Gráfico de tasas de feminicidios por estados de Brasil. Gráfico capturado de Revista Forum. |
En mayo de 1983, con 38 años, un disparo de su marido la condenó a una silla de ruedas para el resto de su vida. "Mi marido disparó en mi espalda mientras dormía", recuerda 30 años después. "Desperté con un tiro y no sabía quién me lo había dado. Pensé que había sido él, pero no lo había visto".
Después de pasar cuatro meses y medio hospitalizada, Penha regresó a vivir con él y con sus tres hijas, continúa el relato de la BBC. "Seguí con él porque no sabía que había sido el autor de la primera vez". No obstante, albergaba sospechas. "Cuando volví sufrí una segunda tentativa más disimulada, a través de una ducha eléctrica averiada a propósito" para electrocutar, cuenta. "Si hubiese entrado en esa ducha... Percibí antes que estaba pasando corriente".
Marco Antonio Heredia, su marido, se declaró inocente, pero tras una serie de juicios y recursos que le permitieron seguir libre más de una década después de ser condenado por tentativa de homicidio, finalmente fue encarcelado en octubre de 2002. Estuvo 16 meses en prisión, tras lo cuales consiguió pasar a régimen semiabierto y en 2007 quedó en libertad condicional.
El gobierno brasileño, presionado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aprobó en el año 2006 la ley Maria da Penha, para combatir la violencia doméstica con castigos más duros para agresores, la posibilidad de prisión preventiva y el impedimento de penas alternativas.
Sin embargo, el informe de más de 1.000 páginas presentado ayer miércoles a la Comisión de Seguridad Social y Familia de la Cámara de Diputados por el Inistituto de Pesquisa Económica Aplicada (IPEA) precisó que entre 2009 y 2011 se registraron en el país más de 16.000 muertes de mujeres por conflicto de género, que representa una cantidad de asesinatos de mujeres, por violencia de género, similar a períodos anteriores a la aprobación de la ley.
De acuerdo con el informe denominado "Violencia contra la mujer: feminicidios en Brasil", el país requiere nuevas medidas enfocadas en el combate a la violencia contra la mujer, la protección de las víctimas y la reducción de las desigualdades de género.
En Brasil, en el período 2009-2011, se registraron oficialmente 16.993 muertes, resultando en una tasa anual de mortalidad de 5,82 muertes por 100 mil mujeres. El estado de Espírito Santo, en el sureste, es un campeón en feminicidios en Brasil, con una tasa de 11,24 muertes por cada 100 mil mujeres, seguido por Bahía (9,08), Alagoas (8,84), en el Nordeste y Roraima (8,51) en el norte. El estado con la tasa más baja es Piauí, en el Nordeste, con 2,71 muertes por cada 100 mil mujeres.
Los compañeros íntimos son los principales asesinos de mujeres. Aproximadamente el 40% de todos los asesinatos de mujeres en el mundo son cometidos por un compañero íntimo. En contraste, esta proporción es cercana al 6% entre los hombres asesinados. Es decir, la proporción de mujeres asesinadas por su pareja o ex pareja es 6,6 veces superior a la proporción de hombres asesinados por su compañera o ex compañera de vida.
El estudio muestra que las mujeres jóvenes son las principales víctimas: 31% de las mujeres muertas estaban en la franja etaria de 20 a 29 años y un 23% de 30 a 39 años. Lo que significa que un 54% de las mujeres asesinadas tenían entre 20 y 39 años.
Según indica el informe, un 61% de las mujeres asesinadas eran de raza negra. La mayoría de las víctimas tenían baja escolaridad, 48% de aquellas con 15 o más años de edad tenía hasta ocho años de estudio. La mitad de los feminicidios incluyeron el uso de armas de fuego y 34%, de instrumento corto-punzante, o contundente.
El IPEA alerta que las muertes son exclusivamente la punta del iceberg de un problema agudo que esconde un mundo de violencia no declarada. El mismo señala que el 60% de los feminicidios son cometidos en el domicilio o en la vía pública. El informe también señala que el problema podría ser mayor dado que el cálculo de las tasas de mortalidad, obtenidas directamente a partir de los datos del Sistema de Informaciones sobre Mortalidad (SIM), es insuficiente para demostrar la realidad de este grave problema social.
"El feminicidio es una cuestión cultural antes que nada", sostiene Penha, en entrevista concedida para la BBC en su hogar, y apunta que la violencia doméstica está en todas las clases sociales: "Mi agresor era un profesor universitario".
Brasil se encuentra en el grupo de los primeros 25 países con la mayor tasa de feminicidios del mundo. De estos 25, catorce se encuentran en el Caribe y América Latina.
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