AFP Una menor duerme en un refugio instalado en una escuela en Tecpan de Galeana |
El miedo tiene origen: Tetela del Río. Hasta esa población, cuentan los desplazados, llegaron hombres armados el 29 de julio para pactar un arreglo con ganaderos y campesinos. Querían cobrarles derecho de piso. Los convocaron, pero éstos se negaron a ir y entonces fueron por ellos.
“Dicen que venían armados, que los maniataron y así se los llevaron”, cuenta Leticia Rifas, quien habla de la desaparición de su esposo, Juan Hernández Villa, su cuñado Félix Hernández Villa y su suegro Pedro Hernández Mendoza. Leticia tuvo miedo. Y más cuando los demás vecinos le advirtieron que “los malos” volverían.
Uno no puede esperar nada bueno de ellos. Dicen que toman a las mujeres si quieren y qué hago si tengo pura hija”, destacó. No tuvo más opción: empacó algo de ropa para seis niñas y un niño y, sin más, subió a una camioneta de redilas para hacer el trayecto de más de tres horas hacia Tlacotepec, municipio de Heliodoro Castillo", esta información se puede leer en la página web del periódico mexicano Milenio.
Otro periódico de México, El Universal, denuncia que, ante el clima de violencia e inseguridad que se vive en la región de Tierra Caliente, 120 familias de tres municipios tuvieron que dejar sus casas, sus pertenencias y huir en busca de refugio.
Durante tres días esas familias convivieron con tiroteos, quema de casas o asesinatos, hasta que al final no vieron otra alternativa que abandonar sus hogares y refugiarse en la iglesia de San Miguel de Totolapan.
El periódico digital Sin Embargo habla de una cifra aproximada, hasta el año pasado, de 160 mil desplazados por causa de la violencia entre facciones de narcotraficantes, o de éstos con las fuerzas del ejército. De estos desplazados, cerca de 142 mil (según un dato de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, citado en un informe del Centro de Vigilancia del Desplazamiento Interno (iDMC) y el Consejo Noruego para los Refugiados) correspondería a la cifra de personas que han abandonado sus hogares a raíz de la guerra contra los cárteles del narcotráfico emprendida por el gobierno de Felipe Calderón, en 2006.
Aunque, según explica este periódico digital, "Sin embargo, el año pasado, Fidel López, investigador del Instituto José Luis Mora, señaló en una conferencia que la cifra podría rebasar el millón de personas. El documento del iDMC, fechado en abril, destaca que del total de desplazados, el Gobierno federal solamente reconoce 25 mil. “El vínculo entre la violencia de los cárteles de drogas y el desplazamiento fue aún más claro en el nivel municipal”, menciona", la cifra podría ser bien mayor.
Muchos de los desplazados viven en el olvido y el total abandono del Estado.
Según la prensa, mexicana entre julio y agosto, en el estado de Guerrero, mas de dos mil personas tuvieron que huir de sus comunidades, siempre motivados por la violencia asociada al crimen organizado, que citan fuentes municipales y estatales de Seguridad y Protección Civil.
"La disputa de rutas entre grupos rivales del narcotráfico ha dejado casas tiroteadas, quemadas, ganado muerto, cosechas perdidas y personas privadas de la libertad, principalmente en los municipios de Apaxtla de Castrejón, San Miguel Totolapan y Heliodoro Castillo, por lo que sus pobladores buscaron refugio en Acapulco, Tlacotepec y Tecpan", indica el periódico El Diario.
Según el mismo, la primera huida de sus domicilios se produjo el pasado 16 de julio, cuando cerca de mil habitantes, de diversos municipios, decidieron abandonarlo todo por la frecuente irrupción de grupos armados en las localidades y la violencia generada por los mismos.
Ya a principios de agosto, otro grupo similar de personas escapó de Tierra Caliente por los mismos motivos que el anterior.
Para las personas que deben huir de la violencia del narcotráfico, "Ellos (los narcotraficantes) querían arreglarse con el pueblo, pero al tenerlos controlados no creo que se quieran arreglar con el pueblo" según la narración de un menor que llegó a ser retenido en las inmediaciones de la comunidad de Tetela del Río, en San Miguel Totolapan.
Un oficial de la policía explica para el periódico Milenio, "La gente se salió porque estaban extorsionando a algunas personas. Este tipo de situaciones viene rebasando todo a escala nacional. Son cosas que se pueden ver en otros estados. Todos estamos expuestos a ese tipo de inseguridad”, explicó durante el trabajo de supervisión del albergue (donde se encuentran algunos refugiados). El funcionario no quiere hablar del grupo armado que motivó el desplazamiento, pero advierte que no es originario de Guerrero".
A los que consiguieron escapar de la violencia, las extorsiones o el reclutamiento forzoso, que afecta en especial a los jóvenes -hombres o mujeres-, en definitiva de la inseguridad, solo les queda pensar en los familiares que todavía se encuentran expuestos a la falta de seguridad en la zona o en poder de las bandas de narcotraficantes.
"Lo que quiere uno es que los devuelvan, vivos o muertos, de perdida saber qué fue de ellos", dice ya sin conmoverse Leticia Rifas, para Milenio. Ya ni siquiera le queda el llanto.
El Congreso de Guerrero prepara una nueva iniciativa de ley para proteger a las familias que, por problemas de inseguridad y violencia, han tenido que abandonar sus hogares y pertenencias para desplazarse a otras localidades más seguras del estado.
El diputado presidente de la comisión de Derechos Humanos del Congreso de Guerrero, Jorge Salazar Marchán, informó que en los próximos días presentará al pleno del poder legislativo una iniciativa de ley que garantice los derechos humanos y la atención inmediata de las autoridades a las familias que por diversas circunstancias se han desplazado de sus lugares de origen.
Ante la imposibilidad de que el gobierno mexicano pueda ofrecerles garantías a su integridad física, familias completas han abandonado sus pertenencias, ante el incremento de secuestros, extorsiones y diversos abusos de los que han sido víctimas por parte de la delincuencia, refugiándose en otras poblaciones en condiciones extremadamente deplorables.
Los desplazados, que a diferencia de los refugiados, son personas obligadas a dejar su vivienda habitual por causa de la violencia o catástrofes naturales, pero que no han cruzado una frontera internacional, son muchas veces objetivo del narcotráfico con una promesa: Devolverlos "con seguridad" a su localidad de origen.
El último informe del Centro de Vigilancia del Desplazamiento Interno (iDMC) y el Consejo Noruego para los Refugiados indica que existen 28 millones de desplazados en el mundo, siendo las zonas con mayor número África del Norte y Oriente Medio. Sin embargo, con las cifras disponibles es posible establecer que el número de desplazados en México es superior al registrado en países que enfrentan, o enfrentaron, crisis humanitarias o vivieron conflictos armados como Libia, que registra una cifra de 50 mil desplazados, mientras Kosovo tiene 18 mil, Líbano cerca de 46 mil, Ángola unos 20 mil y Uganda 30 mil.
Los desplazados internos se enfrentan a la falta de trabajo y de servicios públicos debido a que huyen sin llevar consigo documentos personales. Además, en muchas ocasiones, no pueden garantizar la seguridad de sus propiedades ante la falta de protección legal que no establece un mecanismo específico de acción frente al problema.
"En México, las autoridades estatales y federales no reconocen el problema del desplazamiento interno causado por los cárteles de la droga. Hay poca conciencia sobre la relación entre la violencia y el desplazamiento forzado y sobre todo, sobre la necesidad de poner en marcha acciones para proteger sus derechos de acuerdo a derecho internacional", cita el informe de iDMC, el principal organismo internacional que vela por los desplazados internos en el mundo en medio de conflictos armados.
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