Mapa mundial de la percepción de la corrupción 2013. / TRANSPARENCIA INTERNACIONAL |
España es el segundo país del mundo en el que más ha aumentado la percepción de corrupción en 2013, solo por detrás de Siria. Así lo asegura el informe de la organización alemana Transparencia Internacional (TI) publicado este martes.
España ha caído 10 lugares hasta el puesto 40 en el índice de percepción de la corrupción elaborado por la mencionada organización, el segundo descenso más fuerte después de Siria, después de numerosos escándalos que han llegado hasta el partido de centroderecha en el poder e incluso a la Familia Real.
El índice para 2013 sitúa a España como una de las grandes perdedoras de puntos, a la altura de Gambia, Mali, Guinea-Bissau y Libia. Solo en Siria, hundida en una guerra civil desde hace dos años y medio, hubo un descenso más fuerte.
La crisis económica que comenzó hace cinco años en España y ha obligado a los gobiernos a adoptar duras medidas de austeridad expuso los estrechos lazos entre políticos y numerosos empresarios de la construcción, que ayudaron a alimentar una desastrosa burbuja inmobiliaria.
El extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, dijo a un juez que durante años desvió donaciones en efectivo de constructores a dirigentes del partido y se le han localizado 48 millones de euros en cuentas suizas. El yerno del Rey, Iñaki Urdangarin, está imputado por varios delitos fiscales, así como por desvío de fondos públicos.
"Lo que ha hecho la crisis económica es permitir un mayor debate público sobre la corrupción (...) Se está exponiendo más y eso afecta a las percepciones. En España, cada sector - la política, la familia real y las empresas - estuvo implicado en la corrupción en un momento en el que el país está sufriendo de verdad", dijo Anne Koch, directora de TI para Europa y Asia central.
Los escándalos también han dejado clara la falta de exigencia de responsabilidades con los partidos políticos, incluso la insuficiencia del Tribunal de Cuentas que los audita. Esto llevó al Congreso a reaccionar ante la indignación de los ciudadanos y a elaborar la primera ley de transparencia del país.
España era el único país de la Unión Europea sin una ley que garantizase el derecho de sus ciudadanos a acceder a la información sobre cómo se gastan los fondos públicos. Koch dijo que la nueva ley, que aún no ha sido aprobada por las Cortes, sigue siendo inadecuada.
TI clasifica a 177 países en 2013 en una lista que encabezan Nueva Zelanda y Dinamarca como aquellos donde menos percepción de corrupción hay, repitiendo los lugares que ocuparon en 2012, junto con Finlandia. A su vez, Somalia, Corea del Norte y Afganistán también repiten como los últimos clasificados.
La edición de 2013 del Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) de TI indica que España cede seis puntos con respecto a la pasada edición, de los 65 (sobre un máximo de 100) a los 59, para descender de la posición trigésima hasta la cuadragésima, lo que le sitúa por detrás de Brunei y Polonia, y justo delante de Cabo Verde, todo un éxito político y social del actual gobierno.
"Italia y Grecia han creado en el último año leyes y sistemas anticorrupción fuertes y modernos y eso ha mandado un mensaje positivo. En cambio, en España se ha sucedido escándalo tras escándalo", ha explicado a Efe Alejandro Salas, responsable para América de TI.
El instituto con sede en Berlín mide la percepción de los ciudadanos hacia la corrupción, más que los niveles de corrupción en sí, debido al secretismo que rodea a la mayoría de estos casos. Utiliza una escala en el que 100 es para el más limpio y 0 para el más corrupto.
Grecia se mantiene como el país con mayor percepción de corrupción, aunque ha mejorado cuatro puntos hasta 40 puntos, lo que la ha ayudado a pasar del lugar 94 en 2012 al 80 este año.
El país que más ha mejorado ha sido Myanmar, que en 2011 salió de 49 años de dictadura militar. La antigua Birmania mejoró seis puntos, pasando del puesto 172 a 157.
Entre las potencias mundiales, Estados Unidos se encuentra en el puesto 19 y China en el 80, ambos sin cambios respecto al año pasado. Rusia mejoró ligeramente al puesto 127 del 133, mientras que Japón cayó uno al 18.
Las alegaciones de que dirigentes del PP, entre ellos el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aceptaron pagos en negro y las investigaciones sobre Urdangarin han resultado muy dañinas para la reputación de España, puesto que afectan a instituciones centrales en la vida del país, según Fernando Jiménez, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Murcia.
"El problema en España es la reacción política (...) Aquí dimite muy poca gente", afirmó.
Contrastó la lenta reacción del Gobierno español ante el escándalo sobre una presunta financiación ilegal con Alemania, donde varios ministros han dimitido por acusaciones mucho menores, como haber plagiado su expediente académico.
A juicio de los expertos de Transparencia Internacional, la recientemente aprobada nueva Ley de Transparencia española es "débil", carece de "claros castigos" para los infractores, deja mucho margen a la "discrecionalidad" de los funcionarios y no reconoce el derecho a la información de los ciudadanos.
A nivel europeo, España queda así relegada a la mitad inferior de la clasificación, por debajo de Chipre y Portugal y sobre Lituania y Eslovenia, y cada vez más lejos de los países del norte y centro del continente que abren la clasificación.
A nivel internacional, Somalia, Corea del Norte y Afganistán, con tan sólo ocho puntos, son los países percibidos como más corruptos del mundo según TI, y Dinamarca y Nueva Zelanda son los más transparentes al sumar 91 enteros.
El responsable de TI criticó además la sensación de impunidad de los corruptos en España, debido principalmente a la lentitud del sistema judicial.
Esta es la peor calificación en el Indice sobre Percepciones de la Corrupción en 15 años. Desde 1997, España no bajaba de los 60 puntos.
"Los expertos consultados ven que España se desliza por la pendiente de la corrupción", ha declarado Manuel Villoria, catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos, quien ha asegurado que "no se persigue suficientemente la corrupción". "En Polonia -situado un puesto por encima que España en el indicador- hubo 3.000 sentencias por corrupción el año pasado. Aquí hubo unas 90. Hay impunidad". Villoria ha explicado que la percepción de la corrupción en España es más notoria ahora por la magnitud de los escándalos. "El partido en el Gobierno está atrapado por el caso Gürtel y el caso Bárcenas", ha comentado el mismo.
Un aspecto a destacar en la presentación del informe es la distinción entre la corrupción política de la administrativa, que consideran prácticamente inexistente. "En España a nadie se le ocurre sobornar a un policía, porque sabe que le denuncia", ha aseverado la catedrática de derecho penal Silvina Bacigalupo, quien ha apuntado a dos ámbitos "muy localizados" que explican la avalancha de escándalos: la financiación municipal y la de los partidos políticos.
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