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miércoles, 11 de diciembre de 2013

Ucrania, El país en medio de la guerra económica entre Rusia y la Unión Europea

Asalto policial a la plaza de al Independencia de Kiev
Asalto policial a la plaza de la Independencia de Kiev.

Kiev ha despertado convulsionado. Nuevos enfrentamientos entre la policía y manifestantes en el centro de la ciudad prolongan la crisis política en la que vive inmersa Ucrania después de que el presidente Víctor Yanukovic decidiera no firmar el acuerdo de asociación con la Unión Europea el pasado noviembre.
Las fuerzas antidisturbios ucranianas han irrumpido en la madrugada de este miércoles en el corazón de la europrotesta de Kíev. Las fuerzas de choque del Ministerio del Interior y los temidos Berkut no han podido expulsar a los miles de euromanifestantes que ocupan el centro de Kíev, pero la acción policial ha dejado al menos diez personas heridas.
A pesar del asalto de esta madrugada y de que los policías han llegado a entrar en el ayuntamiento y la Casa de los Sindicatos, ocupados desde hace dos semanas por los acampados, al final han tenido que abandonar y cancelar el desalojo.
Los acantonados, que van a cumplir tres semanas de protestas por la negativa del Gobierno a firmar un acuerdo que habría acercado a esta ex república soviética a la Unión Europea, resistieron el empuje de los antidisturbios.
La policía antidisturbios bloqueó el Ayuntamiento ocupado por radicales del partido derechista y nacionalista ucranio Svoboda (Libertad) con tres autobuses estacionados a las puertas del consistorio. En respuesta, los atrincherados empezaron a lanzar agua congelada sobre los agentes desde las ventanas. La medida de los antidisturbios hacía presagiar una intervención inmediata y contundente, sin embargo, a las 9 horas, los autobuses fueron retirados después de que un parlamentario entrara en los vehículos y hablara con los agentes. Que varias decenas de agentes hubiesen entrado en ambos edificios no ha sido suficiente para acabar con la revuelta.
La policía ucraniana se retira de la Plaza de la Independencia de Kiev
Desde el Consistorio arrojan agua helada a la policía. JQ / Globovisión / AFP / EFE

 "¡A casa, a casa!", gritaron los manifestantes mientras los efectivos del temido destacamento antidisturbios Berkut (Águila) entraban en los autobuses y abandonaban la zona.
Al mediodía el centro de Kíev está tranquilo y los policías se han retirado. Las barricadas que rodean la plaza siguen en su sitio, con algunos destrozos y en los alrededores restos de alguna tienda de campaña que se ha quemado en la refriega.
El escenario del centro de la plaza sigue acogiendo oradores antigubernamentales, música y eslóganes para animar a los manifestantes.
El Ministerio del Interior asegura ahora que no se va a utilizar la violencia. Según un portavoz de la Policía ucraniana, su intención era simplemente despejar la principal calle del centro de Kíev, la Jreshátik, que atraviesa la Maidán.
Prometen, además, no tocar a los acantonados en la zona peatonal, el lugar donde se encuentra la mayoría de las tiendas de campaña.
"Quiero pedir calma a todos", ha dicho el ministro del Interior, Vitali Zajarchenko. "No va a haber ataques contra la plaza. Nadie va a violar sus derechos de protestar pacíficamente… Pero no olviden ustedes los derechos de los demás ciudadanos".
Según la oposición, en el asalto de los antidisturbios a la Maidán se han producido diez heridos. Otra decena han sido detenidos.
La policía comenzó a movilizarse a la una de la madrugada, según el diputado Andréi Shevchenko. "La Militsia ha actuado con dureza. Hay gente que lo ha grabado todo con sus cámaras. El diputado Pashinski quedó atrapado en el centro de la pelea, y por poco no le golpean. Ni siquiera ha podido evitar el desalojo la presencia ni de Arseni Yatseniuk", ha dicho refiriéndose al líder del partido Batkivshina (Patria) de la ex primera ministra Yulia Timoshenko, hoy encarcelada.
Las fuerzas antidisturbios ucranianas irrumpieron en la madrugada de este miércoles en el corazón de la europrotesta de Kíev.

Cientos de agentes pertenecientes a las fuerzas del Ministerio del Interior y al cuerpo especial de asalto Berkut lograron romper la primera barrera de contención que habían formado los manifestantes y comenzaron a desarmar las barricadas que habían levantado en la plaza de la Independencia, conocida como Maidán.
Los acampados lograron retener a los asaltantes 20 minutos ante de ceder. "Lo que intentan es ahogarles, quitar las primeras barreras de contención y que se queden justo en el centro de la plaza, aislados y sin comunicación", decía un testigo que habla con La Vanguardia. "Pero esto va a seguir, la gente seguirá manifestándose y el domingo volverá a protestar contra Yanukóvich".
El esquema de la intervención de las fuerzas especiales es el mismo que en la noche del lunes al martes, cuando formados en fila empujaron a los manifestantes que bloqueaban la casa del gobierno y el edificio de la Presidencia.
Como si fuera un bocadillo, han ideo reduciendo el espacio de la acampada. Cientos de agentes han bajado por la calle Institutka, que baja de la Presidencia y del hotel Ucrania, mientras otros destacamentos llegaban a la plaza por los dos extremos de la calle Jreshátik, desde la calle Europa y desde el mercado de Besarabia.


Tras la limpieza de los Berkut, los manifestantes han quedado rodeados por dos filas de agentes, justo en el centro de la plaza. Los servicios de limpieza de la ciudad han comenzado a desmontar las barricadas y a despejar el territorio tomado. Pero horas después del abandono policial de la zona la misma recuperaba la normalidad de los días anteriores.
Los manifestantes continúan exigiendo la expulsión del Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas legislativas y presidenciales.
Horas antes de la asalto, el presidente Yanukóvich recibió a diplomáticos occidentales, que llegaron a Kíev con la intención de mediar en el conflicto.
Yanukóvich se reunió con Margaret Asthon, Alta Representante de Política Exterior de la UE. También llegó Victoria Nuland, subsecretaria de Estado norteamericana, que se reunió con los líderes de la oposición unificada, formada principalmente por tres partidos que dirigen la protesta.
Ashton ha emitido en la mañana del miércoles un comunicado condenando la violenta acción. "Estoy con vosotros", ha dicho.
El embajador de Estados Unidos, Geoffrey Pyatt, y la subsecretaria de Estado, Victoria Nuland, que llegó el martes a Kíev para intentar mediar en el conflicto, han visitado la Maidán y han dado apoyo a los acampados preeuropeos. Nuland ha repartido pan y galletas entre los acampados en un signo de solidaridad.
Yanukóvich también se reunió el martes con sus tres antecesores, los ex presidente Leonid Kravchuk, Leonid Kuchma y Vílktor Yúschenko, en lo que parecía una jugada diplomática para intentar solucionar el conflicto sin violencia.
Bajo la nieve y con temperaturas de -13º, las fuerzas antidisturbios cargaron contra los manifestantes y desmantelaron parte de su campamento. Horas después, las protestas se reanudaron y la Plaza de la Independencia de Kiev volvió a llenarse de gente.
El gobierno ucraniano parece estar comprobando hasta dónde están dispuestos a aguantar los manifestantes que desde hace ya tres semanas ocupan el centro de Kiev.
En Europa Oriental, esa región inestable donde las áreas de influencia quedaron permeables tras el colapso de la Unión Soviética, varios países han terminado por comportarse como criaturas de dos cabezas que deben tomar partido en un conflicto de intereses entre la Unión Europea y Rusia.
Con una de esas cabezas se dejan tentar por los beneficios políticos y comerciales que ofrece Bruselas y con la otra estudian lo que pretende el gobierno de Vladimir Putin para incluirlos en su propio bloque económico.
Algunos ya tomaron partido, como las naciones del Báltico que pertenecen a la UE o Bielorrusia y Kazajistán, que están férreamente vinculados a Rusia. Pero otros, como Ucrania o Moldavia, se debaten vigorosamente entre los dos mundos.Por otro lado, según publica el diario catalán La Vanguardia, el Gobierno ucraniano estimó hoy en 20.000 millones de euros la ayuda financiera que necesitaría para firmar el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, cuya suspensión motivó multitudinarias protestas en Kiev.
"El Gobierno (...) está a favor de firmar urgentemente el Acuerdo de Asociación con la UE, pero queremos crear condiciones que minimizarían daños para la economía ucraniana", explicó el primer ministro ucraniano, Nikolái Azárov, citado por las agencias locales, al inaugurar una sesión gubernamental.
La economía ucraniana está en apuros. Los bonos a 10 años ya superaron el 10% y los seguros contra impago de deuda son ya los cuartos más caros del mundo tras Chipre, Argentina y Venezuela. La economía, en su tercera recesión desde 2008, caerá este año un 2%. A Ucrania le quedan menos de 19.000 millones de dólares en sus reservas, suficiente para hacer frente a sus compromisos de pago por no más de dos meses.
El país, considerado como muy corrupto (se ubica en el puesto 144 de 177, según la ONG Transparencia Internacional), tiene desde hace tiempo muy complicado el acceso a los mercados financieros internacionales y muchos analistas auguran que, salvo giro radical, en 2014 podría sufrir un default al estilo del argentino de finales de 2001.

                                                    La policía se retira de la zona de concentración

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