Nadezhda Tolokonnikova, la 'pussy riot' en huelga de hambre. / MAKSIM BLINOV (AFP) |
"Por recomendación de los médicos, Tolokónnikova aceptó ser trasladada al hospital para una vigilancia dinámica de su estado de salud", dijo a agencias rusas un portavoz del Servicio Federal de Prisiones para la república de Mordovia, donde la joven cumple una condena de dos años.
Nadezhda Tolokonnikova, de 23, y su compañera Maria Alyokhina, de 24 años, fueron condenadas en agosto de 2012 por entonar una canción que criticaba al presidente Vladimir Putin en una de las catedrales más importantes de la Iglesia ortodoxa rusa el 21 de febrero de ese mismo año. También fueron acusadas de ofender a los presentes, a través de sus acciones y su ropa, y de mostrar falta de respeto a las reglas de la Iglesia ortodoxa.
Las músicas cumplen su condena en una colonia penal en Perm, a unos 1,000 kilómetros al este de Moscú.
Yekaterina Samutsevich, una tercera integrante de la banda que fue condenada junto a Alyokhina y Tolokonnikova, fue liberada en octubre de 2012.
El esposo de la mujer, el reconocido activista Piotr Verzílov, dio la bienvenida a la decisión, aunque lamentó que ni él ni los abogados de Tolokónnikova pueden visitarla. La dirección del penal atribuye su negativa al mal estado de salud de la interna.
Tolokónnikova, encarcelada por un delito de gamberrismo motivado por odio religioso, denunció graves casos de violencia en la prisión IK-47 donde cumple la pena y se declaró en huelga de hambre.
En una larga carta enviada un sitio web de noticias, Tolokonnikova describe "trabajo esclavo" y condiciones insalubres en las que las mujeres trabajan hasta 17 horas al día y son golpeadas hasta que caen enfermas por no completar sus tareas.
Tolokonnikova escribió que recibió amenazas de muerte y que otros presos le cuentan que reciben palizas, pero que a ella la respetan los guardianes por la celebridad de su caso.
"Es cierto: Otros son golpeados por no poder seguir el ritmo. Les golpean en los riñones, en la cara y algunas veces los propios reclusos golpean a sus compañeros con la aprobación y conocimiento de... la administración", escribió. "Prisioneros de Mordovia tienen miedo de su propia sombra. Están completamente aterrorizados", concluye.
Según había afirmado anteriormente, su celda se encuentra a una temperatura de entre 12 y 14 grados.
El lunes, Tolokonnikova inició una huelga de hambre en protesta por las violaciones de los derechos de las prisioneras en la colonia de Mordovia, la región remota en la que está recluida. Poco después fue trasladada a una celda de aislamiento por su seguridad, según el centro penitenciario.
En una extensa carta abierta, entregada a su marido, Tolokónnikova contaba que las presas son tratadas como esclavas, que deben trabajar 16-17 horas al día, desde las siete y media de la mañana hasta las doce y media de la noche y que, con suerte, pueden dormir cuatro horas diarias. Las obligan a trabajar casi todos los domingos y firmar que lo hacen por "voluntad propia".
"La vida en la prisión está organizada de tal forma que el preso sólo puede sentirse como un animal sucio y sin derechos", escribió Tolokonnikova en la carta previa a declararse en huelga de hambre.
"Me declaro en huelga de hambre y me niego a participar en el trabajo esclavo en la prisión hasta que la administración de la misma empiece a cumplir las leyes y a tratar a las mujeres condenadas no como un ganado marginado de la sociedad sino como personas. Es una medida extraordinaria, pero estoy segura de que para mí es la única salida a esta situación", señaló en la misma la semana pasada.
Ha pasado un año de esta mítica imagen protagonizada por Tolokonnikova.| Afp |
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