras importantes ciudades del país, entre los manifestantes y la policía.
El movimiento surgió en Sicilia y toma su nombre de un grupo de
agricultores que inició las protestas en 2012 contra el Ejecutivo
italiano por los altos impuestos y las subidas de los carburantes.
Pero a ellos se les han unido en la última semana miles de estudiantes, pequeños empresarios, parados, camioneros, que recorren el país cortando carreteras y mantienen colapsada la frontera con Francia para mostrar su rabia por la situación del país.
Los bloqueos y piquetes se extienden desde el Veneto hasta Campania, desde Milán hasta Palermo, desde Las Marcas a Cerdeña.
Una de las situaciones más críticas se registró el pasado día 9 en Torino, donde los "forconi"
ocuparon el centro de la ciudad y bloquearon durante una hora el
tráfico ferroviario invadiendo las vías en las estaciones Porta Nueva y
Porta Susa.
Además, hubo enfrentamientos entre los manifestantes y la policía en la céntrica plaza turinesa Castello, donde los"forconi"
arrojaron piedras y recibieron gases lacrimógenos. Algunos miembros
de la protesta intentaron forzar el ingreso de la Junta Regional de
Piamonte, donde fueron detenidos por las fuerzas del orden.
Las protestas continúan en varias ciudades y las marchas se extienden.
"Somos millones y seguimos creciendo cada hora. El Gobierno se tiene que
ir", asegura Danilo Calvani, un granjero que se ha erigido como uno de
los líderes de la protesta.
El movimiento de los "Forconi" que barre
actualmente Italia de norte a sur es un magma, una caldera en
ebullición cocinando un batiburrillo de siglas y emblemas, políticos,
sindicales o provenientes de diversos movimientos de contestación. No
hay un color político claramente definido ni coordinación central o
líder carismático para acaudillarlo. En suma, no es racional, sino
"espontáneo", como sostienen la mayoría de sus representantes.
Las protestas se ven alimentadas por la fuerte caída de los ingresos,
la tasa de empleo situada por encima del 12% y un paro récord del 41%
entre los jóvenes menores de 25 años, además de los diferentes casos de
corrupción y los escándalos que sacuden a la clase política.
La principal demanda de los manifestantes es que el Parlamento se disuelva y el Gobierno sea reemplazado por otro.
El Ministro del Interior italiano, Angelino Alfano, ha mostrado la
preocupación del Gobierno ante las protestas. En una comparecencia en el
Parlamento expresó la "inquietud" del Ejecutivo ante la posibilidad de
que este movimiento pueda derivar en una "rebelión contra las
instituciones italianas y europeas que puede estar apoyada por
organizaciones subversivas".
Y es que grupos extremistas intentan aprovecharse de la situación y
se empiezan a aproximar al movimiento. En las manifestaciones participan
miembros de Forza Nuova, el partido de extrema derecha, y otros grupos cercanos a esta ideología.
Las manifestaciones de los Forconi, los de las horcas de labrador,
reúnen, a través del nexo común de la desesperación, a pequeños empresarios,
agricultores y camioneros, parados, estudiantes y simples ciudadanos,
pero también a ultras de equipos de fútbol y a radicales de la
ultraizquierda y la ultraderecha.
Han practicado la guerrilla urbana en Turín y en Milán, han
paralizado los trenes en Liguria y causado desórdenes en Campania y en
Sicilia. Sus líderes o portavoces, Danilo Calvani, un antiguo
horticultor, o Lucio Chiavegato, un ebanista, dicen que los Forconi son
un movimiento social espontáneo, apolítico, cuyo único objetivo es
defenderse de una crisis feroz: "Es una protesta del pueblo. Nos están
asesinando con la desesperación, con la pérdida de nuestra dignidad. Nos
están quitando todo, incluso nuestras casas".
Protestan contra la globalización, porque dicen que ha eliminado puestos de trabajo, critican a la UE y el euro y rechazan las políticas de austeridad.
Algunos policías han aprovechado la revuelta para mostrar su rabia
declarando que ellos también se sienten "angustiados por los impuestos y
mal pagados".
Una editorial del periódico italiano La Stampa decía días atrás, "Son las primeras (manifestaciones) que tienen lugar en Italia desde hace largo tiempo con
la tripa vacía, o mejor, con el miedo de que la tripa se quede vacía
bien pronto. [...] No olvidemos que en Grecia, hemos visto a
pensionistas marchando por las calles portando antorchas. La
desesperación puede transformar a cualquiera".
"Hay quien ve en los Forconi similitudes con los movimientos autoritarios
que llevaron al poder a Mussolini. Desde luego, detalles inquietantes
no faltan. Andrea Zunino, de 60 años, agricultor y líder o portavoz del
Movimiento 9 de Diciembre, apuesta “por salvar a Italia, que hoy es
esclava de los banqueros como los Rothschild. ¿No le parece curioso que
cinco o seis de los más ricos del mundo sean judíos?”. Entre las
propuestas que parecen compartir los Forconi están “la recuperación de
la soberanía de Italia, la salida del euro y de una Europa que, como el
salvaje oeste de la globalización, está llevando a Italia al hambre", comenta desde Roma el corresponsal del periódico español El País.
El mismo continúa diciendo, "Aunque no faltan motivos para la protesta, no deja de llamar la atención
que su explosión haya coincidido en el tiempo con la salida de Silvio
Berlusconi de las instituciones. Sus ataques al euro, su populismo
desaforado, parece buscar la complicidad de la calle para rentabilizar, a
bajo precio, toda la frustración que él contribuyó a sembrar".
Mientras el periódico digital europeo Presseurop, comenta respecto al movimiento, "La transversalidad, la no pertenencia política son las palabras al orden
de esta curiosa forma de contestación que parece haber superado incluso
al líder del Movimiento Cinco Estrellas, Beppe Grillo.
No tienen órgano de pilotaje común. Los simpatizantes de extrema
derecha, que tienen como orden cantar exclusivamente el himno nacional,
se encuentran de este modo al lado de jóvenes tifosi [seguidores de
clubes de fútbol] que entonan cantos hostiles a la policía".
"Aristócratas que van en Jaguar y campesinos. Patronos y obreros en paro.
Camioneros bajo la lupa de Equitalia [agencia de recuperación de
impuestos], nuevos ideólogos del fascismo y jóvenes de centros sociales
de izquierda. Simpatizantes y exsimpatizantes de la Liga Norte y de Beppe Grillo. Antiguos miembros del Partido Democrático (PD) y detractores de su nuevo secretario nacional
Matteo Renzi. Sindicalistas de base o exsindicalistas de la
Confederación General Italiana del Trabajo (GCIL). Opositores al fisco e
independentistas venecianos. Inmigrantes y ultras de equipos de fútbol", este heterogéneo grupo de colectivos se han unido en las últimas semanas en la lucha contra el gobierno italiano.
Su camino, con el transcurso del tiempo, para evitar que lo direccione la derecha autoritaria y neofascista, es una incógnita, pero ahora, al menos eso parece, están unidos en un grito común contra los banqueros y políticos, contra la corrupción, contra el poder, contra Europa y el Euro, aunque "sus reivindicaciones no partidistas contra la austeridad y
las élites enmascaran similitudes inquietantes con los principios del
movimiento autoritario que llevó al poder a Mussolini", comenta el periodista italiano Alessandro Da Rold.
Estos movimientos espontáneos, entre populares y populistas, dejan inquietos a muchos medios sociales. Aunque algún medio de comunicación ha hecho alguna pequeña referencia, tanto en España como en otros países, no ha sido tratado en profundidad, quizás por la dificultad, dada su heterogénea composición, aunque tenga un nexo en común: La indignación social.
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Por qué ningún medio español habla de la revolución de los Forconi???
ResponderEliminarEstos movimientos espontáneos, entre populares y populistas, dejan inquietos a muchos medios sociales. Aunque algún medio de comunicación ha hecho alguna pequeña referencia, tanto en España como en otros países, no ha sido tratado en profundidad, quizás por la dificultad, dada su heterogénea composición, aunque tenga un nexo en común: La indignación social.
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