Este blog sólo pretende ser una visión personal de algunos de los acontecimientos que nos envuelven en nuestro caminar por la vida. Bajo el fuego es una metáfora de la situación real que la humanidad está viviendo donde la pobreza, el desempleo, la intolerancia, el extremismo, la violencia, el enriquecimiento a cualquier precio, de unos pocos a costa de muchos, y la falta de ética o valores son realidades que podemos observar continuamente.
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jueves, 26 de septiembre de 2013
Estados Unidos, El 91º país en firmar el Tratado de Control de Armas (TCA) aprobado por la ONU el pasado abril
El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, suscribió el Tratado de Comercio de Armas (ATT, por sus siglas en inglés) en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York. Estados Unidos se convirtió así en el país número 91, el último, en firmar dicho documento, pese a la oposición de los miembros republicanos.
Tras la firma se han escuchado las primeras voces de legisladores, desde la Cámara alta del país, diciendo que el mismo no será aprobado en el Senado, que al final es quien tiene la última palabra, ya que el texto necesita al menos el apoyo de dos tercios de esa Cámara para que pueda ser ratificado.
El senador republicano Jim Inhofe envió una carta a Kerry en la que declara nulas las aspiraciones del tratado de ser ratificado en el Senado, donde muchos republicanos temen que abra la puerta a un mayor control interno de armas. "La administración está perdiendo un tiempo precioso intentando ceder nuestras leyes a la comunidad internacional y a burócratas de la ONU que no han sido elegidos (popularmente)", escribió Inhofe.
Pese a este paso dado por la administración de Barack Obama, el tratado no entrará en vigor hasta que lo hayan ratificado 50 países. En Estados Unidos, como han dejado claro varios legisladores, además de la Asociación Nacional del Rifle, no será un proceso fácil, debido a las resistencias que su aprobación encontrará en el Senado, dado que ese tratado podrá limitar el total derecho del ciudadano a portar armas.
En una misiva dirigida a Obama, el senador republicano Bob Corker dijo que "aún hay muchas cuestiones abiertas, en lo legislativo y lo constitucional" en lo que se refiere a los términos del tratado.
Sobre todo, el documento podría ser considerado contrario al derecho que la Constitución de los Estados Unidos otorga a los ciudadanos de ese país libertad para que posean armas de fuego.
El Tratado, aprobado en la Asamblea General de la ONU el pasado 2 de abril, establece normas para regular el comercio internacional de armas convencionales, municiones y componentes, con el fin de contribuir a la paz y la seguridad. En concreto, pretende regular el comercio de equipos bélicos como tanques y aviones de combate, misiles, vehículos blindados, helicópteros militares y armas cortas. El mismo prohíbe expresamente la exportación de armas a zonas donde pudieran ser utilizadas para cometer crímenes de lesa humanidad, o para actos de terrorismo extremo. Además, controlaría el flujo de armas hacia países con grandes problemas de criminalidad organizada. El documento sometería a controles a los propios comerciantes de armamento.
Al abordar estas cuestiones, Kerry indicó que "Estados Unidos jamás pensaría en apoyar un tratado inconsistente con los derechos constitucionales de nuestros ciudadanos".
El miércoles pasado, Italia se convirtió en el primer país de la Unión Europea, y el quinto en todo el mundo, en ratificar el tratado. Italia es el octavo mayor exportador de armas, mientras que Estados Unidos ocupa el primer lugar.
Casi siete años de negociaciones requirió el acuerdo, que previamente había fracasado en dos ocasiones en la recta final, debido a la resistencia de países como Corea del Norte, Siria e Irán, y también de Rusia, China y Estados Unidos.
El comercio de armas convencionales, uno de los más peligrosos, nunca ha estado regulado adecuadamente. Existen normas complejas y estrictas que regulan el comercio de todo tipo de productos, desde plátanos a Ipods, pero no existen normas que regulen el comercio de tanques, ametralladoras o balas. Esto debe cambiar.
Para que entre en vigor, con la ratificación del mismo por un mínimo de 50 países, falta una largo camino a recorrer.
Aunque el tratado no es perfecto, es un buen punto de partida, como afirma Matthias John, experto de Amnistía Internacional en materia armamentista, quien estima que hay que mejorar los mecanismos de control. "Necesitamos mejores medidas tendientes a la transparencia y una mejor información. Y necesitaríamos la posibilidad de aplicar sanciones si se viola el tratado" comentó el mismo.
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