Mientras millones de españoles conviven diariamente con precarias situaciones de supervivencia, miles de familias están siendo amenazadas con desahucios, pequeñas y medias empresas se encuentran con procesos judiciales de embargo de sus bienes, y en consecuencia, miles de trabajadores puede verse abocados a formar parte del incontable ejército de desempleados, los clubs de fútbol obtienen unas ventajas de las instituciones que son socialmente inmorales.
El pasado mes de julio, el periódico de información económica español Cinco Días publicaba, "El Gobierno ha aclarado al portavoz socialista de deportes en el Congreso, Manuel Pezzi, que la deuda global con la Agencia Tributaria de las Sociedades Anónimas Deportivas (todos salvo Real Madrid, Fútbol Club Barcelona, Atlethic de Bilbao y Osasuna), hasta el pasado 30 de abril, asciende a 663,876 millones, de los que 506,504 millones euros corresponden a las SAD de primera división.
Sin embargo, el Gobierno no ha facilitado la cifra de la deuda que mantienen con el fisco los clubes de fútbol de primera división que no son Sociedades Anónimas Deportivas (Real Madrid, F.C. Barcelona, Athletic Club de Bilbao y Osasuna, según señala el PSOE), ni en el resto de categorías".
Y este número se vería considerablemente elevado si añadimos la deuda que mantienen con la Seguridad Social. Lo que representa que la deuda con la Administración General del Estado adquiere valores exageradamente altos.
En poco menos de cuatro años la deuda de los clubes con la Hacienda Pública ha subido en casi 150 millones, ya que el anterior Gobierno las cifró en 607.357.484,01 euros, a 30 de abril de 2008.
En un momento en que la deuda del conjunto de las Administraciones Públicas alcanzó los 942.758 millones de euros en el primer trimestre del año, lo que equivale al 92,2% del PIB, y supera el objetivo para todo el año 2013 que era del 91,4%, según las últimas previsiones realizadas por el Ejecutivo en abril, el fútbol español tiene barra libre para continuar con el dispendio económico, como lo demuestran los últimos fichajes de unos clubs de fútbol que están lejos de mantener la disciplina económica de Alemania, y otros países, en este ámbito.
En un ejemplo más de falta de transparencia del actual ejecutivo español, el mismo no facilitó la cifra de la deuda que mantienen con la Agencia Tributaria los clubes de fútbol de primera división que no son Sociedades Anónimas Deportivas (Real Madrid, F.C. Barcelona, Athletic Club de Bilbao y Osasuna) porque dado "el reducido número de clubes que no tienen la consideración de Sociedad Anónima Deportiva, se podría vulnerar la confidencialidad que impone el ordenamiento jurídico, al permitir la identificación indirecta de la deuda de algún club en concreto".
Muchas personas se preguntan que diferencia a los clubs de fútbol de los millares de empresas que se han visto obligadas a cerrar sus puertas durante los últimos años, y que no han tenido las facilidades que tienen los clubs para no liquidar sus deudas con la Administración, unas deudas que al final sean por préstamos bancarios no pagados o por impago de impuestos tendrán que pagar los españoles al final.
La respuesta es evidente, el fútbol es el circo, la droga, que mantiene absorvidos a millones de personas, como se detecta en numerosos foros, que incapaces de mantener una vida propia, la viven exclusivamente a través de unos resultados. Y que ante la incapacidad de generar, por si mismos, su propias satisfacciones personales, necesitan identificarse con algo que les alimente semana tras semana.
El fútbol es la mejor herramienta del gobierno y sus cómplices (grandes empresarios) para evitar que la insatisfacción de la sociedad española, aunque no exclusivamente de ésta, cuestione las políticas gubernamentales y se movilicen en la búsqueda de una sociedad más igualitaria.
Es una realidad que el fútbol se ha convertido internacionalmente en una válvula de escape ante las realidades cotidianas de los ciudadanos, los problemas económicos, profesionales, familiares, personales. El fútbol ayuda a no pensar, a evadirse de la realidad y descargar las frustraciones en un club, entrenador o jugador. Provoca una catarsis de las sustancias nocivas que se acumulan en nuestro organismo y nuestro limitado cerebro.
Pero lo que no percibimos es que, al final, somos los ciudadanos de un país los que terminamos pagando la deuda generada por los "EGOS y vanidades", de los que el señor Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, (en menor escala se encuentran otros cientos de casos similares) es un gran ejemplo, que anteponen los mismos a los intereses económicos e incluso deportivos de sus aficionados, llegando en algunos casos a provocar la desaparición de un club.
Por otro lado, algunos autores, como Konrad Lorenz, han señalado que los deportes cumplen el papel de válvula de escape de los instintos agresores de la sociedad. Así, según un estudio sobre Violencia Doméstica y Fútbol, durante las 24 horas posteriores a un partido se produce un mayor número de denuncias en este ámbito; lo mismo sucede durante las 24 horas anteriores al mismo.
Las denuncias disminuyen durante la jornada futbolística e inclusive durante el período en que no hay espectáculos deportivos.
"El fútbol no da soluciones a los problemas, pero sí alegrías. Y por eso la sociedad se lo agradece de una forma muy generosa. Es un sector, un mundo, al que se le perdona todo", reflexiona Alfredo Relaño, director del diario deportivo As.
El periódico español El País publicaba el año pasado en un artículo sobre el fútbol y la crisis económica, "¿Se ha convertido este deporte en una válvula de escape en estos tiempos de crisis? ¿Tendríamos mayor conflictividad en las calles si no fuese por un espectáculo que ya en los tiempos predemocráticos actuó como balón de oxígeno social, mano a mano con los toros y el boxeo? Sir Wiston Churchill ya se dio cuenta hace décadas de que esto del fútbol era algo especial cuando dijo aquello de que “los italianos pierden las guerras como si fueran partidos de fútbol y los partidos de fútbol como si fuesen guerras".
La situación del fútbol español, y de otros países, es preocupante a nivel económico y tiene un coste para el resto de la sociedad, pero mientras siga siendo el catalizador de las frustraciones sociales, su limpieza y transparencia financiera es un objetivo utópico.
"Esta semana se publicaban diversos acuerdos que trataba de cerrar el Presidente del Valencia con Bankia, que siguen intentando deshacer los nudos de una cuerda de la que hace ya tiempo es difícil enterarse. El caso es que, merced a la generosidad (ententida como ruinosa y grosera gestión del dinero público), la Generalitat Valenciana, a través del organismo para avalar a empresas y emprendedores, el Instituto Valenciano de Finanzas, no tuvo problemas en ejercer de avalista de más de 80 millones de euros al equipo ché. Algo parecido sucedió con Hércules y Elche... Una gestión peligrosa, con unas cifras insoportables para cualquier Administración, que solo pretendían promulgar una imagen de grandeza y progreso a través del deporte", publica el blog Fútbol y pasiones políticas, el pasado jueves día 12.
En concreto la Generalitat Valencia es avalista por 118 millones de euros en préstamos al Valencia, Elche y Hércules.
La deuda con las Administraciones del fútbol podría cubrir casi el 50% del presupuesto, de acuerdo con los Presupuestos Generales del Estado, de la partida dedicada a educación (la partida destinada a Educación en los Presupuestos Generales del Estado para el ejercicio 2013 es de 1.944,73 millones de euros, un 14,4% menor que en el ejercicio anterior, que fue de 2.270,90 millones de euros).
La reducción del presupuesto para educación tuvo como primera consecuencia que el pasado curso 578.549 niños dejaron de percibir la ayuda del ministerio para la compra de libros de texto o material didáctico tras un recorte de 67 millones (el 47%) en esa partida ministerial. Estas cifras no incluyen los recortes de las Comunidades Autónomas, no existen valores concretos todavía, lo que significa que el número de niños, y sus familias respectivas, afectadas por la pérdida de esta ayuda es mucho mayor.
El fútbol español podrá seguir ganando títulos en el futuro, mientras observamos impasibles como se continúa degradando el sistema educativo en España, ante la indiferencia de padres y alumnos.
Mientras se aprueba un programa para disminuir las pensiones en los próximos años, algo que no parece preocupar a nadie, se reducen programas sociales, decae el nivel de la enseñanza y la sanidad, etc. se fichan jugadores por 100, o por 50, o por 5 millones de euros, sin estudios de rentabilidad de la inversión, sin liquidar las deudas con la Administración, sin someter las decisiones a los aficionados, que al final deberían ser la voz, democrática de los clubs.
El fútbol, un lindo deporte, pero que es usado por la gran mayoría de dirigentes como instrumento político, social y controlador de masas con el permiso de nosotros, los propios aficionados.
El fútbol, un deporte noble jugado por "villanos" y alimentador de egos, ha sido, y es, un instrumento de masificación y eliminación de la conciencia colectiva, usado por dictaduras y "democracias de papel", para esconder sus carencias y sus atrocidades (Argentina, Chile, España ...).
El dictador Videla conmemora un gol de la selección argentina. |
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