Argentina, La caída, en popularidad, de Cristina Kirchner corre en paralelo con el incremento de los precios y la devaluación del peso

La presidenta Cristina Kirchner, el 10 de diciembre, en el acto por los 30 años de democracia en el Museo del Bicentenario de Casa Rosada. Foto: Télam.

La imagen de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner sigue cayendo. De acuerdo a la última encuesta nacional de Management & Fit a la que tuvo acceso el diario argentino Clarín, el 67,5 por ciento de los argentinos desaprueban cómo está llevando el gobierno la Presidenta, que logra sólo un 25 por ciento de aprobación.
La tendencia negativa para Cristina se inició después de la derrota electoral, cuando su ausencia forzada de la escena pública tras su operación por un hematoma cerebral se combinó con la rápida evolución de la inflación, las rebeliones policiales y saqueos en diversos puntos del país hacia fin de año, los cortes de luz, y finalmente la fuerte devaluación del peso.
En octubre del año pasado, cuando el oficialismo perdió la elecciones parlamentarias, la imagen de la gestión presidencial lucía equilibrada, con un 44,4 % que aprobaba la gestión de Cristina y un 46,5% que la veía de modo negativo.
Desde entonces, las opiniones positivas cayeron casi 20 puntos porcentuales, mientras las negativas subieron otro tanto.
El cambio más grande se dio entre noviembre y diciembre de 2013, cuando las opiniones contrarias a su gestión saltaron del 47,8% al 58,4% y las favorables se derrumbaron del 42,4% al 30,6 %.
Las protestas policiales, que desataron una ola de saqueos en numerosas provincias, fueron una de las principales causas en la caída del nivel de popularidad en esos momentos.
Las protestas y los saqueos, que dejaron doce muertos, sumados al alza de la inflación y la creciente inseguridad, causaron un rápido descenso en los índices de aprobación, que se habían estabilizado durante el período de enfermedad y recuperación de la jefa de Estado.
Pero la caída no se detuvo. En el último mes, el porcentaje de quienes desaprueban la gestión presidencial creció otro punto respecto a los guarismos de enero, mientras cayeron otros dos quienes la ven con simpatía.
El descenso en la imagen de la Presidenta se da en paralelo con el crecimiento de la preocupación por la situación económica.
Ante la pregunta "¿Cómo considera usted que estará su situación económica personal en los próximos meses?", el 55,8% respondió que cree que estará peor y solo el 12,6% confía en una mejora. Y cuando la consulta es sobre la situación económica general del país, el 67% cree que se deteriorará en los próximos meses.
"Este pesimismo no es novedad, ya que viene registrándose desde hace más de un año. Sin embargo, ahora encuentra fundamento, dado que la economía post-devaluación y suba de tasas avanza hacia un escenario recesivo combinado con alta inflación. Cuánto dure y cuán profundo sea dependerá de la voluntad y capacidad del Gobierno para dar vuelta la situación", describe la consultora M&F en su análisis de los resultados.
La confianza en la gestión económica también sufrió el cambio de clima de los últimos meses, con gobernadores atentos a la caída de la actividad, empresarios suspendiendo turnos en su fábricas y sindicalistas reclamando aumentos por encima del 30% y reapertura de paritarias para la segunda mitad del año.
La inflación y el desempleo, sumadas, ya superan a la inseguridad como preocupación principal.
El 72% cree que este año la inflación será mayor a la del año pasado y el 62,2% desconfía de que el programa Precios Cuidados sirva para controlar la subida de precios.
"La mala noticia para el Gobierno es que la opinión pública lo considera más parte del problema que de la solución. La mayoría cree que los precios suben (exclusiva o parcialmente) por culpa del Gobierno, y evalúan además que el programa de Precios Cuidados no será efectivo para reducir la inflación", concluye M&F el análisis del estudio que se realizó entre el 18 y el 25 de febrero sobre 1.600 casos en Capital, Gran Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Mendoza, San Juan, Chaco. Corrientes, Tucumán, La Rioja y Chubut.
La encuesta también explora la imagen de los principales dirigentes políticos. Allí, sólo cuatro surgen con un diferencial (la suma de imagen buena y muy buena menos la mala) positivo:  El socialista Hermes Binner, diputado y quien aspira a la Presidencia en 2015, es el dirigente con mejor diferencial de imagen: 25,6%. A esta cifra se llega si se resta su imagen positiva (36,3%) y la negativa (10,7%).

El diputado nacional Hermes Binner.

A Binner le sigue Sergio Massa con el 22,9%, Daniel Scioli con el 18,1% y Julio Cobos con el 0,8%. Mientras que la Presidenta aparece con un diferencial negativo del 20%. Aún más abajo de ubican Jorge Capitanich (23,6%), Axel Kicillof (26,4%) y Amado Boudou (49,3%). Massa, en tanto, puntea la intención de voto para las presidenciales.
Junto con Binner, Sergio Massa, Daniel Scioli y Julio Cobos son los únicos dirigentes nacionales que tienen un diferencial de imagen positivo.
En la misma encuesta nacional de Management & Fit, la otra punta la ocupa el kirchnerista Amado Boudou, vicepresidente y con futuro más ligado a la Justicia que a la política. Tiene un -49,3% de diferencial, con sólo un 8,7% de imagen positiva y un 58% de negativa.
En el sondeo, también se consultó a la gente sobre "¿A quién votaría como Presidente en 2015?". Ahí, puntea Massa, con 21,7%, seguido de Scioli (17,4%), Mauricio Macri (10,4%) , Binner (8,9%) y Julio Cobos (5%). Solo en el sexto lugar aparece otro kirchnerista, Jorge Capitanich (3,9%).
La derrota electoral, la inflación , la inseguridad, las causas de corrupción activadas -y las desactivadas- en los tribunales, el vicepresidente Amado Boudou acorralado por la Justicia, la pelea con los holdouts, la fallida reforma judicial (o "democratización de la Justicia"), el cuestionado acuerdo con Irán para investigar el atentado a la AMIA que sigue sin ser aprobado en el país de Medio Oriente, el fracaso de la Supercard y del congelamiento de precios, el pésimo desempeño del país en el Programa Internacional para la Evaluación Estudiantil (PISA)... Los errores no forzados durante 2013 se acumularon y conformaron una larga lista son algunas de las causas de la caída libre en la popularidad de quien hizo de "La década ganada" un lema de su gestión.
En diciembre, en medio de protestas policiales , acuartelamientos, saqueos , robos, zonas liberadas y muertos a lo largo y ancho del país; en medio de una histórica ola de calor, con una crisis energética evidente y cortes de luz,y agua, en miles de viviendas, comercios e industrias en la ciudad de Buenos Aires y alrededores, luego de que un agente de la Policía Federal Argentina matara a un hombre en Flores cuando protestaba porque no tenía luz, la Presidenta viajó -y se quedó- en su refugio situado en la ciudad de El Calafate en la provincia patagónica de Santa Cruz.
En un breve análisis de su popularidad, durante su segundo mandato, podemos observar una caída radical de la misma.
Cuando terminó 2011, Cristina Kirchner acababa de asumir su segundo mandato como presidenta con una imagen positiva sin precedente. Había ganado las elecciones con más del 54 por ciento de los votos y tenía aliados de peso en la escena política nacional. Todo era euforia.
Cuando terminó 2012, Cristina Kirchner había perdido parte de su popularidad y se encaminaba a unas elecciones, de medio término, con una evidente pérdida de apoyo político y una creciente incertidumbre. Ya se venía abajo la idea de "Cristina eterna" y la posible reforma de la Constitución para habilitar una re-reelección.
Concluyó 2013 y Cristina Kirchner enfrenta varios problemas: evitar que la inflación siga trepando, conservar el poder para terminar su mandato airosa, encontrar un dirigente digno para ser su reemplazante, evitar que algún peronista no kirchnerista ascienda y tenga chances en 2015. Todos ellos, parecen, retos imposibles de alcanzar durante el resto de gestión al frente del país.
La sombra de la corrupción y las maletas con dinero también han golpeado la popularidad de Cristina Fernández de Kirchner.