Rueda de prensa de Araya en la que desiste de presentarse a la segunda vuelta de las presidenciales. |
Ayer miércoles Costa Rica experimentó una situación sin antecedentes en su historia reciente cuando el candidato del oficialista Partido Liberación Nacional (PLN), Johnny Araya, anunció su renuncia a la segunda ronda de las elecciones presidenciales a celebrarse el próximo 6 de abril.
"La política, que es la ciencia de realidades, tiene su propia lógica. La sensatez indica ahora, más que nunca, que hay que sopesar los elementos de la realidad y actuar en consecuencia. Por ello, con firmeza de ánimo hago saber mi decisión de concluir hoy esta campaña por la presidencia de la República", aseguró el candidato.
El exalcalde, de 56 años, decidió dar por terminada su campaña electoral, para la segunda ronda del 6 de abril, convencido de que la ciudadanía quiere cambiar el partido en el poder.
Araya, cuyo partido lleva ocho años en el poder, aseguró que tomó esta decisión tras percibir el "sentimiento de los costarricenses" y consultar "sondeos que miden las corrientes profundas de la opinión pública".
Este miércoles, el periódico Semanario Universidad publicó una encuesta, elaborada por la estatal Universidad de Costa Rica, en la que, tras la primera ronda, Araya recibe un respaldo de apenas el 21 por ciento de los votantes, mientras que Solís recibe un 64 por ciento de la intención de voto.
A partir de su dimisión, Araya, quien fue alcalde de San José durante 22 años, desató una serie de especulaciones ya que la ley de Costa Rica impide oficialmente la renuncia de un candidato que esté participando en la segunda ronda electoral.
"De acuerdo con la constitución, Araya no puede renunciar. Así que esta es una renuncia que no es renuncia", explicó a BBC Mundo el analista político Manuel Rojas, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en Costa Rica.
Tras las elecciones de febrero, Araya concedió una entrevista a BBC Mundo en la que afirmó que Costa Rica debía elegirlo a él y no a Solís por su trayectoria en la función pública y porque su equipo de trabajo era mejor. "Yo le puedo aportar al país más experiencia", aseguró entonces Araya.
Solís centró su campaña en prometer una actitud fuerte contra la corrupción, y ahora le ha quedado el camino libre para encabezar del 2014 al 2018 el primer gobierno del Partido Acción Ciudadana (PAC), y hacer realidad el lema de su campaña.
A pesar de la renuncia del candidato oficialista Solís deberá aguardar a la celebración de las elecciones para declarar su victoria, dado que el artículo 138 de la Constitución Política costarricense es claro en afirmar que "no pueden renunciar la candidatura para la Presidencia o Vicepresidencias los ciudadanos incluidos en una nómina ya inscrita conforme a la ley, ni tampoco podrán abstenerse de figurar en la segunda elección los candidatos de las dos nóminas que hubieran obtenido mayor número de votos en la primera".
Por tanto, a pesar de querer alejarse del proceso, Araya estaría obligado a salir en la papeleta y el eventual triunfo de Luis Guillermo Solís a la presidencia de la república no se daría oficialmente sino hasta después del próximo 6 de abril, cuando Solís haya ganado en las urnas electorales.
Cuando hace seis meses Solís comenzó la campaña electoral lo conocía solo el 17% de la población y en la campaña se presentó como un ciudadano común y empático, ajeno a la política tradicional, ahora en un mes podría ser declarado Presidente del país.
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